La defensa del presidente de La Vasco dice que el accidente fue imprevisible y no existe delito

En sus conclusiones provisionales insiste en que en el siniestro de 2013 en el que fallecieron seis trabajadores no hubo fallo de seguridad

Rosa Álvarez
29/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Declaración en los Juzgados en julio de 2015 del presidente de La Vasco. | ICAL
Declaración en los Juzgados en julio de 2015 del presidente de La Vasco. | ICAL
La defensa del presidente y vicepresidente del Consejo de Administración de la Sociedad Anónima Hullera Vasco Leonesa, Antonio del Valle y Arturo del Valle, asegura que las causas del accidente del 28 de octubre de 2013 en el que fallecieron seis trabajadores fueron «imprevisibles», por lo que «carece de sentido hablar de autoría del mismo». En sus conclusiones provisionales, presentadas este martes, se hace hincapié en que «múltiples estudios e informes realizados» –tanto internos a la empresa como externos a ella– apuntan a que el motivo «técnicamente más probable» fue que se produjo un «fenómeno gaseo-dinámico» o desprendimiento instantáneo de grisú «de naturaleza imprevisible en cuanto al lugar y momento de su aparición, así como a su magnitud y consecuencias». Si no se puede predecir, no existe delito, subrayan, y lo que procede –de cara al juicio que depure responsabilidades respecto al siniestro y sus consecuencias– es la «libre absolución» de Antonio y Arturo del Valle.

La representación legal del presidente y vicepresidente del Consejo de Administración de La Vasco niega así «rotundamente» que la causa del accidente fuera la caída de la bóveda del post taller, como afirman muchas de las acusaciones particulares e incluso recoge parcialmente el Ministerio Fiscal, y desmiente «con más rotundidad si cabe» que la empresa no tuviera implementado todo un sistema de seguridad y salud, dotado con los «medios humanos, técnicos y económicos precisos» y que cumplía las exigencias legales vigentes «plenamente» e incluso «por encima» de lo requerido.

Sistema de Prevención

En el documento, la defensa considera «fatal» la muerte de los seis empleados, así como las lesiones de otros ocho trabajadores. No obstante, incide en que «desde el mismo día» en el que se produjo el accidente puso «todos los medios personales, técnicos y económicos para tratar de encontrar las causas del mismo y comprobar con la investigación exhaustiva de todas las circunstancias cómo había funcionado el Sistema de Prevención correspondiente». Éste –prosigue la defensa– contaba con la aprobación de la Autoridad Minera y al ser un sistema propio era sometido a auditoría externa cada dos años, habiendo pasado la última en octubre de 2012 y una adicional, en diciembre de 2014 –por parte de Auditores del Noroeste–, ya posterior al accidente, en la que se confirmó «sin el menor género de dudas que la organización del Sistema de Prevención se ajustaba a todas las exigencias normativas, tanto generales como de riesgos específicos», siempre según el escrito de defensa. El presupuesto anual de 2013 para la actividad preventiva era de 1.263.379 euros y, «a pesar de la crisis importantísima del sector minero en los últimos años, nunca se recortó el presupuesto» de seguridad y se mantuvo «a la vanguardia» en estas políticas.

Otro de los datos que se ofrece en las conclusiones provisionales de la defensa de Antonio y Arturo del Valle es el encargo tras el siniestro al Laboratorio Oficial Madariaga –acreditado por la ENAC como organismo de control autorizado para el ámbito minero– de un informe que verificara el cumplimiento de los requisitos normativos en la explotación este de la planta 7 del macizo 7 del grupo ‘Pozo Emilio del Valle’, lugar del accidente. Se elaboró apenas dos meses después de él y «no detectó la existencia de incumplimientos».

Por todo ello, se concluye que la obligación de gestionar la política de seguridad y salud de la empresa se cumplía de forma «suficiente» por los responsables de la empresa y se añade que los métodos de explotación se ajustaban a los vigentes y aprobados por la Autoridad Minera y que la ventilación cumplía también «todas las prescripciones técnicas». En resumen, remata advirtiendo que «todos los hechos señalados nos llevan a estimar que la actuación de mis defendidos en su condición de presidente y vicepresidente respectivos del Consejo de Administración de la S.A. HVL carece por completo de relevancia penal».

Las familias, indignadas

Conocido este escrito de la defensa de Antonio y Arturo del Valle, los familiares de los fallecidos y heridos tras el siniestro no ocultaron su «indignación». «Los Del Valle hicieron los deberes toda la vida muy bien, tejiendo informes o pidiendo auditorías, pero a la hora de la verdad, ¿qué nos quieren decir?, ¿que una auditoría que están pagando ellos les da la razón? Pues vaya novedad. No tiene sentido», subrayaron. Cuando se produjo el accidente, afirmaron, «empezaron a llamar a sus amiguitos» para cubrir su espalda y que dijeran que los hechos no se pudieron prever de ninguna manera, cuando el informe de Minas sí que habla de que se cayó una bóveda. «Llamaron a gente de prestigio, pero que son sus amigos, lo que ocurre es que sus firmas tienen poder y la nuestra ninguno, pero no se pueden apartar de la verdad y presentar informes vacíos de contenido», lamentaron. No obstante, más que este escrito, lo que más enfada y «duele» a las familias son los escritos de los vigilantes de la empresa, en los que «directamente echan la culpa a su compañero fallecido» y se desvinculan de cualquier tipo de responsabilidad respecto a lo ocurrido.
Lo más leído