Le piden más de 40 años de cárcel por agresión sexual a tres mujeres con varios grados de discapacidad

El acusado las conoció en un centro del que eran usuarias y en el que él, con un 65% de discapacidad, también fue admitido en octubre del año 2016

R. Álvarez
17/06/2023
 Actualizado a 17/06/2023
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Un hombre se enfrenta a penas que suman más de 40 años de cárcel, a petición del fiscal, por delitos de agresión y abuso sexual, maltrato habitual o descubrimiento y revelación de secretos cometidos contra tres mujeres mayores de edad y usuarias de un centro en el que el acusado fue admitido en octubre de 2016. Las mujeres tienen reconocidos distintos grados de discapacidad que, según las conclusiones provisionales de la Fiscalía, alcanzan el 65, el 52 y el 33 por ciento. Por su parte, el encausado también presenta un grado de discapacidad, en su caso del 65 por ciento. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial de León este lunes, 19 de junio, a partir de las 9:30 horas.

En su escrito, el fiscal subraya que el acusado es un hombre también mayor de edad y sin antecedentes penales que conoció en este centro a estas tres mujeres y que en el otoño-invierno de 2018 a 2019 quedó con dos de ellas para dar una vuelta. Las llevó haca una zona apartada y pidió a una de ellas que se bajara los pantalones. Ella se negó, pero él la agarró «fuertemente» de los brazos y le sujetó las manos en la espalda para limitar sus movimientos. Fue entonces cuando le bajó él mismo los pantalones y la ropa interior y «le introdujo sus dedos en la vagina. Primero uno, luego dos, tres y finalmente los cuatro», explica el fiscal. Lo hizo contra su voluntad, mientras ella le decía «que no quería y que parara», algo que según figura en el escrito, también le pidió la otra mujer. Una vez hecho esto se dirigió a esta segunda mujer, le hizo lo mismo que a su compañera y después se sentó y sentó a su vez a las dos mujeres en sus piernas, una en cada una, estando ya ambas con la ropa puesta. Entonces el acusado se bajó la cremallera y empezó a rozar su pene contra los glúteos de ellas, según recoge el fiscal. Seguidamente el acusado les dijo que las acompañaba a casa, aunque al llegar a la vivienda de una de ellas «agarró del brazo a las chicas y subieron todos». Allí desnudó de nuevo a la primera de ellas e «intentó penetrarla», aunque «no pudo al no haber conseguido una erección». Después se dirigió a la otra, también le bajó la ropa e intentó lo mismo, aunque tampoco lo logró por el mismo motivo.

El fiscal describe otra ocasión, en fecha no determinada, en la que el acusado estaba con las tres mujeres en el domicilio de una de ellas. Tras haber cenado juntos se sentaron en el sofá y el hombre «empezó a besar y a tocar» a una de ellas por encima de la ropa. Esta mujer era en ese momento su pareja sentimental, explica el fiscal, pero se opuso a que la tocara, aunque él no paró. Después todos bajaron al portal para acompañarla porque la iban a recoger sus padres. Ella se fue y el acusado aprovechó ese momento para empujar a una de las mujeres contra la pared e impedir que se moviera. La besó, la tocó por encima de la ropa, le bajó el pantalón y la ropa interior y le introdujo los dedos en la vagina e hizo lo mismo con la otra. «Todo ello sin el consentimiento y contra la voluntad de ambas», tal y como refleja el escrito de Fiscalía.

Ya en septiembre de 2019, el acusado inició una relación sentimental con otra de estas mujeres, aunque durante una parte del tiempo en el que fueron pareja él salía con la otra mujer, una situación que «conocían y consentían los tres». Mientras estuvo con una de ellas, con la que mantuvo una relación que «rompieron y retomaron varias veces», el hombre la trató con frecuencia con desprecio y de forma «humillante», le prohibió hacer cosas e ir con gente, le instaló una aplicación en el móvil para controlarla y saber dónde estaba, le mordía la nariz y la oreja y la azotaba. «Llegó a intimidarla diciendo que le haría daño a ella y a su familia poniendo una bomba en su edificio» y le dijo que «la iba a matar porque ella había iniciado una relación con otro chico», al que dijo que también iba a hacer daño. Le envió fotos de cuchillos a ellas y a sus amigas, a las que pidió que se las hicieran llegar. También dice la Fiscalía que mantuvieron cibersexo siendo pareja, la primera vez de forma consentida por ambos, aunque sin el consentimiento y la autorización de ella la grabó y posteriormente usó esta grabación para obligarla a practicar más cibersexo bajo la amenaza de hacerla pública. También en fecha no concretada, las conclusiones provisionales del fiscal recogen que el hombre se encontró con una de estas tres mujeres, con la única con la que solamente había mantenido una relación de amistad, y le pidió un beso al que ella se negó y que él le propinó igualmente.

Sin secuelas psicológicas


Los grados de discapacidad de las mujeres, del 65, 52 y 33 por ciento, están reconocidos por resolución administrativa y, según el fiscal, estos no les impiden «conocer las relaciones y actos sexuales, así como sus consecuencias» y, por lo tanto, son capaces de prestar su consentimiento para ellos, así como su disconformidad. Las tres, dice, tienen capacidades para llevar una vida normalizada y «no presentan secuelas psicológicas o lesiones psíquicas relacionadas con los hechos».

Para el fiscal los hechos relatados constituyen diferentes delitos: agresión sexual, maltrato habitual, descubrimiento y revelación de secretos y abuso sexual, de los que es autor el acusado, para el que pide penas que superan los 40 años de prisión. A ellos suma varias penas de multa y prohibiciones de aproximación y de comunicación con ellas, así como de libertad vigilada una vez cumplida la condena, a lo que suma el abono de las costas derivadas del procedimiento.
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