Emilio Fernández: "Nunca he creído estar equivocándome sobre la culpabilidad de Raquel Gago"

Entrevista al fiscal jefe de León y representante del Ministerio Público en el caso Carrasco

I. Herrera
26/06/2016
 Actualizado a 15/09/2019
Emilio Fernández, fiscal jefe de León. | MAURICIO PEÑA
Emilio Fernández, fiscal jefe de León. | MAURICIO PEÑA
Ejerce la acusación pública en el caso Carrasco y desde la polémica rueda de prensa previa al juicio en la que quiso exponer la postura del fiscal y que le costó una queja de las defensas ante la Fiscalía General del Estado ha guardado silencio, incluso cuando se le ha criticado duramente por su convicción de que Raquel Gago no ha sido condenada como merece.

–¿Cómo vio usted el juicio por el crimen de Isabel Carrasco?
–Mi opinión es que fue un juicio bonito, desde luego con presión, eso no cabe duda, y con alguna sorpresa también. Pero bueno, la experiencia te dice que cuanto más mediático sea el juicio más cosas extrañas surgen. Yo creo que el juicio estuvo bien y creo que el jurado estuvo bien.

–¿Considera que se ha hecho justicia?

–Considero que es algo que habría que matizar. Si por hacer justicia se entiende lo que quedó en la sentencia dictada en ese juicio, pues no, por eso la he recurrido porque a mí me parece que eso no es lo justo en este caso. Pero bueno, ahí está la sala del Tribunal Superior de Justicia de Castilla yLeón que será la que se tiene que pronunciar.

Hay que valorar las circunstancias, los datos que hay, las explicaciones que dan, y a partir de ahí te lo crees o no te lo crees, y yo en este caso no me lo creí –¿El proceso hubiera sido igual de no haber sido la víctima quien era?
–Entendámonos, eso también habría que matizarlo, es indudable que cuando en un asunto hay alguien de relevancia mediática, bien por ser político bien por ser actor, no es igual. Eso es así porque no puede ser de otra manera, pero si por eso se va a entender que le dimos un trato distinto en derecho, es decir, que lo tratamos jurídicamente de un modo distinto a otra persona, desde luego, no. Lo único que hay en los juicios mediáticos es que tienes más presión, que procuras hacerlo mejor, que te preocupas más. Pero que le des un trato distinto a favor o en contra por ser quien sea, eso de ninguna manera. Todos somos profesionales.

–En alguna ocasión y desde alguna de las partes se le ha acusado de estar empecinado en inculpar a Raquel Gago sin que existan pruebas concluyentes...
–Yo siempre he entendido que había pruebas concluyentes. Vamos, yo y la jueza instructora, que somos los que llevamos el asunto desde el primer momento y estuvimos convencidos desde el primer momento de la culpabilidad de Raquel Gago, y en ningún momento, ni entonces ni en el juicio, he tenido la convicción de estar equivocándome. Las pruebas en este caso me han convencido a mí y al jurado, no a mí solo.

–¿En qué se basa para considerar que existió un plan entre las tres mujeres?
–El plan lo deduzco de las circunstancias en que se desarrollaron los hechos y de las explicaciones que ya se han dado o, mejor dicho, de la falta de explicaciones lógicas y coherentes para explicar su actuación. En el caso de Raquel Gago yo siempre sostuve que las explicaciones que daba eran incoherentes, y lo que ella y su defensa decían que era mera casualidad, a mí me parecen muchas casualidades, y que como ocurre con las muchas casualidades, cuando hay muchas casualidades pues no son casualidades. El jurado lo que considera es que está de acuerdo con ellas, ¿basándose en qué? En que es mucha casualidad que justo media hora antes estén comiendo o tomando el café, que es mucha casualidad que a las cuatro de la tarde, que todo el mundo sabemos que en León no se mueve nadie hasta las 6 como pronto, se vaya a buscar una cosa a una tienda que está cerrada, y que ella sabe que está cerrada porque ese día estuvo hablando con la hija de la dueña y sabía que su madre estaba enferma y estaban cerrando y no le pregunta si va a abrir esa tarde, y se tira allí nada menos que una hora, y después de una hora esperando no vuelve a ver si ya ha abierto. Hombre, es que es muy raro todo, y luego viene Triana y le dice «oye, ¿está abierto el coche?», y se lo abre instintivamente, ¿qué es eso de instintivamente? Y luego te vas de ahí y no miras si te ha dejado algo en el coche, y luego pasan un par de días y tampoco miras después de todo el lío que había y sabiendo que están buscando el arma a ver si te había dejado algo en el coche que te pudiera comprometer. Es decir, yo creo que son cosas indiciarias, por supuesto. Indiciarias quiere decir que en la mayoría de los juicios penales las cosas son así, hay gente que confiesa y que le pillas con todos los sacramentos, como se suele decir, pero eso es un 5%, el resto tienes que valorar las circunstancias que se han dado, los datos que hay, las explicaciones que dan, y a partir de ahí te lo crees o no te lo crees, y yo en este caso no me lo creí.

