España vista desde el camión de Esteban

Esteban García Tejerina pasó por la ‘universidad pastoril’ y la escuela rural y se abrió paso en el mundo del transporte por carretera con un camión al que hizo más de un millón de kilómetros, llevando carbón y derivados

05/11/2023
 Actualizado a 05/11/2023
Recuerda Esteban que, con su camión, recorrió toda España. | TALLERES ESTEBAN
Recuerda Esteban que, con su camión, recorrió toda España. | TALLERES ESTEBAN

"Fui a la universidad pastoril" es la frase con la que más le gusta comenzar el repaso de una vida que se puede considerar de éxito, pero también de mucho trabajo, la de Esteban García Tejerina, que nació en Cistierna el primer día de un año de triste recuerdo para el país, 1936. 


En aquellos años tan complicados mandan al niño Esteban con sus abuelos, en La Llama de la Guzpeña, "porque eran agricultores y allí se comía plan blanco, que entonces era un lujo. Con ellos estuve hasta los 14 años". Y a la universidad pastoril sumó el niño Esteban la universidad de la escuela rural, no sin esfuerzo. "Tiraron la escuela del pueblo y tardaron dos años en levantarla; tenía que ir a la de Quintana de la Peña, que estaba a cuatro kilómetros y había que ir andando, y regresar después. Y lo hice. Esas fueron mis universidades y con lo allí aprendido me he tenido que mover por la vida", recuerda Esteban García, con una sonrisa y una mirada al horizonte, como si buscara unos recuerdos que parece tener muy frescos pues los enumera con gran precisión de fechas, nombres y hasta matrículas este paisano de 87 años que después de montar una importante empresa en Cistierna, en manos de su hijo ahora, entretiene el tiempo haciendo artesanías en un pequeño taller en el que se suman carracas, aperos agrícolas, relojes antiguos de péndulo que funcionan, maquetas de aviones... "Sí, tengo buena memoria; recuerdo hasta las galletas que tomé cuando hice la primera comunión".  
- Pues vamos cerca en el tiempo, lo dejamos cuando tenía 14 años y ‘dos universidades’ en el cuerpo.
- Cuando tenía 14 años murió el abuelo y regresé a Cistierna, a casa de mis padres y a buscar trabajo, que las cosas no estaban bien y en aquella época era normal empezar a trabajar pronto, yo lo hice con Esteban Corral, el recordado empresario minero.


En esta comarca el nombre de Esteban Corral es una constante en los recuerdos de los más veteranos. Suyas fueron las minas de Oceja de Valdellorma, La Ercina, Casetas, Sotillos y Olleros de Sabero, también había fundado la fábrica de harinas La Moderna, en Cistierna. "Tenía más de 400 obreros; yo entré en Oceja y también de ayudante para conservar la fábrica de harinas. Cuando todavía 17 años ya me entregó un camión para bajar carbón desde Hulleras de Sabero".
- ¿Ya tenía carnet de conducir con 17 años?
- No, lo saqué al año siguiente, con 18. Pero bueno, las cosas eran así, cuando ya tuve carnet bajaba hasta León, a la calle El Cid, a recoger aceite, arroz y azúcar para el economato de la mina. 


Ya había entrado Esteban García Tejerina, "en la mili me llamaban Tejerina", con el oficio que marcaría su vida, el transporte, con camiones fundamentalmente. "Me vino muy bien la ‘universidad de conducir’ pues al día siguiente de entrar en el servicio militar ya me pusieron de monitor para enseñar a conducir a los soldados". Y también inició una etapa de conductor personal para mandos del Ejército y personalidades de la época. "Fui, por ejemplo, conductor del Teniente Coronel José Martínez Llamazares, que fue alcalde de León (entre 1958 y 1967). Nunca olvidaré el consejo que me dio al entrar a su servicio: ‘Tejerina, tienes que oír mucho, ver mucho y callar mucho más. Lo llevé al pie de la letra".

 
Hay una fecha que tiene grabada de aquellos años al servicio de Martínez Llamazares. "Estaba con él cuando reventó el pantano de Ribadelago, menuda tragedia. Nos pusimos manos a la obra, regresé a conducir camiones y me tocó transportar todos los ladrillos de la Cerámica de Covadonga y cemento de una fábrica que había en Arbas del Puerto y material de Rubiera, en León, que estaba en la que era entonces la calle 18 de julio (Padre Isla, ahora) para levantar el pueblo nuevo".
- Sería muy duro todo aquello, una de las mayores catástrofes...
- Muy duro. Hay una imagen que no se me borra la imagen de ver las coronas de los muertos sobre las aguas.


