Los extranjeros permiten a León encadenar cinco años con un saldo migratorio positivo

León atrajo durante el año pasado a 11.126 personas, 3.834 más de las que se fueron, lo que atribuye la pérdida de población a la gran diferencia entre nacimientos y muertes

21/12/2023
 Actualizado a 21/12/2023
Imagen de archivo. | L.N.C.
Imagen de archivo. | L.N.C.

Hacer la maleta para irse, venir o volver. Son muchas las personas que deciden cambiar de aires por circunstancias familiares o en busca de un cambio y de mejores oportunidades de futuro. Se trata de una circunstancia social que se traduce en números gracias a la encuesta de migraciones y cambios de residencia que anualmente publica el INE. Y si examinamos la de 2022, el principal titular es que el padrón de los diferentes municipios de la provincia ganó 3.834 habitantes, ya que se registraron 24.355 altas y 20.521 altas. 


Es el quinto año consecutivo en el que el saldo migratorio es positivo y por lo tanto el balance no deja pérdida demográfica, es decir, que mucha gente emigra en busca de un puesto de trabajo, pero son más los que llegan con el mismo objetivo en nuestra provincia.


La estadística cifra en 18.594 las altas interiores (personas procedentes de otro punto del territorio nacional) y en 5.761 las referidas a las personas que llegaron de otros países.


Comenzando por las altas interiores, cabe destacar en primer lugar que un total de 13.229 corresponden a cambios de empadronamiento entre municipio leoneses, mientras que las 5.365 restantes se refieren a personas que hicieron las maletas para venir desde otras provincias españolas. Si a esta última cifra le sumamos las 5.761 altas exteriores, se concluye que durante el p asado año vinieron a vivir a tierras leonesas un total de 11.126 personas.


En cuanto a las bajas, los datos reflejan que un total de 18.191 fueron interiores –12.950 corresponden a esos cambios de empadronamiento entre municipios leoneses y las 4.962 restantes se refieren a personas que se fueron a otras provincias españolas– y 2.330 fueron exteriores, es decir, gente que emigraron a otros países. En definitiva, fueron 7.292 las personas que el pasado año hicieron la maletas para dejar la provincia en busca de mejores oportunidades laborales. Son 3.834 menos de las que llegaron. 


Cabe señalar en todo caso que el comportamiento del saldo –pese a ser positivo en ambos casos– es mucho más positivo si tenemos en cuenta los datos exteriores (+3.431) que los interiores (+403). Esto significa que la llegada de población extranjera está contribuyendo en gran medida a suavizar de alguna manera la sangría demográfica de nuestra provincia.


Si tenemos en cuenta la edad de quienes variaron su lugar de residencia durante el pasado año, cabe destacar que la franja con más movilidad hacia otras provincias españolas fue la de quienes tienen entre 25 y 34 años. Fueron un total de 1.446 y su objetivo sería buscar más y mejores oportunidades laborales que las que ofrece actualmente León. La franja de entre 35 y 44 años se sitúa justo por detrás (965) y ambas incluyen a la gente con mayor potencial desde el punto de vista de la generación de actividad económica. Sin embargo, es preciso destacar también que son estas franjas de edad algunas de las que protagonizan las llegadas de personas desde otras provincias. Fueron concretamente 1.164 de entre 25 y 34 años y 924 de entre 35 y 44 años de edad. También hay que tener en cuenta que llegaron el año pasado a la provincia un total de 926 personas de 65 o más años, muchos de los cuales tendrían como razón la del regreso a su tierra natal después de haber trabajado fuera.


Movimiento natural


De todo ello se deduce que la sangría demográfica que sufre la provincia no es un problema migratorio, sino más bien vegetativo, de movimiento natural de la población. Y ello se traduce fundamentalmente en que durante el pasado año nacieron 2.159 bebés en la provincia y murieron 6.651 personas, l o que deja un saldo negativo de 4.492.

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