La prisión de León pudo hacer frente al apagón general “gracias a la profesionalidad del personal penitenciario, que logró mantener el orden en el centro, y al funcionamiento de los generadores eléctricos, que permitieron el mantenimiento
de los elementos básicos de seguridad”.
Acaip, sindicato mayoritario en el sector “destaca el esfuerzo que todo el personal penitenciario dedicó a preservar la calma entre la población reclusa”. El centro penitenciario cuenta con grupos electrógenos que funcionan con gasoil, “lo
que permitió garantizar el suministro eléctrico en los sistemas esenciales de seguridad”.
Se suspendieron las salidas a actividades fuera de los módulos, “dada la excepcionalidad de la situación”. Aun así, las comunicaciones se desarrollaron con total normalidad.
Desde Acaip señalan “el compromiso de los trabajadores penitenciarios que volvieron a demostrar su capacidad para afrontar situaciones complejas, garantizando que, incluso en un entorno tan delicado como el de las personas privadas de libertad, se mantuviera la normalidad en la medida de lo posible”.