La ‘muerte’ del diésel amenaza a más de 30.000 tractores en León

Los anuncios del Gobierno del fin de los motores de combustión parecen olvidar el sector primario, que todavía no cuenta con alternativas claras

D.L. Mirantes
22/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Un tractor  ‘veterano’ trabaja en una finca  del sur de la provincia y un Case IH ACV, el prototipo autónomo no eléctrico de la firma de EEUU. | DANIEL MARTÍN / CASE
Un tractor ‘veterano’ trabaja en una finca del sur de la provincia y un Case IH ACV, el prototipo autónomo no eléctrico de la firma de EEUU. | DANIEL MARTÍN / CASE
Una vez más, la política estatal parece haberse olvidado del sector primario, especialmente de la agricultura y la ganadería. Los anuncios de la limitación de los motores de combustión para el 2040, prácticamente en veinte años, sume al sector en una gran incertidumbre. No obstante, como han apuntado las organizaciones agrarias, los agricultores y los ganaderos no cuentan por el momento con alternativas al diésel, ni parece que la industria sea capaz de desarrollarlas a corto plazo.

Los tractores eléctricos no cuentan por el momento con autonomía suficiente Actualmente, la actividad agraria y ganadera no es concebible al margen de la mecanización de las tareas, con una creciente especialización, que en los últimos años ha llevado a las explotaciones todo tipo de maquinaria autopropulsada y otros aperos en busca de una mayor productividad. De hecho, al cierre del pasado ejercicio, el censo de maquinaria automotrotiz de la provincia estaba formado por 106 tractores de cadenas y 29.874 de ruedas, 669 cosechadoras de cereales, 48 de forraje, 24 de remolacha, una de hortalizas, siete de viñedo y otras casi 50 para otras tareas. El censo sigue creciendo con 214 cargadoras, 44 tractocarros, 3.700 motocultores y otras 73 automotrices de otras categorías. Sin embargo, según las estimaciones oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, un pequeño porcentaje no estaría en uso, que tampoco contribuye a reducir los recelos en el sector.

En este contexto, los expertos apuntan que en un futuro el vehículo eléctrico podría contribuir a mejorar la competitividad de las explotaciones agrícolas y ganaderas, ya que podrían producir a través de sistemas ‘verdes’ la energía necesaria para los vehículos, que con las mejoras derivadas de los sistemas autónomos podrían reducir notablemente los costes de producción y el impacto de factores como la huella de carbono. Los ganaderos y agricultores leoneses no son ajenos ni a la mecanización ni a la mejora de la productividad, en general, de sus explotaciones, ni a la buenas prácticas medioambientales, entre las que se incluye el ‘greening’ y, cada vez más, la búsqueda de fertilizantes y tratamientos fitosanitarios menos agresivos. También es destacable la mayor conciencia del uso del agua, especialmente a raíz de la última sequía. Especial mención merecen los proyectos de investigación como los de siembra variable o teledetección que están acometiendo cooperativas como Ucogal.

Pese a a todo ello, las alternativas que ofrece la industria son limitadas y son muy pocos los vehículos agrícolas ‘verdes’ en el mercado, con muchas de las propuestas en fase de prototipo. En el caso de los tractores eléctricos, los modelos de marcas como Fendt o Jhon Deere se están testando en empresas y emplazamientos seleccionados y todavía cuentan con un autonomía (seis horas) reducida, insuficiente para las exigencias del modelo productivo actual. Otras marcas han avanzado en el desarrollo del tractor autónomo, como el Case IH ACV o el New Holland NHdrive, aunque con motores de combustión.

Gradual y subvencionada


Por otra parte, la compra de maquinaria agrícola es una de las mayores inversiones de las explotaciones agrícolas. Redimensionar explotaciones y mejorar la productividad exige a los productores y a la cooperativas cientos de miles de euros, cuyo retorno está además condicionado a los márgenes de cada momento, con precios, en algunos subsectores, por debajo de los costes. Por ello, aunque todavía con muchas precauciones, a falta de mayores avances en la investigación y el diseño de políticas específicas, todo apunta a que la renovación del parque tendrá que ser gradual y contar con ayudas, como ya apuntan algunas organizaciones.
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