En la mente de los que sufren autismo

Entender a las personas que padecen TEA es fundamental para mejorar su día a día

C. Centeno
29/10/2017
 Actualizado a 15/09/2019
En el trabajo para comprenderles entra desde el centro hasta la familia. | M. PEÑA
En el trabajo para comprenderles entra desde el centro hasta la familia. | M. PEÑA
Vanesa Fernández tiene dos hijos gemelos, Adrián y Sergio. Tienen ocho años y su objetivo es entenderlos, algo aparentemente normal y que viene a ser habitual en cualquier madre con pequeños en esa edad. Pero el caso de Vanesa es excepcional, sus dos retoños padecen TEA (Trastorno del Espectro Autista) y tiene que buscar en cada momento la forma más adecuada para comunicarse con ellos, ya que las habilidades sociales son las que más afectadas se ven en estos casos. Con Sergio puede hablar, ya que tiene lenguaje verbal y aunque «él tiene su agenda y sus anticipaciones» se comunican por palabras. Sin embargo, Adrián no tiene lenguaje oral, por lo que ahora se encuentran valorando qué tipo de comunicación pueden establecer con él para utilizar «en la que se sienta más cómodo». Su situación es complicada pero ella no habla de problema en ningún caso, porque es «una circunstancia que nos ha tocado vivir» y que tienen que llevar de la mejor forma posible.

Una situación parecida se repite en la familia de Antonio del Barrio, padre de dos mellizos de cinco años. Mario tiene TEA y su hermana es «neurotípica», comenta Del Barrio. El pequeño tiene un «alto nivel cognitivo y habla bastante», sin embargo, él trata de entenderle un poco mejor para saber cómo «enfocar sus problemas y sus desconfianzas».

Ambos saben que la clave de mantener una buena calidad de vida en el núcleo familiar –tanto para los que lo sufren como para los que les rodean– pasa por comprender mejor lo que pasa por la mente de las personas con autismo y adquirir la confianza suficiente para abordar los hechos que se vayan presentando en su día a día.

No existen claves fijadas para tratar con personas con TEA, sino que cada uno de ellos es "un mundo" Estos leoneses fueron dos de los 35 participantes en un curso que Autismo León concluyó este sábado y en el que la psicóloga andaluza Rosa Álvarez Pérez trató de desgranar tanto a familiares de personas con TEA como a profesionales que trabajan con estas personas las claves del Apoyo Conductual Positivo, un método basado en el respeto a los valores de la persona y en la derivación eficaz de hipótesis funcionales sobre el comportamiento problemático.

Como en el caso de Vanesa, donde ni siquiera que sus hijos sean gemelos implica que el TEA se manifieste de la misma manera, cada caso es un mundo «distinto completamente», asegura Álvarez, por lo que no existen unas claves predeterminadas para saber tratar a una persona con autismo.

El principal reto es comprender las señales de estas personas, entenderles. «Tienen dificultades para comunicarse porque muchas veces hacen una cosa y se les interpreta de otra manera», explica la psicóloga, poniendo un ejemplo muy gráfico: «imagínate que yo tengo autismo y no tengo habilidades suficientes para llamar tu atención para que vengas a hablar conmigo, porque no sé relacionarme bien, entonces de repente le pego un tirón de pelo a la niña de al lado porque estoy frustrado y tú vienes, entonces he aprendido que tengo que hacer eso para que tú vengas». Un caso que no es real pero que pone de manifiesto las situaciones que se pueden dar en el día de a día de estas personas, alrededor de un centenar en la provincia de León, según los datos de la asociación en la provincia.

Saber tratarles pasa por conocerles «muy bien», y esta metodología lo que pretende es «formar equipos de trabajo» para que uno aporte lo que sabe de la persona en concreto en casa, otro en el colegio, etcétera, «para poder facilitar un poco la interpretación» de estas personas y encontrar una solución siempre «distinta» para cada caso.

«Hay que conocer muy bien a cada persona, observarles, registrarlo todo», asegura también la directora del centro de Autismo León, Estela Gallego, una de las ‘alumnas’ profesionales del curso que se celebró durante el viernes y este sábado en la Casa Botines gracias a la colaboración de la Fundación España Duero con la asociación.

Comprender lo que quiere transmitir una persona con autismo es imprescindible para mejorar su calidad de vida Realizar todos estos pasos «es muy importante para saber qué es lo que nos quiere decir esa personas con esas conductas que está tomando», explica Estela Gallego, que trabaja con niños con TEA y alerta que en muchas ocasiones la mayor atención la provocan los que tienen alguna conducta de tipo violento pero que también la necesitan los que están «muy aislados». «Hemos tenido durante mucho tiempo un chico que no daba ningún ruido, no emitía ni sonido y estaba muy aislado» y, en la misma clase, estaba el otro extremo, «con unos problemas de conducta gravísimos», lo que llamaba más la atención de los profesionales, que se dieron cuenta de que el que se encontraba aislado necesitaba más cuidados.

Cursos como el de estos días organizado desde Autismo León sirven para afianzar sus conocimientos sobre el TEA y aprender más sobre cómo poder llegar a conocer a las personas que lo sufren a base de métodos como el Apoyo Conductual Positivo en el que tanto profesionales como familiares tienen que «aplicar una hipótesis y comprobarla», asegura Rosa Álvarez, la base para que, poco a poco, la comprensión sea mayor entre las partes, lo que reporta en todas las ocasiones una mejora en la calidad de vida para la persona con autismo y para todos los que la rodean.

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