–¿Cree que Raquel volverá a entrar en prisión?
–Eso depende un poco de lo que diga el Tribunal Superior de Justicia.

–La sentencia del magistrado fue muy polémica por enmendar el veredicto del jurado popular, ¿usted qué opina?
–Lo que opino es que es que es incorrecta, por eso la he recurrido, ni más ni menos. Vamos a ver, eso es un tema que jurídicamente es un poco complicado de explicar. Lo que decía el magistrado presidente era que en un procedimiento del jurado, al jurado le corresponde decir los hechos que consideran probados, y al magistrado que es el profesional, le corresponde hacer la calificación jurídica, eso a mi modo de ver es una verdad a medias. Comparto que no van a hacer calificaciones jurídicas correctas los ciudadanos que no saben de Derecho, eso es verdad, pero luego la cosa tiene su matización. En la ley del jurado español, a los jurados, en realidad, se les obliga a pronunciarse sobre preguntas jurídicas, y en esas preguntas, si el magistrado presidente lo hace bien tienen que trasladarle al jurado todas las cuestiones de hecho y jurídicas que ha habido en el juicio para que las respondan. Y en base a eso, lo que yo sostengo es que al jurado se le preguntó, respecto de Raquel Gago que es lo más polémico, que si consideraban que estaban de acuerdo con las otras dos acusadas y participó en el hecho, y también se le preguntaba, y no lo contestaron, si la consideraba encubridora. Y eso no lo llegaron a contestar porque ya habían contestado a lo otro. Para el mí el jurado se pronunció por que era cómplice de asesinato y de atentado. Entonces yo creo que eso, porque lo dice la ley, si el jurado ha respondido que era cómplice de asesinato y atentado, la sentencia no la podía condenar por encubridora, y lo hizo, yo por eso es por lo que recurro.

–¿Sería anulable?
–Sí, claro que sí, yo justamente lo que pido es que se anule y se la condene por cómplice de asesinato y de atentado.

–¿Y habría que repetir el jucio?
–No, yo creo que no, yo lo he planteado para que no se repita, y además es posible técnicamente, cuando lo que hay es una mera infracción jurídica, es decir, no es una prueba o algo que se ha hecho mal, cuando es una cuestión puramente jurídica como es ésta, eso lo hace el Tribunal Supremo y lo puede hacer también el Tribunal Superior de Justicia, puede revocar la sentencia y condenar, como yo pido, sin necesidad de repetir el juicio. Yo lo que digo es, el magistrado presidente les puso unas preguntas para que respondieran si era cómplice de asesinato o si era autora de encubrimiento, y a mi modo de ver contestaron claramente que era lo primero, entonces si era lo primero tú tienes que condenar por asesinato, pero no por encubrimiento, punto, es así de sencillo. Luego jurídicamente, como todo, lo podemos discutir.  

