Entre Babia y Jauja

'Atlas de la España imaginaria' es el nuevo libro de Julio Llamazares que este viernes se presenta en Madrid. Un cuidado volumen en el que el leonés viaja a esos espacios a medio camino entre las leyenda y la realidad:Babia, Jauja, Las Batuecas, Pinto y Valdemoro, Fuenteovejuna o la Úbeda ‘de los cerros’

Fulgencio Fernández
13/11/2015
 Actualizado a 13/09/2019
La mano de José Manuel Navia es evidente en las fotografías del libro de Llamazares. | JOSÉ MANUEL NAVIA
La mano de José Manuel Navia es evidente en las fotografías del libro de Llamazares. | JOSÉ MANUEL NAVIA
Mil veces las hemos utilizado y escuchado:«Estás en Babia», «Esto es Jauja», «Está entre Pinto y Valdemoro», «Salió por los Cerros de Úbeda» o «Todos a una como los de Fuenteovejuna»...

Los leoneses sabemos que es cierto que «Babia existe», porque está aquí, en esta provincia, porque es una de esas leyendas de filandón del descanso de los reyes, cuando éramos reino. Pero es también una tierra real y dura, como otras de nuestra provincia, de nuestra montaña... «que guarda en sus valles de la frontera con Asturias pastos y vacas, casonas palaciegas y la historia de reyes cazadores y pastores trashumantes», según escribía Julio Llamazares en un artículo de la revista de La Vanguardia, Magazine.

Fuenteovejuna (Fuente Obejuna) es hija del teatro del gran Lope, y real;Jauja lo es de los entremeses de Lope de Rueda, y real;como reales son Pinto y Valdemoro, Las Batuecas... y la Ínsula Barataria tiene su asiento en este país pero la hizo universal el gran Cervantes, siendo el sueño de la tierra que quería gobernar el escudero Sancho.Atodos esos parajes había viajado en el año 2004 el escritor leonés Julio Llamazares, acompañado siempre de ese excelente fotógrafo que es José Manuel Navia, para una serie de reportajes a la ‘España imaginaria’ que vieron la luz en la revista Magazine, que se entregaba a los lectores de La Vanguardia y otros periódicos. Ahora regresa en forma de libro (corregido y algo ‘tocado’), un cuidado libro de viajes, de la Editorial Nórdica, un sello que es garantía de mimo de las obras. De hecho este de Llamazares es un libro pensado como regalo de Navidad, siguiendo la estela del existoso ‘Atlas de islas remotas’, de ahí que el libro de Julio Llamazares, que hoy se presenta en la Librería Méndez de Madrid,se titule ‘Atlas de la España imaginaria’. «En esencia el libro son los artículos que publicamos en la revista de La Vanguardia, Magazine, pero con la forma de hacer y el sello de Nórdica, a la que tengo que agradecer la edición, de un gran atractivo. Los textos llevan unas ilustraciones de David de las Heras que a mí personalmente me parecen extraordinarias. Cada capítulo lleva una y al final del libro va un álbum defotos de Navia, de las que salieron en los reportajes».Sobre la forma de hacer de Nórdica son muy esclarecedoras las palabras del escritor Álvaro Colomer:«Cada vez que veo un e-book, me compro un libro de de la editorial Nórdica. No estoy en contra el futuro, por supuesto que no. De hecho, considero necesaria la implantación del dispositivo electrónico, habida cuenta de la cantidad de libros prácticos que hoy se publican y que en verdad son de usar y tirar… Pero también estoy convencido de que los libros que se salvarán de la quema digital serán aquellos que ofrezcan algo más al lector, bien sea una edición de lujo, bien una tipografía antigua, bien unas tapas de tela. O, como hace la editorial Nórdica, unas ilustraciones que engrandezcan la experiencia del lector. (...)Moreno buscó, para poder ofrecer libros baratos, textos de extensión moderada para que sus libros, además de tener precios razonables, tuvieran el encanto del libro-objeto, del libro-arte, del libro-regalo». Yeso ha hecho con el libro de Julio Llamazares, un libro objeto y, además, regresa el escritor de Vegamián a uno de los géneros que más le gusta, el libro de viajes. Viajes a Babia, Jauja, Fuentevejuna, Las Batuecas... Viajes a los paraísos perdidos, tal como cuenta en el prólogo el catedrático Pedro García Martín, quien recuerda la necesidad de los cuentos al amor de la lumbre:«Ahora, escarmentado por los desgarrones del tiempo y de la vida, me pierdo en este nuevo libro de las maravillas para soñar con el país de Jauja. Percibo su libertad. Gozo de su indolencia. Y descubro sus bondades. Porque sé que morar en esta quimera alivia la angustia humana: como el pan cotidiano que distrae el hambre; como el cuerpo amado que deleita la carne. Mi hambre, mi carne y mi angustia. Mi nostalgia del paraíso perdido».

Viaja primero a la historia que es el denominador común de los lugares elegidos. «Desde hace cuatro siglos se discute si la tierra de Jauja que dio título a la célebre obra de Lope de Rueda que la popularizó alude a la ciudad que fundó Francisco Pizarro y que hoy es la capital de la provincia peruana de Junín o a la pequeña aldea cordobesa cercana a Puente Genil en la que nació el famoso bandolero José María ‘el Tempranillo’. Razones hay para ambas hipótesis, pero también para lo contrario.

Porque, en su famosa obra, Lope de Rueda no da ninguna pista geográfica concreta»o «El origen de la expresión ‘estar en Babia’ no se refiere a estar en la ignorancia, sino a la bella comarca que elegían los Reyes de León para apartarse de las intrigas palaciegas». Después ya recorre sus calles y pueblos (en el caso de Babia)y, sobre todo, viaja a sus gentes.

Son viajes a parajes que viven a medio camino entre la ficción y la realidad, unos paisajes bajo la niebla que Julio Llamazares prefiere no despejar del todo, como podemos comprobar en las últimas lineas del texto de Babia, «al país del tiempo congelado»:«Una serie de ermitas y majadas y las rui-nas de algún castillo, como las del que se levantaba en Mena, completan un pano- ramaun panorama tan misterioso como apacible, tan dulce como melancólico, que, ciertamente, a veces hace dudar de si Babia existe en verdad o es una invención poética, una fantasía romántica que, a fuerza de repetida, se ha convertido en leyenda. Uno, de hecho, aunque la ha visitado numerosas veces, sigue teniendo la sospecha de si no lo será de verdad».
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