La "revolución" de los pobres energéticos comienza en León

Las expertas reunidas por la Fundación Isadora Duncan diseccionan la ‘Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética 2019-2024’ del Gobierno de España

D.L. Mirantes
31/05/2019
 Actualizado a 17/09/2019
De izquierda a derecha, Cecilia Foronda, Laia Rosell, David Mirantes, Ana Sanz y David Álvarez. | SAÚL ARÉN
De izquierda a derecha, Cecilia Foronda, Laia Rosell, David Mirantes, Ana Sanz y David Álvarez. | SAÚL ARÉN
Pasar de consumidores a prosumidores es el fin de la "revolución" que podría acabar con la pobreza energética. Una ola revolucionaria que recibe desde hace cuatro años un fuerte impulso desde León, concretamente desde el Musac, donde la Fundación Isadora Duncan celebra sus jornadas de Educación Financiera y Pobreza Energética (las ediciones pasadas se pueden ver en su canal de Youtube). Este jueves concluyó la cuarta edición, con la jornada dedica a diversas cuestiones relacionadas con el acceso y el consumo de energía. Fue en la primera mesa de la mañana, ‘Análisis de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética’, donde se apuntó la necesidadde cambio de condición de los usuarios. La directora del área de Ciudades Sostenibles de Ecodes, Cecilia Foronda, apuntó el nuevo concepto que supone la combinación de productor y consumidor. Según Foronda el futuro pasa porque los ciudadanos puedan producir su propia energía y volcar a la red general los excedentes cuando no la necesiten para que sea consumida por otros usuarios.

La anterior sería una de las cuestiones facilitaría el tránsito hacia "comunidades energéticas", una forma de reparto de la energía más racional y sostenible, apuntado en la misma mesa por la técnica de pobreza energética de Ecoserveis, Laia Rosell, que citó el autoconsumo o la ‘passive house’ como conceptos clave para reducir la pobreza energética en los hogares y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente.

Ana Sanz, investigadora del Departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (Duoyt-Etsam), señaló que ese tránsito facilitaría a los ciudadanos "independizarse", al menos en parte, de las compañías energéticas (electricidad y gas, principalmente). El papel de las grandes corporaciones se debatió ampliamente en las ponencias y el posterior debate por su papel de actor fundamental en la lucha contra la pobreza enérgetica. Entre las muchas demandas a lascompañías que se pusieron sobre la mesa, Daniel Álvarez, técnico de Isadoran Dunca, resaltó el acceso a los datos de los usuarios como cuestión fundamental para que el tercer sector –donde no llegue la Administración– pueda estudiar su situación y dotarles de lo necesario para evitar situaciones que pueden acabar incluso en desahucios. Para que se produzca esa revolución todavía es necesario empoderar a miles de personas –20.000 familias en León– que no tiene cubiertas las necesidades básicas.

La mesa celebró que al menos ahora hay una estrategia y algo sólido sobre lo que trabajar. Quizás sea la primera piedra de la "revolución" de los pobres energéticos Por ello, con los pies en la tierra, que es donde más trabajan las ponentes y la fundación, las expertas analizaron la Estrategia Nacional que el Gobierno pretende desarrollar entre este año y el 2024 para reducir un 25% el problema. El documento consta de 177 páginas, pero con muchas carencias, según apuntaron ayer Foronda, Rosell, Sanz y Álvarez, que han estudiado el documento y han contribuido a su mejora con alegaciones y propuestas. Entre las que se señalaron ayer se encuentra la tramitación automática del bono social, señalar fuentes concretas de financiación para las políticas de rehabilitación de vivienda, una mayor implicación de las compañías en la detección y solución de los casos de pobreza energética, la inclusión de la perspectiva de género en la estrategia por la femenización de la cuestión, un cronograma para el desarrollo de las medidas, una aparato estadístico potente que evite generalizaciones ineficientes o un sistema de mediación entre los inquilinos y los propietarios de las viviendas en alquiler que necesiten mejoras energéticas. Además, las ponentes señalaron algunos omisiones importantes, como que en todo el documento no se mencionen las deudas derivadas de las situaciones de pobreza energética o de cambios en el sistema de precios. Pese a todo ello, la mesa celebró que al menos ahora hay una estrategia y algo sólido sobre lo que trabajar. Quizás sea la primera piedra de la "revolución" de los pobres energéticos.
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