"Nuestra medicina es la comida"

Más de un centenar de leoneses celiacos se pasan información en un grupo de Whatsapp sobre bares y restaurantes en los que son tratados bien... o no

Sergio Jorge
17/07/2016
 Actualizado a 19/09/2019
174484308
"Cuando viene la gente esta..." "No te atiendo, no quiero problemas". "Encima que hago una buena obra social contigo...» Son frases que muchos celiacos han oído cuando cometen la ‘temeridad’ de ir a comer o cenar fuera de casa. Son expresiones despectivas que tienen una consecuencia en estos pacientes:no vuelven a ese bar o a ese restaurante. Y con ellos sus familias, amigos, etc. Por este motivo, un grupo de leoneses creó hace tiempo un grupo de Whatsapp en el que se iban pasando información sobre estos locales que no tratan muy bien a su colectivo, pero también sobre los que sí. Ahora son más de cien y se han convertido en una especie de guía gastronómica con la que eligen entre los sitios a los que no volver jamás si no tienen comida sin gluten o a los que van "todos en masa" porque sí se les trata como se debe. Así lo cuentan tres miembros de este grupo, Carolina Bolaños, María Natal y María Belén Prieto, que se toman con buen humor los desplantes contados anteriormente.

Su experiencia vital habla de muchos problemas digestivos, mareos, dolores de espalda, cambios de humor y, también, multitud de enfermedades asociadas, como la colitis o la sarcoidosis. De hecho, las dificultades las encontraron incluso para lograr el diagnóstico que dio un poco de luz a su situación.

Una de las cuestiones más problemáticas es encontrar un bar en el que se ofrezcan varios productos sin gluten "Me lo detectaron con 19 años, después de dos años yendo al hospital. Me dijeron que tenía de todo: que estaba embarazada, que tenía piedras en el riñón, que estaba mal de los ovarios..., hasta que un médico me dijo que era celiaca", explica María. En el caso de Carolina, también fue un proceso parecido, porque por su anemia le decían que dejara el deporte, y cuando lo hacía, no había mejora, hasta que dieron con la situación real hace un año, por lo que desde entonces ya puede cuidarse mucho mejor.
Quizá el caso más llamativo es el de  María Belén, que además de celiaca, es esposa de celiaco y madre de dos niños celiacos. "El primer caso fue el de mi hija, que se lo diagnosticaron con dos años, cuando dejó de caminar y mover un brazo", asegura. El siguiente fue su otro hijo, que nació ya con esta enfermedad, y pasó "24 horas llorando, solo paró una de lo cansado que estaba". Después llegó su marido y más tarde ella.

Encuentran problemas hasta en el diagnóstico, porque no siempre se acierta a la primera"Es una ruina", asegura esta madre, porque el coste de mantener una familia en la que todos los alimentos deben ser sin gluten es muy elevado. De hecho, tanto Carolina como María calculan que solo en su caso particular son cien euros más, así que la cuenta es clara. "Nos dicen que con legumbres y patatas lo tenemos hecho, pero no, hay que comer más cosas", añade María Belén, que se ha vuelto una experta en hacer tartas y otro tipo de dulces sin gluten para que así su familia pueda disfrutar de todo tipo de productos como el resto de la sociedad. "Nuestra medicina es la comida", agregan.

Porque si lo pasan mal los adultos, mucho más los niños. Esta madre reconoce que los cumpleaños y los encuentros con otros pequeños es un sufrimiento al ver que sus hijos no pueden comer como el resto. De hecho, todavía tiene que pelear con su niño, de cinco años, alguna vez para que no pruebe algunos alimentos, pero su niña, de nueve, ya lo tiene totalmente asimilado.

"Me parece injusto que en los comedores los niños coman macarrones, pizza y helados y los celiacos tengan pescado y un plátano", apunta María, que ha visto esta situación en persona, y recuerda que hay también estos productos sin gluten, por lo que podrían servirlos en los comedores escolares.

Por eso piden ayudas a los productores para que sean más baratos y accesibles a todos los públicos, pero sobre todo piden comprensión y formación en el mundo de la hostelería, para que así puedan disfrutar de una comida o de una cena en una ciudad como León. Porque aunque se hable constantemente de la riqueza gastronómica, no siempre es para celiacos. "No somos bichos raros", aseguran.
Archivado en
Lo más leído