Un saco de cereal fue la aportación inicial que hicieron los socios fundadores de
Cooperativa Lechera Lar (Veguellina de Órbigo) el 27 de marzo de 1966. De aquello hace ahora 50 años y mucho ha cambiado la sociedad, que a lo largo de su medio siglo de vida ha pasado por periodos mejores y peores. El actual es el mejor de su historia, según reconoce el gerente,
Luis Carlos Fernández. «Los últimos cinco años han sido los mejores de la cooperativa», apunta. No obstante, actualmente Lar comercializa su propia marca de leche, vende otra parte de la producción a la industria, presta todo tipo de servicios agrícolas y ganaderos a sus socios, cuenta con almacenes en Carrizo de la Ribera y Villarejo de Órbigo, mantiene una gasolinera y un supermercado, gestiona una granja experimental y una empresa de distribución de bebidas y ha ampliado el negocio con nuevas rutas de recogida de leche y una sección de comercialización de carne de vacuno de alta calidad. «Hacemos un producto casi gourmet de vaca vieja, gorda para chuletón, restauración, hostelería o carniceros, pero también para industria de gran consumo; nosotros cebamos y mimamos con nuestro forraje y materias primas, vacas de nuestro socios», explica Fernández. Apunta que es la sección que más crece y que tendrá un futuro importante porque puede abrir puertas a otras zonas de España y a la exportación, donde tiene posibilidades.
Nosotros no exigimos nada, queremos que el socio venga porque vea que es rentable y que tiene más posibilidades que en solitario No obstante, en los últimos años la
cooperativa ha crecido un 100%. La integran uno
s 400 cooperativistas y son más los agricultores por número, pero por volumen de facturación es mayor la participación de los ganaderos. Sin embargo, «no se prioriza, tenemos que sacar una rentabilidad para las explotaciones de los socios y eso conlleva gestionar todas sus materias primarias, los insumos, seguros, gasolinera, supermercado... Todos los negocios donde se pueda ganar un euro y ayude a las explotaciones de los socios», expone el gerente. Para ello cuenta con
21 trabajadores, frente a los 10 con los que contaba hace solo cinco años. Un crecimiento que es fruto de la inversión constante, que en la última década mantiene la cooperativa. «Siempre estamos inquietos buscando nuevas oportunidades y ahora las hay, pero hace falta iniciativa», recuerda Luis Carlos Fernández.

La mejor «oportunidad» que ha aprovechado Lar en los últimos años es la
comercialización de su propia marca de leche, que cuenta ya con varios productos, algunos innovadores, como la leche sin lactosa, para adaptarse a las exigencias actuales del mercado. «Eso ha sido importantísimo porque dio lugar al conocimiento de la cooperativa –gracias también a toda la inversión en publicidad que hicimos– y no solo que se vendiera la leche envasada», explica el gerente, que afirma que todas las secciones crecieron a partir de ese momento. De esta forma Lar logró llegar al consumidor final, eliminando procesos intermedios y, prácticamente, cerrando todo el círculo porque tienen las granjas, los piensos, los agricultores que hacen las materias primas para los piensos, el transporte y la distribución. El único proceso que no controlan es del envasado, que está externalizado, para lo que cuentan con buenos socios. Por el momento la cooperativa no tiene planes de construir su propia planta envasadora, pero la apuesta por la marca continúa ligada a la calidad. «Vamos paso a paso y tienen que ser pasos firmes, no podemos lanzarnos a aventuras que no sabes como van a acabar, a día de hoy estamos bien con varias envasadoras que trabajan con nosotros», expone Fernández, orgulloso de la leche de calidad que producen, «de los mismos ganaderos, no hace falta homogeneizarla,una leche de León, hecha por ganaderos de León y para la gente de León, que es nuestro principal mercado».
Vamos paso a paso ytienen que ser pasos firmes porque no podemos tener aventuras que no sabemos como van a acabar En cuanto a las relaciones de la cooperativa con sus propios cooperativistas, cuando entran «tienen acceso a todos los servicios y cuenta con todos los derechos». «No nos gusta exigir nada, queremos que vengan porque les interese venir y que el socio esté contento y a gusto con los servicios, que vea que le es rentable y que va a tener mejores posibilidades que en solitario», argumenta
Luis Carlos Fernández. En este sentido, el gerente tiene claro que el futuro de la cooperativa pasa por crecer desde la base sólida que tienen, «y los vamos a hacer solos o acompañados».
Un medio de vida
Cooperativa Lechera LAR quiere estar celebrando otros 50 años en 2066, desde su filosofía de «aportar algo al sector, a los socios y al medio rural». «Porque para que existan estos prados tan verdes y la montaña esté cuidada tiene que haber alguien en los pueblos que tiene que tener un medio de vida y nosotros pretendemos ayudar a dárselo».
«Que nuestros hijos y nietos puedanechar la vista atrás y decir que hubo un trabajo bien hecho», concluye Luis Carlos Fernández.