Los alumnos del Villa Romana de Nava marchan por el agua

El evento, que se encuentra en su undécima edición, donará todo lo que recaude a Unicef

C.N.
14/06/2023
 Actualizado a 14/06/2023
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Un año más, los alumnos del colegio Villa Romana de Navatejera se han calzado las zapatillas de deporte para marchar -aunque muchos, de la emoción, corren- contra una injusticia en el mundo contra la que ellos, al menos, pondrán su granito de arena.

"Es una iniciativa solidaria que llevamos celebrando en el colegio desde hace once años, en la que todo el dinero recaudado con los dorsales lo destinamos a una obra benéfica", ha explicado el director del colegio, Alfredo García, en declaraciones a La Nueva Crónica minutos antes de que se diera el pistoletazo de salida.

“El objetivo de este año es muy importante: que no haya ninguna escuela sin agua potable, y está ligado y en conexión con nuestro proyecto de centro, que este año es ‘Agua es vida’”, continuaba el docente para agregar que la idea es concienciar a la comunidad educativa siguiendo los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, concretamente, los relacionados con el agua: su limpieza y el saneamiento de la vida submarina, entre otros.

Así, en una jornada en la que esperan recaudar alrededor de 1.000 euros, los niños han podido mirar hacia aquellas realidades diferentes a las suya a la vez que se asomaban a un modo de vida sostenible, con actividades al aire libre y una merienda sana, en la que no podía faltar la correspondiente pieza de fruta.

“Hará unos 13 o 14 años se nos ocurrió hacer un acto que, por un lado, fomentara la vida saludable, somos un centro concienciado con esto, y que, por otro, reuniera a toda la comunidad educativa y sirviera para ayudar a otras personas”,  ha añadido el director del centro para añadir que, entonces, se les ocurrió la idea de esta marcha solidaria.

Una marcha que, edición tras edición, continúa sumando adeptos, sobre todo del AMPA del colegio, que se ha volcado en la organización, tal y como contaba Ana, su presidenta y madre de dos de los corredores de la jornada.

“Estamos aquí para estas actividades, todo por ellos, por los peques, para que tengan una tarde entretenida y se lo pasen bien, que ese es nuestro objetivo”, explica Ana con sencillez.

Un objetivo cumplido, puesto que no faltó, por supuesto, la ilusión de los pequeños, alguno de los cuales se ha atrevido a mirar a cámara, como su propia hija que, con ochos años es la segunda vez que corre y quiere volver a hacerlo. Su expectativa es clara: “Que para el año que viene haya otra carrera”.

Y la habrá, probablemente, porque la ilusión y compenetración entre profesores, padres y alumnos se palpa en el ambiente.
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