El Bierzo pierde uno de sus árboles monumentales: el sabugueiro de Magaz de Arriba

Denuncian mala praxis por podas a motosierra y uso de glifosatos

N. G. Sabugal
26/04/2016
 Actualizado a 18/09/2019
Estado en el que ha quedado el sabugueiro de Magaz de Arriba, con el tronco desgarrado y la copa en el suelo. | ISIDRO CANÓNIGA
Estado en el que ha quedado el sabugueiro de Magaz de Arriba, con el tronco desgarrado y la copa en el suelo. | ISIDRO CANÓNIGA
Al contrario que el famoso olmo al que cantó Machado, la primavera en este caso se ha llevado al sabugueiro de Magaz de Arriba, en Arganza, uno de los árboles monumentales del Bierzo. Al árbol «en su mitad podrido» como el olmo del poema, las lluvias de abril no le han venido nada bien y al fin, cansado y enfermo, se ha quebrado y su tronco desgarrado muestra, en el suelo, lo irreparable.

Este sabugueiro -saúco- centenario no ha podido resistir el temporal de viento y lluvia de los pasados días y finalmente se ha venido abajo. Con él se pierde uno de los monumentos naturales del Bierzo, un árbol que es conocido por ser morada de las hadas y que incluso fue considerado mágico, por las muchas propiedades que tiene, y cuyas bayas se utilizan en confituras y licores.

«Es absolutamente irrecuperable», lamenta Toño Nespral, representante de la asociación A Morteira, que lleva años catalogando los árboles monumentales del Bierzo.

El motivo de la caída se debe a podascon motosierra realizadas durante años, que han podrido y secado parte de su tronco. Algunos vecinos también denuncian el uso de glifosatos en la zona.

«La parte seca estaba llena de hongos e insectos, porque la madera estaba podrida y la parte viva no ha podido aguantar el peso», explicaba Nespral. «Si se realiza una poda inadecuada, la cicatriz del árbol no cura y se va pudriendo. Pero incluso en la parte sana hemos encontrado setas, lo que quiere decir que el micelio estaba dentro de la madera».

La asociación había estudiado el árbol hace muchos años y formaba parte de su catálogo de árboles monumentales del Bierzo. El árbol ya había empezado a florecer y tenía un gran tamaño y una copa enorme que no ha podido vencer las inclemencias del mal tiempo de inicios de esta primavera.

«Es una pena. Era uno de los grandes árboles del Bierzo, un árbol centenario y un sabugueiro colosal. Habrá que pensar sin embargo que los árboles son inmortales y que la base está rodeada de nuevos brotes, por lo que la cepa está viva y ha dado lugar a más de veinte futuros sabugueiros», añade Nespral.

Lo malo es que habrá que esperar otro siglo para que alcancen el tamaño de su árbol-madre y así, cada primavera, sean «habitados de pardos ruiseñores», como afirmaba el poeta.
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