Y todo lo que ha estado trabajando es mucho. El doctor García Porrero estudió en Medicina en la Universidad de Valladolid, pero su inquietud y sus ganas de aprender le han llevado por todo el mundo. Se formó en el Instituto de Cardiología Ignacio Chavez de México y también ha estado en el St Bartholomew’s Hospital de Londres o en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. Esta vocación que ha cruzado fronteras también le llevó a organizar el Congreso Internacional de Amigos del Corazón y a trabajar con la Sociedad Europea de Cardiología. Asimismo, ha impartido conferencias por todo el mundo, desde Melbourne hasta Ecuador o Filipinas. "He aprovechado todas las oportunidades que he tenido para formarme", reconoce el cardiólogo al echar la vista atrás.
Su currículum es vasto y su trayectoria profesional ha ‘viajado’ por medio mundo, pero donde el cardiólogo ha desarrollado la gran parte de su actividad ha sido en el Hospital de León. "Aquí es donde más he trabajado, tengo más de 35 años de profesión", cuenta. Se quedó en la provincia por motivos personales y eso le ha hecho testigo de grandes cambios en el centro hospitalario de la capital así como «una evolución importante de la ciencia o la aparición de nuevas patologías y nuevos medios de diagnóstico. Creo que he vivido una etapa muy importante de la medicina en todo el mundo», cuenta el cardiólogo. Todo su aprendizaje y la importante labor investigadora y docente que ha desarrollado, provocó que el Caule se colocara como uno de los primeros hospitales de España que tuvo rehabilitación cardiaca, su especialidad, aunque el país sigue teniendo bajo nivel de implantación "sobre todo al número de pacientes que pasan por nuestras unidades".
"Preferimos referirnos a prevención cardiovascular porque la rehabilitación significa volver al estado anterior, y nosotros pretendemos evitar las circunstancias que llevaron al enfermo a tener un infarto", cuenta García Porrero sobre la especialidad. Cuenta el doctor que se hace prevención prácticamente de todos los tratamientos que se llevan a cabo en el Área de Cardiología: "se rehabilitan cardiopatías congénitas, dispositivos como marcapasos, válvulas, etc.", detalla el cardiólogo.
Falta de profesionales
Señala el doctor que en la actualidad no existe mucha prevención cardiovascular porque no hay muchos profesionales. "Nuestros residentes están muy ocupados, tenemos un déficit importante de personal y mucho trabajo, y ellos buscan una formación global para, después, tener un empleo», afirma. Asegura además que «tampoco hay mucho interés en la administración sanitaria, pero no sabemos por qué". El cardiólogo leonés asegura que está demostrado que este tipo de tratamientos disminuyen la necesidad de medicación y aumentan la calidad de vida de las personas: "pocas técnicas de la cardiología lo consiguen como lo hacen la prevención y la rehabilitación cardiaca".
Es la cardiología una especialidad "agradecida", afirma el doctor, "porque los pacientes pasan de una situación de muerte inminente a una de felicidad" y por eso anima a los futuros doctores –como los que se han examinado del MIR hace unas semanas– a que se adentren en la cardiología "si les gusta la clínica". "Hay muchas opciones porque hay muchas especialidades", destaca.
Entre Premios Nobel
Mientras hace balance sobre su trayectoria, el doctor Esteban García Porrero no evita acordarse de lo que considera como uno de los grandes hitos de su carrera profesional. Entre los años 2013 y 2018, el cardiólogo leonés fue nombrado nominador de los Premios Nobel de Fisiología y Medicina, un trabajo realizado por pocas personas en el mundo. "Generalmente son nominadores las personas que ya han obtenido el Premio u otros médicos que trabajan en el Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo, en Suecia", explica el doctor García Porrero. Hay muy pocos nominadores en el mundo fuera de este centro hospitalario sueco, por lo que para el doctor leonés fue un premio en sí mismo recibir la oportunidad de ofrecer a un candidato.
El secretismo que gira en torno a esta elección es importante, el médico afirma desconocer cuántos nominadores hay exactamente en todo el mundo, pero sí sabe que su candidatura -que se presenta con el currículum del profesional junto a ciertas recomendaciones de autoridades importantes- pasa luego al Comité compuesto por ocho personas y a la Asamblea de los Premios Nobel formada por 50 personas, todas ellas del Karolinska.
Recta final
Es consciente el doctor Esteban García Porrero de que se encuentra en sus últimos años profesionales, y para ellos ya tiene un deseo: "Me gustaría dejar como legado una Unidad de Rehabilitación Cardiaca de última generación en el Hospital de León", cuenta, y "estoy en camino de que sea posible", afirma.
Una Unidad que seguro seguirá basada en la investigación, como lo ha hecho el doctor durante toda su vida: "La medicina nunca se puede desligar de la investigación ni de la clínica, es una parte inherente a ella", sentencia García Porrero. Para él es, además, muy importante la relación con el enfermo –la parte clínica– "si no, no estaríamos haciendo medicina".