Mistral, el caballo lusitano que toca podio en la doma clásica

El jinete Joshua Vega lleva más de 17 años dedicado a cuidar distintas razas de estos animales en una labor que se ha vuelto su hogar

14/05/2024
 Actualizado a 14/05/2024
https://youtu.be/fRNmvwEGFVA

Rodeado por un paraje impagable teñido de verde y azul en las proximidades de Santovenia del Monte, el jinete Joshua Vega vive en pleno contacto con la naturaleza y los animales. Desde la parte trasera de su casa se puede escuchar un hilo de música clásica proveniente del establo, donde cerca de 20 caballos descansan tranquilamente. Todos menos uno de raza lusitana llamado Mistral, que se muestra magnífico apostado en la puerta del recinto.

Junto a su compañero equino, Joshua explica que se dedica a la cría de caballos lusitanos, es decir, provenientes de Portugal, desde hace nueve años, una estirpe que le hizo olvidarse de los pura raza española con los que trataba antes de «enamorarse» de sus parientes lusos.

«Mistral es uno de los caballos que cuidé desde que era pequeñito y hace tres años empecé a competir con él. Comenzamos en el campeonato de España de caballos lusitanos en 2022, donde Mistral quedó segundo en la categoría de Doma Clásica, que es una categoría olímpica. Por aquel entonces tenía seis años. El año pasado volvimos a presentarnos y quedó tercero. También hemos competido en otros concursos en ámbitos nacionales y siempre ha quedado muy bien posicionado, dentro de los tres primeros puestos», rememora Vega con ilusión.

El experimentado jinete confiesa que Mistral es un caballo con muy buen carácter, un semental que cubre yeguas, pero que «a pesar de todo» se deja manejar estupendamente durante las competiciones y al que se le nota que le gusta salir de casa. «Ser jinete significa mucho trabajo y, sobre todo, bastantes decepciones. Hay que lidiar muchísimo con las decepciones. Hay días malos porque los caballos a veces no ponen las cosas fáciles, pero en general es algo bonito. Y más aún cuando tienes a un caballo como Mistral, que te aporta la ilusión y te anima a seguir», confiesa.

En cuanto al trabajo diario de los caballos, Vega explica que estos animales suelen entrenar una media de entre 45 minutos y una hora cada día. «Una vez a la semana realizo ‘pie a tierra’ con Mistral, que es a la cuerda (todos aquellos ejercicios que realiza un jinete con su caballo cuando no está subido y con los que busca tener un mayor control sobre él); otro día lo dejo suelto en el campo para que también se distraiga y el resto de la semana suele trabajar», relata tras especificar que el tema de la alimentación no supone un quebradero de cabeza, siempre y cuando se mantenga una rutina correcta en lo relativo a los horarios. «No es un animal especialmente delicado en lo gastronómico», remacha.

Mistral y Joshua han participado en más de media decena de competiciones, una cifra menor a la que le gustaría al jinete pero, lamenta, el alto precio de las inscripciones y la falta de disponibilidad temporal que conlleva el proceso le impiden medirse tanto como le gustaría. «Aun así Mistral siempre ha quedado entre los tres primeros en todas las competiciones a las que nos hemos presentado», desliza con orgullo.

Vega detalla que comenzó en el mundo de la hípica gracias a su tía, ya que en su casa nunca hubo caballos hasta que ella los incorporó. «Hace 17 años comencé a montar de manera más profesional y así ha ido rodando. Ahora cuido de unos 20 caballos en el establo, los míos y los de algunos amigos, esto sin contar a los potros y las yeguas que tenemos en el campo».

Contención y sincronía

La Doma Clásica es una disciplina Olímpica que busca demostrar la armonía y compenetración entre el jinete y el caballo, quienes tienen que lucirse con una serie de movimientos exigidos en el reprise (texto en el que se especifican los ejercicios a seguir y donde serán calificados con una nota del 1 al 10). Una categoría que se ha desarrollado principalmente en Europa, donde los adiestradores «utilizan más el corazón que los medios físicos» para entrenar a sus compañeros, quienes deben hacer gala de su contención y relajación en la arena.

Joshua Vega realiza un entrenamiento con Mistral que se lleva a cabo en tres fases diferentes. La primera sería la del calentamiento, donde el caballo se mueve con el cuello más encorvado para ir entrando en sincronía con el jinete e ir ganando soltura. En la segunda fase comienza el periodo de trabajo físico y mental, donde la energía es mayor y el animal reacciona al contacto físico que le hace su cuidador a través de las ‘ayudas ‘(señales que utiliza el jinete para lograr comunicarse con su caballo). En la tercera fase el cuello está completamente erguido y se iguala su esfuerzo muscular en todo el cuerpo, lo que mejora su equilibrio y permite mayor ligereza en los ejercicios.

Joshua Vega junto a uno de los potros recién nacidos. | Mauricio Peña
Joshua Vega junto a uno de los potros recién nacidos. | Mauricio Peña

Mistral es un gran semental como lo fue su padre, Altanero, que galopó por las mismas praderas que han visto crecer a su hijo. Ahora es el propio Mistral quien continúa su legado junto a su hermano, Lingote y sus tres jóvenes potrillos, Uranio, Ubio y Udón. Unos recién nacidos que, al cuidado de Joshua Vega, conseguirán alcanzar todo su potencial.

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