Los regantes del Torío exigen a la CHD una solución para seguir regando sus praderas

La unión de los ganaderos y agricultores de la cuenca del río Torío ha podido más que las máquinas de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD). Al menos por el momento. Estas llegaron este lunes a primera hora de la mañana para cegar el puerto de Ruiforco y evitar así que los regantes de la zona puedan emplear el caudal de este río para regar sus praderas. Pero no llegaron a hacer nada porque una treintena de vecinos de la zona se acercó hasta el lugar «para pedir las explicaciones que todavía la CHD no nos ha dado», lamentaba Rosa Alonso, una de las ganaderas afectadas.

La Confederación alude al mantenimiento del caudal ecológico del río Torío como uno de los motivos para ‘cerrar el grifo’ al riego, pero en la zona no se explican esta situación «en un año como este en el que tenemos más agua que en otras campañas ya que hay mucho más caudal este año cuando lo normal es que en agosto prácticamente se seque», explicaban.

Como medida transitoria regantes y Confederación han llegado a un acuerdo tras la parada del trabajo de las máquinas ayer: «Nos dan dos o tres días para que hagamos un cuadrante con diferentes turnos de riego para organizarnos y remitir esta propuesta a la CHD». Esta situación afectaría en la cuenca del Torío a una docena de este tipo de puertos de los que se valen para regar, algunos hechos de piedras y otros «que han sido levantados por la propia CHD hace años». «No pueden venir ahora a decirnos que son estas obras ilegales cuando ellos han contribuido a levantarlas», protestaban.

Junto a los afectados estaba también el diputado provincial Miguel Flecha, que lamentaba «la actitud de la CHD». «No se puede venir aquí así y cortar por lo sano sin dar explicaciones a los regantes», explicó Flecha, quien además aprovechó para añadir que «deberían preocuparse más por mantener limpios los cauces».

El pasado jueves este organismo encargado de la gestión de las aguas de la cuenca del Duero cerró ya los puertos de San Feliz, Palazuelo y Villaverde, pero este último precisamente estaba abierto de nuevo este lunes por la tarde. Junto a él explicaba Rosa que las praderas de la zona las riegan a través de estos pases de agua a los que denominan puertos.

«Necesitamos este agua para poder regar a manta nuestras praderas y la necesitamos ahora en agosto porque si no, no podemos sacar a pastar nuestro ganado ni regar las fincas y aquí es de lo que vivimos», incidía Rosa, preocupada por el futuro de la actividad del sector primario en la zona «con este tipo de trabas».