“Mi hermana nos contó que sufría malos tratos y que la relación estaba rota”

Segunda jornada del juicio contra el exconcejal de Ponferrada con la declaración de los hermanos y amigas de ella y en la que el magistrado tuvo que llamar la atención al acusado

12/12/2023
 Actualizado a 12/12/2023
 Llegada este martes de Pedro Muñoz a la Audiencia Provincial de León. | ICAL
Llegada este martes de Pedro Muñoz a la Audiencia Provincial de León. | ICAL

«Mi hermana nos contó que sufría malos tratos y que la relación ya estaba rota». Así lo indicó este martes el hermano de Raquel Díaz durante su declaración, en la Audiencia Provincial de León, en la segunda jornada del juicio contra Pedro Muñoz, acusado de los delitos de lesiones agravadas, violencia habitual, malos tratos, amenazas e injurias hacia la que era su mujer. El hermano fue el primero de los testigos convocados en una jornada en la que el magistrado tuvo que llamar la atención al acusado, ya que durante una de las declaraciones, la de una amiga de la víctima, hizo un gesto airado, pidió abandonar la sala y lo hizo dando un portazo. «¿Qué gestos está haciendo usted a la testigo? No puede hacer ningún gesto a ninguna de las personas que se encuentran aquí salvo a mí», le indicó. Dijo también verle «alterado» y le preguntó si le pasaba algo, a lo que Muñoz contestó «¿Cómo me voy a encontrar bien? ¡Me pasa de todo!».

El hermano de Raquel Díaz afirmó que conoció a Pedro Muñoz poco antes de la boda entre ambos, en la que su hermana le había pedido que fuera el padrino y que sabía por ella que la relación no iba bien. «Nos contó que la había agarrado por el cuello, que había tenido que ponerse maquillaje para taparlo o que la ridiculizaba en las reuniones del partido». También indicó que los insultos no eran algo extraño entre ellos. «La llamaba de puta para arriba y otras barbaridades», afirmó. Declaró también que les había dicho que Pedro Muñoz «sabía dónde pegar y que tenía fuerza» y que «si tenía la regla», por ejemplo, «le daba en la barriga».

Compartió con ellos una cena de Navidad en la que dijo que Pedro Muñoz le pareció «una persona a la que no le gustaba que le llevaran la contraria». «Yo soy muy de hacer bromas y vi que a él no le gustaba mucho» y confesó también a preguntas de la fiscal que Raquel Díaz sospechaba incluso que «tenía la línea del móvil intervenida» por él porque cuando quedaba con alguien «él siempre aparecía». Sobre el 27 de mayo de 2020, día en el que Raquel Díaz llegó al Hospital en práctica muerte cerebral, su hermano dijo que él no supo nada hasta el día siguiente. 

«Yo me levanté a las nueve de la mañana y vi un whatsapp desde el teléfono de Raquel que me había escrito Pedro diciendo que había tenido un accidente». Llamó a Pedro Muñoz varias veces durante esa mañana y afirmó que él le fue dando diferentes versiones. «Me dijo que se habían enfadado y que ella había salido fuera», «que no sabía si había subido a por la gata con chanclas… era confuso y contradictorio. Yo estaba preocupado por mi hermana y no me di cuenta en ese momento», apuntó, de que lo que le contaba no acababa de cuadrar. «Me dijo que ella había subido a la habitación y él le ofreció algo de cenar, que salió fuera y que él no se había enterado y que estaba enfadada por un programa o porque le había pegado a unos perros. Me fue cambiando de versión», remarcó el hermano de Raquel Díaz. 

A preguntas de la acusación, aseguró también que recordaba haber hablado después con Pedro Muñoz, cuando Raquel Díaz comenzaba a recuperarse y que él le dijo que «no sabía qué hacer, que estaba desesperado». En esta parte leyeron también el whatsapp que Pedro Muñoz le había enviado, en el que le decía que le había «untado el morro a un mastín» y que Raquel estaba «enfadadilla» porque «a ella no le gusta la mierda de OT y a mí sí». El hermano de la víctima remarcó también que creía que su hermana no necesitaba a Pedro Muñoz económicamente, pero «después conocí la situación real en la que estaba», dijo. Afirmó también que le había comentado que «se iban a divorciar» pero dijo no saber so lo había solicitado él o ella y que tenía dudas también porque él no había sido fiel en relaciones anteriores y era una persona «especial», algo que remarcó que le «extrañó» que dijera justo después de la boda. Respecto al tratamiento que seguía Raquel Díaz subrayó que creía que era por el fallecimiento de sus padres y sus abuelos.

