El porcentaje de mujeres que dejan los estudios es mucho menor y eso no pasa por generación espontánea A comienzos de este año se han hecho públicos en el portal Educabase los datos gubernamentales sobre los resultados académicos del curso 2016/2017. En León se evidencia una distancia de más de ocho puntos en el fracaso escolar de aquellos estudiantes que no lograron acabar la ESO. Si entre las mujeres hubo un 82,6 por ciento de graduadas, este porcentaje se redujo al 74,3 por ciento en el caso de los hombres.
La brecha entre sexos se hace todavía más amplia en el Bachillerato, que en la provincia leonesa roza los quince puntos. Un 68,2 por ciento de las estudiantes leonesas logra la titulación por el 53,5 de los hombres que completan el segundo curso de Bachillerato.
Las medidas de las comunidades autónomas y del Gobierno para paliar una evidente diferencia entre hombres y mujeres, hasta el momento, brillan por su ausencia y para muchas voces está considerado como un asunto tabú. Abordar el fracaso escolar por géneros parece complicado en un estado de la cuestión en el que tan siquiera se han explorado las causas.
Padres y docentes lo confirman
Tanto profesores como padres y madres han comentado a este periódico algunas de sus sensaciones sobre este tema, sin dejar de reconocer la «evidencia» de que en la actualidad los hombres son el ‘sexo débil’ en lo que a estudios se refiere. Por ejemplo, Arsenio Martínez de la Federación Leonesa de Asociaciones de Madres y Padres (Felampa) considera que «las chicas ponen más empeño». «Es cierto que el porcentaje de mujeres que dejan los estudios es mucho menor y eso no sucede por generación espontánea», reconoce el portavoz.Arsenio Martínez considera que en sociedades patriarcales «los hombres lo tenían más fácil» pero que, pasadas las décadas, la igualdad ha posibilitado el mayor «empuje» del sexo femenino. El portavoz de Felampa también visibiliza una verdad que, según a quién, pueda resultar incómoda sobre la brecha de género. «Está yendo a más con los años y seguirá a más. Por lógica, habrá más mujeres que hombres en puestos directivos», apunta Martínez.

Las familias aseguran que poco más pueden hacer que «apoyar a los niños para que estén motivados según las capacidades de cada uno». Eso y «educar en igualdad» que es una línea que también sigue Ricardo de Dios, representante de Aspes en León. «Los profesores no diferenciamos por géneros, tratamos y evaluamos por igual a los alumnos y a las alumnas», asegura el portavoz sindical.
Este profesor apunta a dos razones para este mayor rendimiento de las mujeres. Por un lado y aunque parezca obvio, a un «mayor esfuerzo individual» que en un sistema educativo en el que prima la meritocracia las hace triunfar en un porcentaje más elevado. Por otro, al «proceso madurativo más temprano» en las mujeres. «Por ejemplo, en segundo de la ESO, ellas tienen un nivel de madurez más elevado que luego se va equilibrando», comenta Ricardo de Dios.
La profesora como referente
Sin entrar en una ‘guerra de sexos’, los profesores sí atestiguan que las niñas dedican un mayor tiempo a realizar los deberes (algunos estudios apuntan a casi una hora más al día) y a actividades como la lectura voluntaria. Aunque sea «complicado generalizar», los niños parecen entregar más horas a los videojuegos o al entrenamiento deportivo. Una encuesta entre adolescentes de la Fundación Axa sobre a quién quieren parecerse refleja que en el top diez de preferencias masculinas aparecen deportistas como Cristiano Ronaldo, Leo Messi o Rafa Nadal, mientras que entre ellas se cuelan referentes como Marie Curie.Las asociaciones de padres aseguran que la brecha de género es un asunto que no se está tratando lo suficiente Otra de las respuestas más obtenidas entre las jóvenes españolas es «mi profesora». Y es que la feminización de la docencia es otro de los aspectos que, según algunos expertos, puede influir en esta brecha. Los datos ministeriales cifran en un 83 por ciento el número de mujeres entre los profesores españoles de Infantil y Primaria. Investigadores de la cuestión, como María Calvo, creen que esta «falta de referentes» en los varones puede estar detrás de una distancia cada vez más insalvable.
En la Facultad de Educación de la Universidad de León, siete de cada diez alumnos son mujeres por lo que la situación actual parece que no se revertirá a medio plazo. Problema o no, lo que está claro es que se abre un posible campo de investigación. El desconocimiento es tan manifiesto como un mutismo que queda claro por reflexiones como la del presidente de Felampa: «Cuando hacemos reuniones en Valladolid o en Madrid es un tema que no se trata aunque sea importante. Ellas, por el tipo de sociedad, lo han tenido más difícil y ahora son los chicos los que tienen que coger carrerilla».