Los embalses de la provincia leonesa comienzan este miércoles 1 de octubre un nuevo año hidrológico tras un verano que ha estado marcado por los incendios forestales y donde su capacidad de almacenamiento ha sido esencial para sofocar buena parte de las llamas, aunque también han cumplido con su labor de garantizar la campaña de riegos de los agricultores leoneses.
En concreto, los embalses que regula la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) en la provincia leonesa se encuentran en su conjunto al 36,6% de su capacidad con 471 hectómetros cúbicos de los 1.288 que puedan llegar a almacenar en su totalidad. Una situación estival que ha provocado que estén con una capacidad inferior a los 550,5 hectómetros cúbicos que presentaban en conjunto el año pasado, pero superior a los 432,5 de la media de los últimos diez años.
Por individual, el embalse de Riaño se encuentra actualmente al 40,7% de su almacenamiento, con 261 hectómetros cúbicos. Una cifra inferior a los 298 hectómetros cúbicos del año pasado, pero mayor a los 240 de la media de los últimos diez años.
En el caso del pantano del Porma se halla en la actualidad al 42,1% de su capacidad con un total de 133,8 hectómetros cúbicos; un almacenamiento ligeramente inferior a los 143 hectómetros cúbicos que tenía por estas fechas el pasado 2024 y superior a los 112 de la media de la última década.
Por su parte, el embalse de Barrios de Luna se encuentra al 23,7% de su almacenamiento con apenas 73,5 hectómetros cúbicos. Un estado más bajo de los 104 hectómetros cúbicos que tenía el año pasado y también inferior a los 76 hectómetros cúbicos de la media de los últimos diez años.
Por último, el pantano de Villameca está actualmente al 15,5% de su capacidad con 2,8 hectómetros cúbicos; un almacenamiento inferior a los 4,3 del 2024 y a los 4,2 de la media de la última década.
Un año hidrológico que comienza con la necesidad de que el otoño y el invierno lleguen con lluvia y nieve para poder aumentar la capacidad de los embalses y garantizar una buena reserva.