Arrepentido y con «lagunas» sobre lo que pasó la madrugada del 9 de noviembre de 2014, el autor confeso del crimen de María Ascensión Prado en El Burgo Ranero ha pedido perdón a la familia y ha reconocido ante el tribunal que habrá de juzgarle que él acabó con la vida de la mujer, pero que no recuerda haber prendido fuego a su cama ni haber abierto las llaves del gas.
Este lunes comenzaba en la Audiencia Provincial de León el juicio a Alejandro M.M., vecino también de esta localidad que la madrugada de aquel 9 de noviembre amaneció conmocionada por la pérdida de una vecina en condiciones tan violentas, y que más se estremecería al conocer que fue otro de sus vecinos el que un par de días después se confesaría autor del crimen.
Le juzgan por un presunto delito de asesinato y otro de robo con violencia en grado de tentativa pidiendo para él penas de más de 23 años de prisión –Alejandro M.M. se encuentra recluido en el centro penitenciario de Mansilla desde el 12 de noviembre de 2014–, aunque la defensa solicita que se le aplique la eximente de intoxicación, pues tal y como relataba en su interrogatorio el propio acusado, aquella noche habría mezclado los antidepresivos que le fueron prescritos unos meses antes tras un intento de suicidio con alcohol, marihuana y cocaína.
«No tenía intención de hacer daño a doña María», declaraba este lunes Alejandro M.M. que aseguró no recordar con qué le produjo los golpes en la cabeza a la mujer, que se encontraba durmiendo cuando éste asaltó la vivienda saltando dos muros y rompiendo una ventana para entrar. Tampoco recuerda, sostuvo, haber provocado el incendio con el objetivo, como presupone el Ministerio Fiscal, de eliminar las huellas de su presencia aquella noche en la casa.
El juicio se iniciaba este lunes con la lectura de las calificaciones provisionales, el interrogatorio del acusado y las primeras pruebas testificales con, entre otros, la declaración de la madre y la hermana de la víctima.
A pesar de que su condición de familiares podría haberlas eximido de ser interrogadas en la sala, ambas se mostraron de acuerdo en responder a todas las preguntas de las partes que incidieron sobre todo en cómo fue el momento de la confesión.
Tal y como relato la madre de Alejandro M.M., la noche del 10 de noviembre éste la llamó y le dijo que tenía ganas de dormir en casa. Ella le dijo que fuera y es en ese momento cuando le ve muy nervioso. «Subió y se derrumbó, me dijo ‘la maté yo’». Al parecer no hicieron falta más palabras, pues María Asunción era conocida por toda la familia. Según su madre estaba muy agitado y ella llamó a su otra hija, la hermana de Alejandro, para que le llevara las pastillas que estaba tomando el joven que por entonces tenía 20 años de edad. Era ya la madrugada del 11 de noviembre: «Me llamó mi madre muy alterada para que le llevara la medicación de mi hermano», explicaba ayer ante la sala. Así lo hizo y relata que, al llegar a cada de su madre vio a su hermano muy nervioso y que la medicación logró tranquilizarle notablemente. «Ahí fue cuando me dijo que había sido él el que había matado a Asunción».
Según su hermana, inmediatamente le propuso ir al cuartel de la Guardia Civil en Sahagún para entregarse, algo a lo que tanto madre como hija dicen que Alejandro nunca se negó ni puso pega, pero que pidió que mejor que llamaran a los agentes para que fueran hasta el domicilio, como finalmente harían.
En la sesión celebrada este lunes en la Audiencia Provincial de León prestaron testimonio varios guardias civiles, entre ellos, uno que vio a madre e hijo «nerviosos y abrazados» justo antes de la confesión y otros que inspeccionaron el inmueble donde se produjo el asesinato. Hoy continúa la vista, en la que declararán varios peritos antes de dejarlo visto para sentencia.
"No tenía intención de hacer daño a doña María"
El autor confeso del crimen de El Burgo, reconoce los hechos, pide perdón a la familia y dice que no recuerda haber prendido fuego a la cama de la víctima
09/04/2018
Actualizado a
11/09/2019

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