Cae la noche sobre el cementerio de León y un puñado de personas, vela en mano, recorren algunas de las tumbas más ilustres del camposanto leonés. Solamente las explicaciones y teatralizaciones de la vida de algunos personajes insignes de la ciudad rompen el silencio sepulcral y habitual del lugar.
Más de 600 personas podrán disfrutar durante los próximos cinco días de cinco pases teatrales diarios en los que se recordarán muchos los logros de un puñado de personajes históricos de la ciudad.
Dispuestos en forma de media luna entorno a selectas tumbas, alrededor de 50 leoneses -cifra aproximada de personas de las que se compondrá cada pase- se muestran impasivos ante las historias expuestas en el arranque de la séptima edición de las visitas guiadas de Serfunle, que en este caso tienen a San Isidoro y la dama de Arintero como platos fuertes del evento.
Y como uno no muere mientras sea recordado, personas como el deportista Senén Blanco, el historiador impulsor de la villa romana de Navatejera, Juan Eloy Díaz, o la familia Ciriaco, tan importante en la moda leonesa, vuelven a escena de tan peculiares maneras. ¿El objetivo? Redescubrir el legado de quienes dejaron huella en la sociedad leonesa por si el paso del tiempo hubiera difuminado su labor.
Además, lejos de tratarse de una visita seria y sin estridencias, el tono humorístico en el que Serfunle consigue hacer una pequeña y rápida representación de lo que fueron algunos de los personajes elegidos para este año hace ganar enteros a la entidad.