Memoria del viejo Hospicio de León

Un monolito en el parque de Correos recuerda la historia de un edificio que desapareció a finales de los años 60 y llegó a ser incluso campo de concentración

Alfonso Martínez
21/06/2023
 Actualizado a 21/06/2023
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Desapareció a finales de los años 60 y ocupaba la manzana propiedad de la Diputación en la que hoy están Correos o el Conservatorio. El viejo Hospicio de León fue hogar para menores sin familia, pero también tuvo fines abominables como campo de concentración. Para preservar esa historia, con sus luces y sus sombras, este miércoles se ha descubierto un monolito formado por una piedra de aquel enorme edificio y una placa en la que se recuerda su importante labor social alejando de la calle y de la mendicidad a muchos niños y niñas a los que también se les enseñaba un oficio, pero también su época más oscura encerrando a los presos republicanos durante la guerra civil.

El monolito se ha instalado en el marco de un proyecto Erasmus+ del instituto Padre Isla y en su puesta de largo ha participado el alcalde de León, José Antonio Diez, quien ha considerado el conocimiento de la historia como algo esencial para entendernos como ciudad y como pueblo. Además, ha puesto en valor el trabajo que desarrollan todos los colegios e institutos leoneses porque, más allá de una excelente educación curricular, transmiten a la infancia y a la juventud valores determinantes como la disciplina, el esfuerzo, el trabajo en equipo o la curiosidad que llevó al propio Diez a apostar por la ciencia desde las aulas del Padre Isla para guiar su carrera universitaria y su etapa profesional previa a la política.

Mientras, el diputado de Cultura, Pablo López Presa, ha agradecido a la comunidad educativa del instituto que hayan puesto su mirada en la historia de León y que la lleven a otros países a través de programas como el Erasmus+. Además, ha recordado que el viejo Hospicio de León forma parte de la memoria de la ciudad, pero también de la Diputación, ya que muchos de los pequeños que en él se cobijaron luego encontraron un trabajo en la institución provincial y a día de hoy se siguen llamando “hijos de la casa”.

Finalmente, Ana Isabel Martínez ha intervenido en nombre de la comunidad educativa del instituto Padre Isla y ha destacado que los proyectos Erasmus+ en los que llevan años participando han tratado de promover entre los jóvenes europeos valores como el trabajo en equipo, la inclusión, la tolerancia y el respeto a las ideas de los demás.

Y el monolito en memoria del viejo Hospicio de León es, a su juicio, un ejemplo de todos estos valores. En este sentido, ha explicado que, si la piedra pudiera hablar, contaría muchas historias de las que fue testigo, como el llanto de los niños huérfanos al llegar, el alivio al tener techo y comida o sus ilusiones al aprender un oficio y tener un futuro, pero también el miedo y la angustia de los que vivían privados de libertad. Por eso, desde la comunidad educativa del instituto Padre Isla pretenden que el monolito se convierta en un faro para rescatar la memoria de este edificio olvidado, con sus luces y sus sombras, como dice la placa, para que los leoneses podamos aprender del pasado, inspirarnos en las iniciativas sociales que tuvieron éxito y no volver a caer en los mismos errores.
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