Cada año cientos de alumnos llegan a las universidades para comenzar una nueva etapa que será crucial en sus vidas. Para algunos jóvenes supone un gran cambio, ya que pasan de vivir en casa de sus padres a hacerlo por su cuenta o en una residencia. Al fin y al cabo experiencias nuevas que todos los estudiantes quieren vivir. Sin embargo, el inicio del curso está también marcado por las novatadas que hacen cada año los alumnos de cursos superiores a los de primero.
Polémicas, tradicionales y, en algunos casos, ilegales, las novatadas no dejan indiferente a nadie. Durante los últimos años ha habido universidades que han querido prohibirlas, pero sin éxito recomiendan que, al menos, no se obligue a nadie hacer algo que no quiere o que pueda resultar humillante. Además de las instituciones, los alumnos también opinan sobre las novatadas y no todos están a favor de que continúe esta supuesta tradición.
A la pregunta ¿qué opinas sobre las novatadas?, un alumno de la ULE lo tiene muy claro: «No me gustan, porque me parece una forma de incitar a que la gente se emborrache, y haga cosas que no quiere hacer por quedar bien o por tener un estatus en la Universidad que no merece la pena para nada», sentencia. El estudiante de la ULE afirma que estas prácticas llegan, en ocasiones, demasiado lejos. «He estado en novatadas y he visto de todo, gente desnuda, gente borracha en el suelo que les obligan a beber más, gente que les tiran barro, harina y de todo». Mientras que, a la misma pregunta, su compañero responde que «no las veo mal, otra cosa es cómo se hacen», este estudiante explica que «no es lo mismo que te tiren un huevo o que se haga algún juego que intentar entrar en un grupo social a través del alcohol o intentar hacer quedar a los novatos por debajo como si no fuesen personas». Además, este mismo joven reflexiona sobre una posible legislación que obligase a que las novatadas «se hicieran durante el día» y explica que «si se hacen por el día se ve lo que se hace y quizás así, la gente tome conciencia de lo que sí se debería hacer y lo que no», relata.
No solo estos dos compañeros coinciden en que, en ocasiones, las actividades que se realizan durante las novatadas no son de buen gusto, una alumna de la ULE opina que «son una celebración entretenida pero a veces se pasan», lo que ejemplifica con una práctica humillante para los novatos: «Me habían dicho que querían subastar a los alumnos y eso me parece horrible», lamenta. Además, una de las prácticas más extendidas, el botellón también recibe la crítica de la joven. «Por ejemplo, a mí no me gusta beber, y me parece fatal que la gente diga ‘pero cómo no vas a beber’. No me parece bien que se trate mal a quienes no queremos o a quienes no pueden beber», reitera.
El compañero de la joven estudiante afirma que «son una buena forma de conocer a la gente de tu facultad», pero está de acuerdo con la alumna y afirma que «se pasan y creo que debería haber más organización y que cada uno pudiera hacer lo que quisiera», apunta el universitario.
Tradición o no, las novatadas pueden pasar de ser algo divertido a una práctica humillante y peligrosa, sobre todo cuando no se puede elegir si se quiere participar en ellas.
Novatadas: desde el botellón hasta ‘subastar’ a los alumnos
Los estudiantes piden más control y respeto por los novatos
19/09/2018
Actualizado a
18/09/2019

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