Nadie le puede negar a José María Carrascal, fallecido en su casa de Madrid a los 92 años, que fue un personaje singular, que marcó una época más allá de sus corbatas o sus esperadas frases para despedir los informativos de la noche en Antena 3, que se iban retrasando en sus horarios. "Hasta mañana, si queda alguien despierto", podía decir o "en unos momentos, el informativo de la mañana". El caso es que sus fieles aguantaban esperando la frase. Pero también fue pionero en introducir en estos informativos la opinión con un breve editorial en el que se ‘mojaba’, otra cosa es que compartieras sus opiniones. Tal vez que las primeras reacciones a su muerte fueran las de Díaz Ayuso, Feijoo y Moreno Bonilla sean una pista. Seguramente esta forma de entender la televisión y los informativos fueran in fluencia de sus años de corresponsal en Estados Unidos, muy ‘al estilo Hermida’. En esa etapa logró otro de los hitos de su carrera al ser el primer periodista español en entrevistar a Ronald Reagan, también es recordado por ser el encargado de retransmitir para su cadena la llegada del hombre a la luna.
Pero la trascendencia de este periodista de origen leonés, con raíces familiares en Folledo de Gordón, y apasionado del mar, una pasión que, decía en una de sus visitas a la comarca de Gordón, "sería herencia de esa pasión que sentimos los de tierra adentro, maravillados por las historias que nos contaban, en mi caso mis padres, de aquellos que habían emigrado en barco a ultramar".
Sí regresaba alguna vez Carrascal a Folledo. Lo hizo para enterrar en su pueblo a su padre, en una tarde de terrible ventisca y agua, lo que llevó al periodista a decir en el cementerio que "los leoneses ‘somos’ así, quién quiera estar en el último adiós a mi padre que se moje para hacerlo. Por eso os agradezco de corazón a quienes aquí estáis".
También regresó en el verano de hace un par de décadas para inaugurar el primer parque público del pueblo, acompañado del presidente, Florentino García, y el alcalde de La Pola, Paco Castañón. Bromeó Carrascal, siempre su ironía, con que "este parque, este espacio, acaba con una de las leyendas negras de Folledo, la que decía que era un pueblo sin plaza".
Antes que el periodismo su pasión fue el mar, hasta el punto que llegó a trasladarse a Barcelona y allí alistarse en las filas de la Escuela de Náutica obtener el título de oficial de la Marina Mercante. Viajó por mares de medio mundo y en una travesía hasta Chile, con duras tormentas, decidió dejar la profesión y se fue de profesor de español̃a Berlín, donde conoció y se casó con una azafata, Ellen, su mujer, de la que poco se sabe pues Carrascal siempre fue muy celoso de su vida privada.
Después llegó el periodismo, en el que se convirtió en una especie de leyenda al lograr algo tan complicado como tener un sello personal incuestionable y opiniones que no escondía y no dejaban indiferente a nadie.
Vinculado a Antena 3 y al diario ABC, en prensa escrita, seguía colaborando con sus ‘casas’, que este sábado fueron las que informaron que en la mañana habían encontrado en su domicilio madrileño el cuerpo sin vida de José María Carrascal, una leyenda del periodismo. Las reacciones de condolencia se han sucedido y las referencias a sus corbatas son una constante en muchas de ellas.
Pero en Folledo saben que Carrsacal fue mucho más que una corbata.