"Le daba miedo dejarlo"

La segunda en declarar este martes fue la hermana de Raquel Díaz, que aseguró haber tenido una relación cordial con ella hasta septiembre de 2019, cuando hubo un distanciamiento entre ambas «por una herencia». «Fue algo puntual que después resolvimos», remarcó. Sobre la relación entre ambos dijo que «a veces se encontraba muy bien con él, pero otras no era así». Que la controlaba, la llamaba y que no le dejaba ejercer como abogada. Ella fue testigo, estando con su hermana, de que la llamaba varias veces y que si no le cogía «era peor», porque decía «que se iba a presentar y que la iba a montar». Señaló que la visitó en Burgos (donde vive ella) en algunas ocasiones sin que él lo supiera y que varias veces le dijo que «no podía seguir con la relación, pero que le daba miedo dejarlo» por las «represalias» que pudiera tomar. Quiso irse incluso a vivir a Burgos y trabajar allí, según indicó la hermana, aunque nunca lo hizo.

En su declaración afirmó también que Raquel Díaz le dijo «en varias ocasiones» que Pedro Muñoz «la había echado a la calle con lo puesto» y que había dormido en el coche o en un hotel y contó también un episodio entre ambos que ella presenció en la finca de Toreno, en la que cree que estuvo en un par de ocasiones. Este en concreto fue en agosto de 2017 y había ido a pasar unos días allí con sus hijos. Una de las noches ella dijo que habían estado hablando de una chica a la que conocían ambos y sobre la que pensaban diferente, que Pedro Muñoz «se fue enfadado a dormir» y que Raquel le dijo que no sabía si irse a la misma habitación o a otra. Se acostó en otra y ella dormía con sus hijos en una al lado. «Lo que yo oí fue que él la arrastraba por las escaleras y ella se quejaba y luego una discusión muy fuerte en la planta de abajo», aseguró. «Se oían golpes y se quejaba. El que hablaba era él y ella simplemente se quejaba», dijo asegurando que aunque no llegó a entender lo que le decía, el «contexto» no podía ser «para nada de alguien que intentaba ayudarla», tal y como declaró él este lunes. «Con esos golpes no se intentaba ayudar a nadie». 

La hermana indicó también que Raquel se había tomado una pastilla para dormir y negó que tuviera un problema con la bebida. Cuando ocurrió este episodio declaró que no se atrevió a salir de la habitación por «miedo», porque aunque con ella tuvo siempre una «relación cordial» con Pedro Muñoz, no le gustaban «los cortes» que le daba a Raquel, «la forma de mirarla y de coaccionarla» y «no sabía cómo se iba a comportar si me metía en medio». «Yo no estaba cómoda, tuve miedo», insistió. Al día siguiente Pedro Muñoz se había ido cuando ella se levantó y cuando le preguntó a Raquel qué había pasado le contestó que no había sido «la única» vez que ocurría algo similar e incluso que «no había sido nada en comparación con otras».

Las lesiones "no cuadraban"

Sobre el día de los hechos, el 27 de mayo de 2020, indicó que supo que su hermana estaba en el Hospital porque la llamó el exmarido de Raquel, su excuñado, y se puso «muy nerviosa». «Nos dijeron que había tenido un accidente», aseguró, pero dijo tener poco claros los recuerdos de esos momentos porque fueron muy «malos» para ella. Al día siguiente vino a León, al Hospital, e indicó que después llegó Pedro Muñoz y su hija. «Él estaba muy nervioso, apenas hablaba, solo decía que si ella quedaba mal la iba a cuidar». Aseguró también que una doctora les comunicó que Raquel «tenía muchas lesiones que no cuadraban con los hechos que había contado Pedro» y tanto su marido como ella le dijeron que estaba «sufriendo malos tratos». 

Este martes declararon también cuatro amigas de Raquel, un amigo y su exsecretaria, y las primeras coincidieron en que la relación entre ambos era «tormentosa», «de idas y venidas» y que él no la trataba bien. «Tenía miedo», coincidieron, así como en que las llamadas de él eran constantes si ella estaba a solas con ellas y que incluso iba a buscarla. «Se preocupaba por tener cobertura siempre», dijo, y aseguró que si Raquel había seguido con él sobreentendía que era «porque le quería, porque estaba enamorada», pero consideró que al final era por «miedo a dejar la relación». Raquel se había alejado de ellas y ese miedo se notaba «en su expresión». «Estaba más delgada, demacrada, tenía problemas de insomnio», aseguró una de estas amigas. «Quería ocultar sus problemas por miedo». Respecto a si dependía económicamente de su marido una de ellas declaró que creía que sí y que ella le había llegado a decir en una ocasión que «uno de los últimos trimestres no había tenido ni siquiera para pagar el IVA».

En sus declaraciones aseguraron que nunca percibieron que Raquel estuviera bien en esa relación y que tenía «momentos de euforia» que no parecían «lógicos» y otros de «miedo e insomnio». Una de estas testigos dijo incluso que Pedro Muñoz había conseguido su teléfono y la había citado en su despacho en el Ayuntamiento de Ponferrada para explicarle su relación y decirle que Raquel no lo estaba pasando bien, que la ayudara y que volvería a llamarla para preguntarle. «No me gustó», dijo, y cuando salió de hablar con él lo bloqueó.

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