Pablo Álvarez: "Contribuir a la ciencia, la exploración y el progreso de la humanidad es un privilegio enorme"

El astronauta leonés celebra unirse a la lista de personalidades que han recibido el Premio Castilla y León mientras espera con anhelo el momento en que mire por la ventana y vea “la Tierra desde la órbita”

Miriam Badiola (Ical)
20/04/2025
 Actualizado a 20/04/2025
Pablo Álvarez en la visita al hangar que lleva su nombre. | CAMPILLO (ICAL)
Pablo Álvarez en la visita al hangar que lleva su nombre. | CAMPILLO (ICAL)

Ingeniero Aeronáutico y Aeroespacial y astronauta de la Agencia Espacial Europea (ESA), el leonés Pablo Álvarez, nacido en 1988, espera con anhelo el momento de “poder mirar por la ventana y ver la Tierra desde la órbita”, mientras celebra “formar parte de algo más grande que uno mismo”, al ser consciente de que “contribuir a la ciencia, la exploración y el progreso de la humanidad es un privilegio enorme”. Hasta que eso pase, aprovecha la concesión del Premio Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades en su edición correspondiente a 2024 para mandar a las nuevas generaciones un mensaje “de determinación, paciencia y perseverancia”.

 

¿Qué supone para usted la concesión del Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y las Humanidades? 

Es un gran honor haber recibido el Premio Castilla y León de las Ciencias Sociales y las Humanidades. Es un orgullo unirme a una lista tan extensa de personalidades cuyo trabajo y trayectoria han contribuido de manera tan significativa a nuestra sociedad.

 

En noviembre de 2022 fue elegido candidato a astronauta de la ESA, ¿cómo recuerda el día en que recibió la noticia?

Me sentí muy feliz al ver que todo el esfuerzo y la dedicación habían dado sus frutos y de haber sido seleccionado entre un grupo de candidatos verdaderamente excepcionales.

 

Tras ello comenzó su formación en Colonia, que continuó en las instalaciones de la NASA en Houston y ahora está Canadá, ¿cómo está siendo la formación como astronauta? ¿Qué ha sido lo más duro o complicado? 

He disfrutado muchísimo del proceso de aprendizaje que ha formado parte de mi carrera como astronauta hasta ahora. Es un aspecto que ya valoraba mucho en mi carrera anterior como ingeniero aeroespacial, el crecimiento constante y todo lo que se puede aprender semana tras semana. Me alegra enormemente ver que esto sigue siendo igual de cierto en esta nueva etapa y es sin duda la mejor parte de mi trabajo. El entrenamiento para las actividades extravehiculares ha sido una de las experiencias más gratificantes, pero también una de las más desafiantes. El traje EMU que utilizamos para estas actividades está presurizad, es prácticamente como una pequeña nave espacial, increíblemente complejo y aprender a usarlo ha sido todo un sueño hecho realidad .

 

¿Cuáles serán los siguientes pasos a dar en su formación?

A lo largo de los próximos meses. Aprenderé a pilotar aviones, a utilizar el Canadarm —un brazo robótico que usamos para desplegar, maniobrar y capturar cargas útiles— y pasaré un tiempo formándome como Eurocom, un rol en el que damos apoyo a nuestros compañeros astronautas durante sus misiones en el espacio.

 

¿Cómo es su día a día como astronauta?

Los días de un astronauta son muy variados y dependen de si se está asignado a una misión o no. Actualmente estoy entrenando en varias de las actividades que llevaría a cabo durante una misión de larga duración en la EEI. Esto incluye ejercicio físicos aproximadamente dos horas al día, tal como es necesario en la EEI para mantener una salud ósea y muscular óptima, entrenamiento para actividades extravehiculares en preparación para posibles caminatas espaciales, así como dar soporte a otros proyector como la futura estación espacial lunar Gateway.

Tras finalizar la formación quedará a la espera de que se le asigne una misión espacial antes de 2030, ¿qué expectativas tiene de cara a ese momento?

