La cerbatana que entrena los pulmones

El CREde San Andrés utiliza esta arma para potenciar mejoras en los usuarios

Sergio Jorge
03/05/2015
 Actualizado a 18/09/2019
Anouar, durante uno de sus ejercicios con la cerbatana. | MAURICIO PEÑA
Anouar, durante uno de sus ejercicios con la cerbatana. | MAURICIO PEÑA
Las cerbatanas son armas que pueden llegar a ser mortales según la munición y que han utilizado durante siglos los indígenas, pero también tienen su versión infantil, los bolis que disparan bolas de papel. En el Centro de Referencia Estatal de la Discapacidad y la Dependencia de San Andrés del Rabanedo le han encontrado un nuevo uso que está resultando todo un acierto puesto que se están comprobando ya las mejoras en el grupo de usuarios que forman parte de un estudio en el que colabora el CRE y la Universidad de León.

Se trata de una investigación en la que once residentes del centro están realizando una serie de ejercicios con la cerbatana para mejorar su capacidad pulmonar, con los enormes beneficios que eso supone para personas que por sus lesiones deben moverse con silla de ruedas y que, hasta el momento, apenas hacían ejercicio físico. Odicho de otra forma:este grupo pasa una hora al día disparando con esta arma profesional los dardos a las cuatro dianas que se han instalado en una sala del edificio y que les permiten convertir un juego en un entrenamiento muy efectivo.

«El objetivo es mejorar la capacidad respiratoria y enganchar a la gente para que haga deporte», explica María Rubiera, una de las responsables de este proyecto dentro del CRE. Y es que esta técnico del centro asegura que "la inmensa mayoría no hacía ejercicio", de ahí que desde que se iniciara este programa, en el mes de febrero, se hayan ya formado una serie de competiciones en las que todos los participantes "están muy motivados y picadísimos".

Son cuatro meses en los que los once participantes van a practicar todos los días con diversos juegos, todos ellos similares a los de dardos puesto que las dianas son las mismas y la única diferencia es que en vez de tirarlos con la mano es con la boca.

Pero este divertimento va más allá puesto que los participantes están demostrando una importante mejora en la precisión de sus disparos así como en la concentración y en la atención. Ypor supuesto en la actividad pulmonar, que es al fin y al cabo el objetivo inicial.

"También están mejorando los números, porque antes algunos de ellos tenían problemas para reconocerlos, y ahora mismo ya son capaces de sumar y restar", añade esta monitora, que junto a otros profesionales del centro son los que ayudan a disparar a los participantes, ya que algunos no pueden ni cargar ni sujetar la cerbatana.
«Se nos ocurrió la posibilidad de utilizar una cerbatana porque así se puede ejercitar la musculatura respiratoria», subraya el investigador de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de la ULE, David Suárez.

Según especifica este otro responsable del proyecto, se intenta comprobar dos tipos de baremos. Por una parte, "la capacidad pulmonar con expirometría", mientras que por otro, "la función muscular respiratoria al inspirar y espirar".

"Se hizo una evaluación al principio de la investigación y se hará otra al final", apunta Suárez sobre un proceso que quiere así concluir las diferencias entre el inicio y el final del programa, que a su vez se compara con otro grupocontrol al que se hicieron las mismas pruebas pero que no han utilizado en ningún momento la cerbatana y, por tanto, no han participado en el estudio. "Hay dos comparaciones, una pre y postgrupal y otra intergrupal con el grupo control", especifica Suárez.

Estas pruebas se realizan con dos aparatos y tienen por objetivo en primer lugar medir la presión inspiratoria, es decir, "la fuerza muscular del diafragma", relata Suárez. El resultado se obtiene en mililitros de agua. En segundo lugar, se expulsa el aire y se mide la función pulmonar, la capacidad vital forzada y la máxima ventilación voluntaria, esta última tras tres intentos.

El investigador de la ULE destaca que las mejoras son al fin y al cabo «en la calidad de vida» de los usuarios, pero se puede comprobar en otro tipo de detalles, como es el manejo de la silla de ruedas y la calidad del sueño porque se respira mejor y por tanto se descansa más.

Hay más ejemplos de mejoras tras ponerse en marcha este proyecto. Y es que algunos de los usuarios apenas eran capaces de acertar a la diana a un metro, pero ahora pueden disparar sin problema desde los 2,37 metros que es la distancia oficial. De hecho, es ese uno de los avances para los participantes, puesto que «se calculó la distancia óptima de antemano con pruebas de 4 o 5 metros, para que sea suficiente el estímulo del entrenamiento", agrega Suárez. Y es que "para el lanzamiento de un penalti, si un jugador tira y mete todos desde los once metros, igual hay que probar a 20 metros para que se pueda mejorar". "Hay una gran carga de entrenamiento pero tiene que motivarles", añade Rubiera.

Otro aspecto que se impulsó es la realización de test psicológicos para conocer la evolución de la motivación de los participantes, además de otro tipo de cuestionarios para conocer la precisión, que también se mejoró después de que se dividiera la diana en cuatro sectores. "El de arriba era el más difícil y el de abajo el más sencillo, mientras que los del medio eran los intermedios», relata Suárez.

Ambos responsables del proyecto se muestran satisfechos de los apenas dos meses de entrenamiento, ya que la evolución es constante.
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