"Hay hombres que creen que las vasectomías no son irreversibles"

Cada año se realizan más de 200 intervenciones en el área de salud de León, cuyo objetivo es lograr una infertilización total

Sergio Jorge
14/11/2016
 Actualizado a 19/09/2019
El doctor José María Rodríguez Lamelas, miembro del servicio de Urología del ComplejoAsistencial Universitario de León. | DANIEL MARTÍN
El doctor José María Rodríguez Lamelas, miembro del servicio de Urología del ComplejoAsistencial Universitario de León. | DANIEL MARTÍN
Cada año se realizan más de dos centenares de vasectomías en todo el área de salud de León, tanto en el Complejo Asistencial Universitario como en los centros de salud de la Condesa y José Aguado. De hecho, en 2015 se practicaron 108 en el Hospital, aunque la mayoría de ellas tienen lugar en los ambulatorios. Se trata de intervenciones de carácter leve, que permiten a los pacientes «irse a casa a la media o tres cuartos de hora» tras una anestesia local, según describe el doctor José María Rodríguez Lamelas, encargado de realizar estas operaciones.

Este facultativo se encuentra a menudo con algunos mitos respecto a las vasectomías, puesto que «hay algunos hombres que vienen a la consulta diciendo que tienen entendido que hay dos tipos de operaciones, pero no, las vasectomías son irreversibles». Así zanja estas suposiciones Rodríguez Lamelas, para luego explicar en qué consiste esta intervención.

José María Rodríguez Lamelas deja claro que no hay dos tipos de operación, son siempre eficaces «Entre el epidídimo y la uretra prostática está el conducto deferente, y los espermatozoides caminan por él y acaban en la uretra para ser expulsados al exterior. ¿En qué consiste la vasectomía? En cortar ese conducto», resume este especialista. Eso sí, aclara que «los testículos van a seguir produciendo espermatozoides, pero no van a salir al exterior», afirma.

La técnica varía, ya que se puede hacer dos incisiones para acceder a sendos conductos, o una sola para llegar a los dos. Pero una vez allí, «se corta, se anuda y se coagula para que no pasen más espermatozoides». Es más, los dos extremos se superponen en planos diferentes para asegurar la infertilización, que es el objetivo que se persigue, insiste Rodríguez Lamelas.

Este médico del Hospital de León detalla que «lo único que se llevan los pacientes a casa son dos puntitos, que lo que hacen es aproximar la piel, y con un día de reposo pueden hacer vida normal». Pero también advierte de una cuestión trascendental:«Citamos a los pacientes tres meses después de la operación, porque hasta entonces no se asegura que el deferente esté limpio de espermatozoides», apunta.

Otra cuestión es que se quiera una recanalización, aunque el método no esdel todo fiable al 100% Es por este motivo que tras este periodo de tiempo o después de 40 eyaculaciones ya se considere que el conducto está limpio y no se han quedado espermatozoides en el semen. Después se hace «un seminograma y cuando se ve que hay cero, se les da el alta». Rechaza además la posibilidad de que se pueda producir «una recanalización espontánea». «Está descrito, pero no lo he visto en la vida», asegura.

Rodríguez Lamelas insiste en que las vasectomías «son estirilizaciones irreversibles», pero lo que sí se puede hacer es «una recanalización». Esta nueva intervención consiste en «ver dónde hay una luz viable y se empalman los dos tubitos», explica este profesional del Hospital de León, que también recalca que «se puede hacer, pero en cualquier caso el éxito de una recanalización es baja». Por eso, esta técnica «se utiliza poco», y tampoco entra dentro del catálogo de servicios del sistema de salud, como sí sucede con las vasectomías.

«Hoy en día, si alguien tiene una vasectomía y quiere tener hijos, lo más rentable es hacer una aspiración de espermatozoides», subraya Rodríguez Lamelas. Es por tanto una técnica con la que se extraen y después se tratan para posteriormente hacer una fecundación in vitro. Hay que destacar además que la media de estos pacientes «es de entre 35 y 45 años, pero cada vez son más jóvenes», señala Rodríguez Lamelas.

Y es que este especialista destaca que la tendencia está cambiando porque cada vez son más hombres los que dan este paso ya que «tienen que contribuir, no es solo una cuestión de las mujeres». Además, resalta que es «más fácil» esta intervención que «las ligaduras de trompas», de ahí que cada vez sean más los que toman esta decisión, sobre todo tras periodos de tiempo en los que una de las dos personas de la pareja es la que toma anticonceptivos.
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