"Fue ella la que comenzó a empujarme con su ira. Yo no tenía intención de matarla"

El acusado de matar a su prima en Redipuertas en medio de una discusión por la lindes dice que siente mucho "lo ocurrido" y que no recuerda qué sucedió

I. Herrera
24/05/2016
 Actualizado a 18/09/2019
El acusado, este lunes, junto su abogado defensor, en la primera sesión del juicio. | DANIEL MARTÍN
El acusado, este lunes, junto su abogado defensor, en la primera sesión del juicio. | DANIEL MARTÍN
El hombre acusado de matar a su prima en junio de 2013 en Redipuertas en medio de una discusión sobre las lindes declaró este lunes ante el tribunal del jurado que nunca tuvo intención de matarla, que «a duras penas» recuerda haber disparado» y que «fue ella la que comenzó a empujarme con su ira, con sus frases». Así lo explicó durante su interrogatorio en la primera sesión del juicio que se abría en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León con jurado popular.

En respuesta a preguntas de las partes, el acusado, Leandro Avelino L. F. , reconoció que había tenido una discusión «muy pequeña» con su prima carnal el día de los hechos –según el relato del Ministerio Público, unas horas antes del crimen– porque la mujer, María del Carmen Fernández (que tenía 60 años de edad cuando falleció), «arrojaba a mi finca ramas y deshechos de la suya». Él se lo habría recriminado y «ella estalló, fue ella la que comenzó a empujarme con su ira, con sus frases, diciéndome ‘a ti te voy a arruinar’, ‘te voy a denunciar a ti y a tu perro’, ‘a tu perro hay que matarlo y a ti te vamos a arruinar’». «Con sus gestos me sacó de quicio porque no hacía más que reírse y bailotear alrededor de mí; se burlaba y me humillaba», declaró el procesado, que dijo que él sólo «la escuchaba y la observaba». Sin embargo, no recuerda, aseguró, el momento en el que disparó la escopeta alcanzándole en el abdomen –disparo del que murió desangrada–, ni la presunta huida ni el momento en el que fue detenido por laGuardia Civilen el paraje del ‘Pozo de los Infiernos’, momento en el que habría forcejeado con los agentes.

En ningún momento decidió que fuera a matarla, le dijo a la representante del Ministerio Fiscal que quiso saber si se arrepentía de lo que había hecho: «Cómo me voy a arrepentir de algo que no tenía intención de hacer. Siento mucho lo que ocurrió, pero eso no significa que yo quisiera hacerlo». Leandro Avelino L.F. admitía también que el día que mató a su prima había bebido bastante, «un litro de vino y dos o tres copitas de orujo», y que estaba algo afectado por el alcohol.

La acusación particular, por su parte, profundizó en la enemistad familiar. El propio procesado reconoció que no tenía relación con nadie de su familia, excepto su madre, y según se expuso en la sala, la prima había denunciado a la madre por unas obras de ampliación en la vivienda que, según la víctima, afectaban a la ribera del río Curueño. La denuncia se interpuso en 2012 y, justo dos meses antes del crimen, fueron condenados por Confederación Hidrográfica del Duero a pagar una multa de 6.000 euros, aunque Leandro Avelino dijo no conocer este extremo, sí la denuncia, pero no la multa.

El acusado ya pasó cinco años en un centro penitenciario psiquiátrico de Alicante tras matar en 1977 de tres puñaladas a un amigo suyo tras una discusión, también en Redipuertas. En aquella ocasión el tribunal que le juzgó apreció la eximente de enajenación mental transitoria, de ahí lo reducido de la condena.

Por su parte, la defensa solicita la libre absolución para el acusado y sostiene que los hechos se produjeron porque la familia de la fallecida y el acusado mantenían una serie de disensiones que se habían prolongado en el tiempo. La defensa entiende que se dan suficientes argumentos como para decretar la libre absolución del acusado por la existencia de circunstancias eximentes de su responsabilidad penal. En concreto, se basa en los problemas psiquiátricos del acusado y el consumo de grandes cantidades de alcohol en el momento de producirse los hechos.

Insultos tras los disparos

Un testigo que presenció cómo Leandro Avelino L.F. disparaba contra su prima sobre las 17:00 horas del 1 de junio de 2013 en Redipuertas declaraba este viernes ante el tribunal de la Audiencia de León que juzga los hechos que instantes después el agresor dijo a la víctima: «Puta, hija de puta, te lo merecías». Así lo declaró ante el tribunal Manuel Álvarez García, quien explicó que conocía tanto a la víctima, María del Carmen Fernández, médico de profesión y que tenía 60 años cuando murió, como al agresor desde hace cuarenta años, el tiempo transcurrido desde que se casó como una vecina de Redipuertas, según recoge Efe.

Dijo que el día del crimen se cruzó primero con el agresor, «que iba diciendo como para sí: quedan cinco minutos, quedan cuatros minutos, quedan...», e instantes después con la víctima, que empujaba una carretilla con la que había tirado la hierba tras segar el jardín de su casa. «Yo iba andando con Josefina, la hermana del agresor, con la que no se hablaba hacía tiempo, y no contestó a mi saludo; luego nos cruzamos con María del Carmen, a la que saludé, y unos instantes después escuche el disparo y al darme la vuelta la vi caer sobre su espalda», narraba el testigo sobre el día de los hechos.

Explicó que vio al agresor dirigirse hacia su casa y que él se encaminó hacia la víctima «que yacía sobre la carretera con tres impactos de postas que la atravesaban de un lado a otro del costado». «Un par de minutos después el agresor salió de su casa y fue cuando le dijo: puta, hija de puta, te lo merecías», rememoraba el testigo, quien admitió que tenía mucho miedo porque pensaba que podía «rematarla». «Todavía entró y salió dos o tres veces más de su casa y finalmente, tras cruzar unas palabras con su hermana Josefina, se marcho del pueblo», apuntó.

Manuel Álvarez García negó que la víctima fuera una mujer «agresiva», tal y como sostenía el acusado durante su declaración, e indicó que, «aunque a veces se cabreaba», tenía trato con todo el mundo y era una mujer afable.
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