–Usted pidió que se recusara al presidente del Tribunal del Jurado, ¿cree que no fue imparcial?
–No, yo creo que sí ha sido imparcial, lo que ocurre es que ese tema de imparcialidad también tiene una explicación jurídica. Lo de la imparcialidad hay que verlo desde dos puntos de vista, no lo digo yo, es que es una cosa en derecho sabida. Esto es como lo del César y la mujer del César. La imparcialidad quiere decir, primero, que tú no tengas ninguna causa personal que te vaya a llevar a que no seas imparcial. Esto se llama la imparcialidad subjetiva. Pero luego hay un segundo aspecto, que es la imparcialidad objetiva, que es que tú, en el curso del procedimiento, hayas intervenido de alguna manera que pueda dar lugar a pensar que puedes no ser imparcial, es lo que se llama la apariencia de imparcialidad. En nuestro sistema el juez que instruye no debe fallar, por eso en nuestro sistema los jueces de instrucción instruyen y luego lo mandan la juzgado de lo Penal o a la Audiencia. El problema es que a veces, en las resoluciones del juez instructor se recurren durante la instrucción y tiene que resolver la Audiencia, en este caso concreto fue el recurso sobre la libertad de Raquel Gago. Entonces claro, ahí es muy difícil para los magistrados de la sala resolver sin entrar a valorar lo que hay. Y aquí está el problema. Que cuando al resolver el recurso de Raquel Gago, el magistrado presidente entró a valorar la instrucción que se había hecho dijo, básicamente, que no le parecía que hubiera indicios sólidos contra Raquel Gago y que a lo más ahí iba a haber un encubrimiento. Entonces yo dije, esto ya es entrar a valorar la instrucción y esto puede dar lugar a que quede comprometida la apariencia de imparcialidad. Y ese es todo el tema, pero no porque dudara de su imparcialidad ni de su profesionalidad ni de nada, que el problema no es que dude yo, es que dude la gente.

–¿Lo más complicado?
–Para mí, que fueron muchas horas, terminabas tarde y había que prepararse lo del día siguiente, dormía poco, estaba con presión, tenía más cosas que hacer... es bastante trabajo. Por lo demás, yo siempre he sostenido que el procedimiento del jurado en España es muy complicado, que debería de ser más sencillo, que no se tendría que obligar a los jurados a resolver cuestiones jurídicas, es decir, ¿a usted qué le pareció, es culpable o inocente? Y ya está, porque es que si no luego nos metemos en unas complicaciones que pueden dar lugar a nulidades y a cosas complicadas. Pero también digo otra cosa por mi experiencia, que es que los jurados normalmente acuden impresionados y hasta algo cabreados porque se les haga pasar por ese trance, pero después lo hace extraordinariamente bien. Y lo hacen bien si nosotros sabemos explicárselo bien, y si lo hacen mal es culpa nuestra.
 
–Se ha querellado contra Fermín Guerrero por obstrucción a la Justicia. ¿Qué supuso la incomparecencia del letrado?
–Para mí eso es un delito. Lo que hizo, que fue no comparecer sin dar explicación alguna, por cierto, el día más importante para la estrategia de defensa de Raquel Gago, lo que dice la ley es que si no da ninguna justificación es un delito, y es que hasta ahora no la ha dado. Estas cosas tienen tres vías: la del propio juzgado en el que ha actuado, que le puede poner una sanción disciplinaria; la vía del Colegio de Abogados, que le puede poner otra sanción por vulnerar el código deontológico, y luego la vía penal, pero la vía penal es preferente respecto de las otras dos. Nos debía una justificación, no a mí, que lo pasé muy mal ese día porque pensé que le podía haber pasado algo realmente, sino en primer lugar al jurado, al magistrado presidente, al público, a León y a toda España, y no vamos a establecer un orden, pero quizá la primera sería a su defendida.

–Él, por otra parte, le acusa de no haber cumplido con sus funciones y no presentarse a determinadas declaraciones en la instrucción que entiende fundamentales, ¿por qué no fue?
–Nada que comparar a lo que hizo él, no porque lo diga yo, porque lo dice la ley. Y además, no fui a esa declaración porque no me parecía importante, y no lo era, lo era, pero no que yo asistiera, fue una declaración que pidió Raquel Gago para discutir el informe de posicionamientos, algo que debía haber presentado por escrito.
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