Manos tendidas contra la desigualdad

Este martes, 5 de diciembre, se celebra el Día Internacional de los Voluntarios, un pilar para organizaciones como Cruz Roja, que cuenta con más de 1.500 en la provincia

05/12/2023
 Actualizado a 05/12/2023
Laura Alberdi y Alberto Vega son dos de los voluntarios que colaboran con Cruz Roja León. | MAURICIO PEÑA
Laura Alberdi y Alberto Vega son dos de los voluntarios que colaboran con Cruz Roja León. | MAURICIO PEÑA

«La gratificación que te da el voluntariado no te la da otra cosa». Quien pronuncia estas palabras es Alberto Vega, un hombre que tras su jubilación, en 2021, decidió que quería prestar su tiempo a mejorar la vida de otras personas, «dedicarlo a algo que pudiera ser útil». Con este objetivo llegó a Cruz Roja León, entidad con la que colabora desde entonces. Las manos de Alberto se han sumado a las de otros que, como él, tienden las suyas día a día contra la desigualdad y lo hacen, además, de forma desinteresada. Este martes, 5 de diciembre, se celebra el Día Internacional del Voluntariado, que reconoce la labor de un grupo de personas que constituyen un pilar fundamental para multitud de organizaciones como es el caso de Cruz Roja León, que cuenta con más de 1.500 en toda la provincia.

A Alberto, que tiene 62 años, lo empujó su jubilación y el tiempo libre asociado a ella. Fue un vecino el que le habló de Cruz Roja y en particular de un programa enfocado en la promoción del éxito escolar. Él había sido docente, de modo que pensó que podría encajar bien y «continuar con la labor que yo siempre había hecho y que siempre me había encantado». Fue a hablar con ellos, entró a formar parte de este programa y a día de hoy asegura estar encantado con su decisión. «Lo que me pregunto es por qué no empecé mucho antes», asegura. Alberto remarca que desde dentro se ha dado cuenta de verdad de la «gran labor que se realiza desde Cruz Roja» y reconoce, además, que su visión sobre el voluntariado ha cambiado «de forma radical». «En principio yo pensaba que esto era básicamente un apoyo escolar. Que iba a enseñar, a ayudarles a hacer los deberes o a explicarles materias que no entendían, pero después te das cuenta de que la labor casi más necesaria va por otro lado. Es apoyarles en el sentido de que adquieran hábitos saludables, de higiene, de alimentación, de gestión de las emociones... es mucho más. Algunos de estos chicos traen una mochila importante y el apoyo académico se complementa con el apoyo personal», explica.

El programa con el que colabora Alberto, el de promoción del éxito escolar, busca hacer accesible la educación a los niños y niñas en situación de exclusión o vulnerabilidad social, dotándolos de las herramientas necesarias y acompañándolos en el proceso educativo y social. En este curso escolar están trabajando con 75 niños, niñas y adolescentes y su objetivo, según explican desde Cruz Roja León, es «hacer que su integración en el proceso educativo sea lo más completa e igualitaria posible». «Merece la pena», insiste Alberto, que recuerda que «dedicar un poquito de tiempo siempre es posible».

Cruz Roja Juventud

Son muchas las vías de trabajo abiertas, tantas como necesidades detectadas desde la entidad. En otra de esas ramas es en la que colabora Laura Alberdi, una voluntaria de solo 22 años que lleva ya cinco en Cruz Roja León y que actualmente es la directora de Cruz Roja Juventud, un área dedicada a los más jóvenes e integrada también por jóvenes con el fin de poder llegar mejor a este sector de la población. Laura ha trabajado en diferentes campañas de sensibilización y prevención, tanto en la calle como en las que se llevan a cabo en diferentes centros educativos y, actualmente, está volcada con una iniciativa ya veterana, por la que llevan apostando varios años. Es la denominada Juguete Educativo, que pretende que todos los niños tengan en Navidad «un juguete nuevo, no bélico, ni sexista», que se recoge a través de donaciones y se entrega a los padres para que sean ellos quienes decidan cuándo dárselo. 

Antes de llegar a Cruz Roja León hace cinco años, Laura había tenido una experiencia previa «puntual» con el voluntariado. No fue, sin embargo, hasta que llegó a esta entidad cuando su colaboración se convirtió en algo «más serio». Repitió segundo de Bachillerato y eligió el horario nocturno, de modo que se vio con tiempo libre que pensó en administrar de alguna manera. «En cuarto de la ESO me dieron una charla sobre educación sexual los chicos y chicas de Cruz Roja y en ese momento pensé que algún día yo quería estar ahí. Ese año es como si se hubiera encendido una bombilla que me hizo recordarlo y me animó a informarme y a decidir que era el momento de ir hacia adelante, de hacerme voluntaria». Empezó «metiendo la cabeza» en campañas de sensibilización ciudadana en la calle, de ahí pasó a las charlas en centros educativos de Primaria, Secundaria, Formación Profesional y en la Universidad y después ayudó en diferentes áreas. 

Es mucho lo que se puede hacer desde Cruz Roja, asegura, y también lo que Cruz Roja puede hacer por ti. «Yo me he reconstruido muchísimo», dice. «Hay muchas cosas que no ves –porque no te las cuentan o no las piensas– en cuestión de inmigración o sobre la etnia gitana, por ejemplo. Escuchas estereotipos, mentiras, mitos...» y remarca que todas esas barreras se caen en el momento en el que te acercas y te preocupas por conocer al otro. Tanto Laura como Alberto hacen hincapié, además, en la importancia de la formación como voluntarios para poder enfrentarte a diferentes situaciones y ser de ayuda. «Esto es muy importante», remarca Alberto, que también está de acuerdo en que «no solo das, también recibes. Y mucho». Señala que ser voluntario ayuda a abrir la mente y a poner «cruz» a ese rechazo que percibe de forma «creciente» hacia el que se considera como diferente sin pararse a «conocer la realidad». «Si lo hicieran –afirma convencido– otro gallo cantaría».

Voluntariado que no entiende de edades

Si algo caracteriza al voluntario es que en este papel tiene cabida todo el mundo. No entiende de edades, sexos o perfiles, sino de ayudar al otro. Si quieres colaborar es muy difícil que no puedas hacerlo. Cruz Roja León cuenta en toda la provincia con más de 1.500 voluntarios –1.563, concretamente– de los que 979 son mujeres. La edad media de estas personas es de 44 años, siendo la franja de edad más abultada la que engloba desde los 31 a los 65 años, con 1.311. La permanencia media en la entidad de estas personas es de 8,5 años y, en cuanto al tiempo medio de incorporación de este voluntariado, este es de 4,51 días. Cruz Roja León cuenta en la provincia con 15 asambleas comarcales. En la de Astorga hay 33 voluntarios; en Bembibre 46; en Boñar 25; en Cistierna 12; en Fabero 33; en Hospital de Órbigo 25; en La Bañeza 66; en La Magdalena 18; en La Robla 24; en León 911; en Ponferrada 248; en Sahagún 25; en Valencia de Don Juan 36; en Villablino 28 y en Villafranca del Bierzo 33 personas que prestan su tiempo de forma desinteresada a la organización y a las personas a las que atiende.

 

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