En esa época conoció a otras personalidades, especialmente a Manuel Fraga, que venía a la finca que tenía su mujer en la zona de Sahagún (Maudes) y con el que mantuvo amistad, hasta el punto de que "tuve el carnet número 1 en León de Alianza Popular. Le acompañé muchas veces en sus aficiones de pesca y caza, con Pedro, el guarda de Verdiago".


Después de la mili regresó a Cistierna y fue cuando inició una etapa de su vida vinculada al transporte por carretera, con un recordado camión que le llevó a recorrer toda España. "Fui a los destinos más diversos de todos los rincones del país; le hice más de un millón de kilómetros. Entonces era el camión más grande de la provincia de León y del primer lote de Pegasos que salieron de la fábrica de Barcelona". 
- ¿Qué transportaba para recorrer toda España?
- Fundamentalmente carbón y sus derivados, de Hulleras de Sabero, y también talco, desde Boñar, procedente de las minas de Puebla de Lillo. Y es que la gente tiene la idea de que el único destino del carbón eran las cocinas, calificaciones, centrales térmicas y poco más . No es cierto, recordar a los sitios que yo transportaba el carbón nos da una idea la cantidad de usos que se le daba y que tampoco nadie pensó en ellos cuando se acabó con las minas, primero en Sabero y después en toda la provincia. Una pena. 


- ¿Nos recuerda alguno de esos usos del carbón?
- Eran muchos, pero te voy a decir unos cuantos ejemplos y ya te haces una idea. Llevé mucho para la fábrica de La Cartuja, de Sevilla, que se hacía mucha cerámica y usaban polvo de carbón; también para Porcelanosa, que ya tenía las primeras plantas; transporté mucho a Venta de Baños, a la fábrica de cementos Hontoria, que levantó al lado un barrio para los trabajadores; la granza de las minas la pedían en la azucarera de Peñafiel; llevé muchos ‘finos’ a las cerámicas de Zaragoza, que los usaban para envolver con la tierra y darle color ; los finos finos para talcos Calber, en San Sebastián... en fin, no paraba...

Imagen Camión Esteban Corral


Una vida vinculada a la mina y al carbón, llena de recuerdos, como la primera vez que vio cómo le cargaban el camión las mujeres. "Arroyo Quiñones, que sustituyó como alcalde de León a Llamazares, tenía una mina en La Silva. Fui a cargar allí y fue la primera vez que vi a mujeres cargando; también en Puente de Domingo Flórez, una vez que fui a cargar castañas, me encontré con unas mujeres que me las iban a vender y portaban ‘como si nada’ sacos de 40 ó 50 kilos".
- Ah; y se me olvidaba, también llevé carbón de cok para los ingleses que tenían la refinería de Huelva.


Explica que los viajes a por castañas u otras veces que realizó portes a Barcelona para La Camerana coincidían con épocas en las que "flojeaba el carbón que, como todo, tenía sus altibajos. Transportar las castañas fue uno de los negocios más rentables, multiplicaban su precio del Bierzo o la Cabrera a Barcelona, pero me exigían llegar a las 2 de la mañana para que les diera tiempo a repartir por los comercios".


Se casó Esteban en 1963 y en 1966 abandonó el mundo del transporte. "A mi mujer no le gustaba nada, estaba todo el día fuera de casa... La verdad es que no era vida para un recién casado". Y como había tenido mucha relación con Hulleras de Sabero entró en la empresa referente del valle para seguir con el transporte... pero de viajeros a la mina. "Trabajaba desde las seis de la mañana a las dos de la tarde.... Y como me sobraba tiempo pues monté en 1970 el negocio de coches (Garaje Esteban) que aún tiene la familia, pero sin dejar Hulleras de Sabero, que fue lo mejor que hice, un acierto, hasta que cerraron en los 90 trabajé en los dos sitios"; y de aquella época recuerda una anécdota que hace unos días contaba Marieni, del bar Pozano, en estas páginas. "Claro que tenía que detenerme allí para que los mineros recogieran las botas de vino que le dejaban al  salir para que se las volviera a llenar. Es más, alguna vez les ayudé a llenarlas".

 
Tiene muchas anécdotas de nieve, de atajos, de historias... "Una vez tuve que bajar desde Ferreras con el autobús marcha atrás"; por eso, recuerda con humor la única vez que le dio una mala contestación a un ‘jefe’, fue a Enrique Valmaseda, de Hulleras de Sabero. "No se atreve a decirme, con lo que yo pasé con las nevadas, ¿usted de nieve, poco? Me pareció muy mal y le dije: Si comiera la mitad de la que yo pisé se iba a enterar". 
- ¿Diría que trabajó mucho?
- Tengo vacaciones acumuladas sin disfrutar; en concreto desde 1952.

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