Castilla y León contaba, a 31 de marzo pasado, con 131.149 autónomos personas físicas de los que 90.870 llevaban al menos un lustro al frente de sus negocios que aumentan hasta los 100.975 al incluir los que tienen una antigüedad superior a los tres años. Por el contrario, el número de trabajadores por cuenta propia con menos de un año de funcionamiento apenas supera el 10 por ciento (13.518), según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad a los que ha tenido acceso la Agencia Ical.

Su caso cumple, casi a la perfección, con el perfil de los trabajadores autónomos en Castilla y León. Un perfil que pasa por un autónomo del sector servicios, sin asalariados a su cargo, con una sola actividad, del sexo masculino, español y que lleva cinco años o más en su negocio. La única divergencia está en la edad puesto que el mayor porcentaje de empleados por cuenta propia en la comunidad tiene entre 40 y 54 años. En concreto, el 46 por ciento. Le sigue el tramo de más de 55 años que significa el 30 por ciento y el colectivo entre 25 a 39 años, el 22 por ciento.
Por sectores
El 56 por ciento de los autónomos personas físicas (sin estar integrados en sociedades mercantiles o cooperativas) de la comunidad está vinculado a los servicios, seguido del 28,4 por cientos de los profesionales de la agricultura, lo que da idea del peso del sector primario en la comunidad. Son porcentajes que difieren de los datos nacionales donde los primeros suponen el 73 por ciento y los segundos, un 12 por ciento. Además, el 83 por ciento (108.841) trabaja sin asalariados y un 95 por ciento (125.043) tiene una sola actividad.
Jorge Martínez asegura que frente a las ventajas de no tener un jefe o tomar las decisiones en su propio negocio, sin tener que consultar con nadie, aparecen los inconvenientes de desconocer los ingresos que tendrá a final de mes, carecer de vacaciones pagadas o pagar una renta mensual por el local. A diferencia de otros ejemplos de autónomos que se ven forzados a dar el paso del autoempleo ante la imposibilidad de encontrar un trabajo por cuenta ajena, este vallisoletano de 38 años montó su floristería después de dejar, de forma voluntaria, su puesto en otro establecimiento donde fue encargado ocho años. Y eso, a su juicio, es una de las claves para lograr que el negocio salga adelante. «Para ser autónomo hay que ser un profesional y contar con experiencia en el sector en que vas a trabajar», advierte a emprendedores que estén detrás de una idea.
España contaba, a final del primer trimestre de este año, con 1,9 millones de autónomos personas físicas, de los que el 56,8 por ciento tenía una antigüedad de cinco o más años. Castilla y León encabeza la lista a nivel nacional ya que con el 69,3 por ciento está por delante de comunidades como La Rioja (68 por ciento), Aragón (67) y Navarra (66 por ciento). En el lado, están Canarias (48,5), Baleares y Madrid (50,8 cada una) y Valencia (50,9 por ciento).
En Castilla y León, hay provincias donde cuatro de cada cinco autónomos llevan más de un lustro al frente de sus negocios. Son los casos de Zamora (74,4 por ciento), Soria (74,3) y Palencia (74,2) mientras que Segovia (71,3) y Ávila (70,5 por ciento) también cuentan con porcentajes elevados. En la media autonómica está Salamanca (69,3), seguido de Burgos (68,4), León (67) y Valladolid (64,4 por ciento). La estabilidad de los negocios de trabajadores autónomos en la comunidad queda demostrada en que la continuidad de la mayor parte de ellos. No en vano, antes de la crisis, a finales de 2007, el 72 por ciento de los autónomos personas físicas tenía una antigüedad de más de cinco años.