Estoy muy contento y emocionado de que la ESA prevea un vuelo para mí y para mis compañeros de la promoción de 2022, los Hoppers, en una misión de larga duración a la EEI antes de 2030. Espero con muchas ganas ese momento y estoy dando lo mejor de mí para estar completamente preparado cuando llegue.

 

¿Qué es lo que más teme de cara a ese viaje espacial? ¿Y lo qué más ansía? 

Lo que más temo no es por mí mismo, sino la posibilidad de que algo salga mal y afecte al equipo o a la misión. En el espacio, cada acción está interconectada y dependemos profundamente los unos de los otros y del apoyo desde Tierra. La responsabilidad es enorme y el margen de error muy pequeño. Lo que más anhelo es ese momento en el que pueda mirar por la ventana y ver la Tierra desde la órbita. Esa vista cambia a las personas y por lo que me cuentan mis compañeros el efecto perspectiva es algo real. Y, por supuesto, formar parte de algo más grande que uno mismo, contribuir a la ciencia, la exploración y el progreso de la humanidad es un privilegio enorme.

 

Su nombramiento como astronauta de la ESA le ha convertido en un referente para las nuevas generaciones, ¿cómo asume esa responsabilidad y qué mensaje manda a los más jóvenes?

Me siento honrado de ser considerado un ejemplo para las futuras generaciones y espero que el mensaje que pueda transmitir sea uno de determinación, paciencia y perseverancia. Son cualidades que he observado y que admiro profundamente en mis compañeros astronautas y que estoy convencido de que son fundamentales para alcanzar cualquier sueño, sin importar el ámbito.

 

Ha hablado en alguna ocasión del “compromiso” de dejarles a estas nuevas generaciones un planeta mejor, ¿se va por el buen camino para ello?

Creo que el primer paso para abordar cualquier problema es reconocerlo y pienso que hemos avanzado mucho en lo que respecta a reconocer el impacto humano en el planeta en diversos aspectos. Desde una perspectiva medioambiental creo que estamos participando en debates profundamente importantes, a los que me alegra poder contribuir como astronauta y que, con suerte, puedan sentar las bases para un futuro más seguro para todos. La agencia espacial europea juega un papel crucial en la lucha contra el cambio climático mediante el uso de sus satélites de observación de la tierra que nos permiten monitorear y analizar diversos aspectos del medio ambiente como pueden ser la temperatura, salinidad, deforestación, nivel del mar, vientos o mareas. Gracias a estos datos los podemos comprender mejor lo que esta pasando y desarrollar estrategias mas efectivas para detenerlo.

 

El niño que soñó con ser astronauta ha cumplido su sueño, ¿le queda algún otro sueño pendiente?

Aún no he salido del planeta, así que espero con mucha ilusión mi futura misión para poder ver la Tierra desde el espacio y llevar a cabo todos los experimentos y actividades en la ISS para los que estaré preparándome tantos años

 

¿Cómo ha gestionado todo lo que ha venido después de noviembre de 2022?

¡Mi vida ha cambiado bastante rápido desde entonces! Me mudé a Colonia, Alemania, donde completé mi formación básica. He pasado largas temporadas en Houston, Texas, en el Centro Espacial Johnson de la NASA, y continuaré con el entrenamiento prácticamente hasta mi misión. Mis compañeros astronautas han sido un apoyo estupendo en este camino y estoy agradecido por el respaldo de todo el personal del ámbito espacial que he conocido a lo largo de estos años.

 

¿Qué anécdota recuerda con más cariño desde su elección como astronauta? ¿Y con menos? 

Una de las anécdotas que recuerdo con más cariño desde mi elección como astronauta es la celebración con mi familia y amigos cuando recibí la noticia. Fue un momento lleno de emociones y alegría y algo que siempre atesoraré. También recuerdo la primera vez que me puse el traje espacial; sentir el peso y la importancia de lo que estaba haciendo fue verdaderamente especial. Por otro lado, una de las experiencias menos agradables fue el intenso entrenamiento físico. Aunque es completamente necesario y parte del proceso, hubo días particularmente duros en los que me sentí agotado física y mentalmente.

Archivado en
Lo más leído