La nieve está brillando por su ausencia este invierno en las estaciones de equí de la provincia, tanto San Isidro como Leitariegos, que tras la primera y hasta la fecha única nevada que permitió abrir las estaciones el pasado 10 de enero han visto como las precipitaciones en forma de lluvia se llevaron por delante buena parte de la superficie esquiable que, gracias a los cañones de nieve, ha permitido recuperarse este pasado fin de semana hasta los casi 6 kilómetros entre las dos estaciones que pudieron disfrutar los más de 3.000 visitantes que tuvieron las estaciones sábado y domingo.
Precisamente en los cañones de nieve reside por tanto la esperanza de la temporada mientras la situación continúe sin previsión de grandes nevadas como todo hace indicar este año. Pero, ¿cómo funcionan los cañones de nieve?
Lo primero que hay que señalar es que las dos estaciones dependientes de la Diputación de León cuentan con más de 120 cañones de nieve, 68 en Valle de Laciana - Leitariegos y 53 en San Isidro. Estas instalaciones van camino de cumplir las dos décadas y en su día supusieron una enorme inversión, no solo por la simple adquisición de los aparatos, sino por la canalización del aire y agua que necesitan para funcionar, que consumen una gran cantidad tanto de agua procedente de balsas como de electricidad para funcionar y además requieren de unas condiciones meteorológicas determinadas de temperatura, aire y humedad, especialmente con sistemas antiguos.
Existen dos tipos de cañones de nieve, de baja y alta presión. Los de baja presión, que se asemejan a un ventilador, crean la nieve a través de una turbina movida por un motor, a la que llega el agua al menos a 10 bares.que entra en contacto con la atmósfera si existen unas determinadas condiciones de temperatura y humedad permite la creación de esa ansiada nieve. En los sistemas de alta presión, que externamente se diferencian por sus altos tubos, el aire se produce a través de compresores y se mezcla con el agua también a presión, dispersándose y creando igualmente el mismo fenómeno.

Clave son, independientemente del sistema, las condiciones atmosféricas necesarias para crear nieve y también está costando encontrarlas. Por encima de los cero grados la situación se complica mucho y cuanta menos humedad haya mejor será la calidad de la nieve. Además, hay que tener en cuenta que es importante que no sople excesivamente el viento ya que de esa forma no se cubriría la zona que debe hacerlo.