Las primeras ‘danzantas’ y no las últimas

Nunca una mujer había participado en la danza del Voto de Laguna. Este año lo hicieron Amaia y Amaya, dos jóvenes que han asentado las bases del futuro de esta tradición

T. Giganto
09/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Una imagen que muchos guardarán en el recuerdo por ser las primeras. | L.N.C.
Una imagen que muchos guardarán en el recuerdo por ser las primeras. | L.N.C.
Hay mujeres en Laguna de Negrillos que se saben cada uno de los pasos de la danza y los palos. A veces en los encuentros con amigos o la familia sale a relucir ese deseo oculto de muchas por participar en las procesiones del Voto o del Corpus con su mantón rojo y sus faldas almidonadas. Es entonces cuando a la vista de pocos improvisan una danza protagonizada por féminas como la que nunca se ve en la procesión el día de la fiesta de la Virgen del Arrabal por ser, según la tradición, cosa de hombres. Ninguna había dado el paso. Hasta este año. Amaia Rodríguez y Amaya Martínez han marcado un antes y un después en la danza de las fiestas grandes de esta localidad de la comarca paramesa. Con 14 y 15 años son quienes han abierto la puerta a la evolución de esta costumbre. «Muchas mujeres mayores nos han dicho que habían querido ir pero nunca se atrevieron a decirlo», comentan bajo el soportal de la iglesia de SanJuan Bautista de Laguna de Negrillos, su pueblo. Allí el 27 de abril recibían la enhorabuena de sus vecinos por ser pioneras en danzar en la fiesta del Voto pero ellas lo tienen claro: «No hemos hecho nada fuera de lo normal, solo danzar».

Manolo Rodríguez, encargado de ensayar la danza en el pueblo como antes lo hizo su padre Fidel, se muestra «muy orgulloso» por la iniciativa de estas dos jóvenes de la localidad a la hora de decidirse por ser ‘danzantas’. Él ha sido el encargado de transmitir el gusanillo por esta tradición tanto a Amaia como Amaya ya que desde pequeñas ensayan con él para danzar en la fiesta de San Isidro de cada 15 de mayo. Es en esta procesión en la que la cantera de danzantes se estrena y en ella sí que llevan años participando niñas, pero no mujeres en el Voto o en el Corpus. «Amaya me encontró un día por la calle y me dijo: Manolo, quiero danzar para el Voto. Entonces yo la dije que por mi encantado y que fuese a decirlo al Ayuntamiento. La dijeron que sí y yo no puedo estar más contento de que así haya sido», explica Manolo. «Representan a los ángeles y estos no tienen sexo entonces, ¿por qué han de tenerlo a la hora de materializar esa representación?», dice mientras las mira orgulloso.

En el caso de Amaia Rodríguez la danza le viene desde la cuna. Es sobrina de Manolo, su padre ensaya al San Sebastián y está acostumbrada a escuchar como ellos la dulzaina en casa unos meses antes de cada fiesta de Laguna de Negrillos. Estas en su familia se viven desde la tradición. No es el caso de Amaya Martínez, que recuerda como en la suya hubo algún birria pero no danzantes. Es doblemente pionera.
No faltaban hombres para la danza, «lo fueron por derecho». No sienten haber hecho ninguna proeza. «Me siento orgullosa de que mis vecinos reconozcan el paso que hemos dado pero por otro lado no siento haber hecho nada que no sea algo normal», dice Amaia Rodríguez. La otra ‘danzanta’, Amaya, reconoce que no pudo contener la emoción en las fiestas del Voto. Lo mismo le pasó a un mayor del pueblo:«Se emocionó porque le hubiera gustado que sus hijas hubiesen danzado». Tras el debut de mujeres en la danza en Laguna, algo que ya es común desde hace años en otras localidades como la vecina Pobladura de Pelayo García, ya hay muchas otras que han mostrado su intención de participar. «Todo evoluciona y también deben hacerlo las tradiciones», comenta Manolo.

– ¿Os gustaría representar a San Sebastián en el Corpus, que es otra tradición protagoniza por hombres?

– Sí, responden con rotundidad al unísono.

No es de extrañar que algún día alguna de ellas represente esta figura del guerrero arrepentido que recorre las calles de Laguna de Negrillos en cada Corpus a golpe de punta y talón. El primer paso ya está dado.
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