La memoria viva de Vegamián

Antiguos vecinos y descendientes honraron este domingo a San Antonio

Alfredo Hurtado
18/06/2023
 Actualizado a 18/06/2023
La misa y la procesión de San Antonio constituyeron los actos centrales de la romería celebrada en Pardomino. | ALFREDO HURTADO
La misa y la procesión de San Antonio constituyeron los actos centrales de la romería celebrada en Pardomino. | ALFREDO HURTADO
Los antiguos vecinos de Vegamián (cada vez menos) y parte de sus descendientes, además de numerosos devotos de San Antonio, celebraron este domingo su la romería anual en el paraje idílico de las praderas de Pardomino. La pandemia del covid ha influido de una forma muy negativa en esta fiesta, puesto que desgraciadamente varios de los descendientes de la localidad anegada por el pantano del Porma se vieron afectados por el virus. Se trata fundamentalmente de gente mayor y su ausencia ha hecho que muchos de sus descendientes tampoco acudan a la celebración, lo que ha reducido la asistencia durante estos últimos años.

En cualquier caso, la constancia y el trabajo de Isidoro y Julián –también descendientes de Vegamián– en organizar este encuentro hace posible que la romería de San Antonio permanezca muy viva y consiga reunir todavía a un número importante de asistentes.

En esta edición, los organizadores consiguieron el padrino sólo 24 horas antes después de haber llamado sin éxito a varias puertas. Sin embargo, dicen que San Antonio les echó una mano tras enterarse que un antiguo vecino de Vegamián residente en Sidney había aterrizado en tierras leonesas. Se trataba concretamente de Francisco Javier Ucio Castañón, que lleva 52 años en ese país Australia y –como antiguo vecino de Vegamián– se prestó encantado. Más tarde se supo que tenía billete sacado desde hace tres años y que la pandemia le impidió viajar, pero finalmente le respetaron al derecho a hacer un viaje que dura más de 23 horas). Mientras, la madrina fue nombrada Maribel Martínez Bayón, residente en Gijón. Tras el nombramiento de los padrinos, se celebró la procesión del santo, regresando por la puerta de la antigua ermita reconstruida. A continuación se celebró la misa, que dio paso a los vinos variados y la torta de San Antonio, que también estuvieron presentes para ser degustados por los asistentes en una romería amenizada con música popular y folclore. Tras la comida hubo juegos infantiles antes de proceder a la limpieza de la pradera.
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