El citado galardón supone un reconocimiento nacional de prestigio para ‘El blog de Manu Velasco’, espacio que este maestro leonés dirige con pasión y esmero desde la dirección virtual http://www.elblogdemanuvelasco.com/.
Sus enseñanzas, consejos, pensamientos y e ilustraciones son los elementos que ha tenido en cuenta la asociación Espiral –compuesta profesionales de la docencia– a la hora de escogerle entre los premiados. Tal y como el propio Manu reconoce a este periódico, «‘El blog de Manu Velasco’ es mi pequeña ventana hacia mi propia utopía.
Se trata de un blog de reflexión educativa, porque si algo está claro es que sin utopías, sin sueños, no puede haber educación. Es un blog para soñar con una escuela mejor, soñar con una escuela donde los sueños se conviertan en realidad», dice con pasión este profesor de 33 años. Escuchándole, uno entiende todavía mejor la frase que preside su rincón en la blogosfera. «Maestro con los pies en la tierra y la cabeza en las estrellas».
El blog es mi ventana hacia mi utopía porque lo que está claro es que sin utopías, sin sueños, no puede haber educación Innovación educativa, escuelas creativas, recursos TIC y TAC, libros para docentes, vídeos para educar, los futuros maestros, metodologías activas, frases educativas, juegos, zona de descargas… Son sólo algunas de las áreas que se pueden encontrar en el blog de Manu. Un espacio que alumbró en 2013 y por el cual ya recibió otro importante reconocimiento hace unos meses, más concretamente el premio Educa 2014.
«Aún recuerdo el primer post que publiqué en mi blog. ‘Maestros con una oreja verde’ era su título», señala con nostalgia el docente del colegio Santa Teresa, para explicarnos después el significado de aquel artículo: «Todo maestro debe tener una oreja verde, una puerta abierta al mundo de los niños que nos permita disfrutar de lo sencillo, sorprendernos de lo cotidiano, creer en la fantasía, en lo misterioso y en lo imposible. Para entender mejor a lo que me refiero hay que leer ‘Expreso Soria Monteverde’, un texto de Gianni Rodari».
Nos lo apuntamos. ¿Y quién se encarga de las espléndidas ilustraciones que acompañan a muchos de los posts? En este caso, Manu echa mano de una valiosa amistad. «Sí, cuento con la colaboración de un gran amigo e ilustrador leonés llamado Óscar Rubio. Es un ilustrador magnífico que sabe plasmar con exactitud mis pensamientos. Da color y vida a mis ideas», cuenta con orgullo el profesor.
Lo de permanecer quieto no va con Manuel. Por eso, además del premiado blog, mantiene otro especialmente dedicado a sus compañeros de profesión. Su nombre, ‘Ayuda para maestros’, ya nos da una idea de por dónde van sus contenidos.

Tan resuelto como en la red, el docente también se desenvuelve a las mil maravillas en las aulas, cara a cara con los chavales. La paciencia, por qué negarlo, es a veces condición indispensable para conseguir los resultados deseados.
«Sin paciencia no se puede ni se debe enseñar. Necesitamos paciencia para impedir que nuestras prisas priven a los alumnos del tiempo natural que precisan para aprender, para crecer, para vivir. Hay que suprimir la palabra ‘fast’ de los centros educativos, porque termina ‘fast-idiándolo’ todo», dice con gracia.
Eso sí, frente a lo que muchos piensan, él asegura que los alumnos conflictivos no son más habituales que hace unos años. «Siempre ha habido alumnos con situaciones complicadas que reflejan su malestar en el aula con los compañeros o con el profesor. No existen niños conflictivos, existen niños con entornos conflictivos que deben gestionar aspectos para los que aún no están preparados. Para hacer frente a estos conflictos hay que actuar desde la prevención, informando y formando a todos los miembros de la comunidad educativa».
Y así nos despedimos de este profesor de pies en la tierra y cabeza en las estrellas, al que no le importa reconocer que la persona a la que más admira es su mujer, también docente. «Ella me enseñó que educar es sinónimo de amar. De eso trata esta profesión, de intentar llegar al corazón de los alumnos». Una tarea que tiene premio.