El montaje de los miradores de Riega de Hoyo y Piedrashitas, en el puerto leonés de Panderrueda (Posada de Valdeón), empezará la segunda semana del mes de junio y se prevé que ambos estén concluidos y abiertos al público a finales de septiembre de 2025. Ambas actuaciones se desarrollan en una zona que pertenece al Parque Nacional de Picos de Europa, ZEC y ZEPA Picos de Europa.
Esta área también es Reserva de la Biosfera y hábitat de interés comunitario y constituye un proyecto licitado por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Castilla y León por un importe de 468.476 euros y financiado con los fondos europeos Next Generation, según han informado a Europa Press fuentes de la Junta.
El puerto de Panderrueda está en la Cordillera Cantábrica, al noreste de León y comunica los municipios de Posada de Valdeón, al este; Oseja de Sajambre, al oeste y Riaño, al sur.
La carretera que discurre y une estas localidades es la LE-2711, que alcanza una cota máxima de 1.450 metros, siendo uno de los accesos al macizo central de los Picos de Europa desde la provincia de León.
Panderrueda se ubica en uno de los entornos naturales más salvajes, vírgenes y mejor conservados de toda la Cordillera. A 500 metros del puerto, hacia el noreste, se encuentra el Mirador de Piedrashitas, construido en 1967 y que permite disfrutar de vistas excepcionales hacia el valle de Valdeón y del macizo central de los Picos de Europa.
A 200 metros del puerto de Panderrueda, hacia el suroeste, se encuentra un 'descansadero' para el ganado, en medio de un bosque de hayas, desde el que se puede observar el valle de Sajambre como si de un mirador natural se tratara.
Riega de Hoyo
En el caso del Mirador de Riega de Hoyo, en Oseja de Sajambre, se han llevado a cabo los trabajos de cimentación para determinar los puntos de apoyo de la pasarela que asciende entre los árboles y en la actualidad se está trabajando en taller para preparar las piezas de madera y montarlas en obra como un mecano.
Este proyecto se concibe como una plataforma ascendente que sube hasta la parte superior de un bosque de hayas sobre el valle. Se ha diseñado una pasarela, accesible desde el aparcamiento del Puerto, diseñada a base de contornos irregulares y suaves rampas, que comienza como un camino alternativo e invita al paseante a adentrarse en el bosque.
Cuanto más se va avanzando hacia los árboles, más se acerca a sus copas como consecuencia del fuerte desnivel del terreno natural, ofreciendo visiones sorprendentes del mismo.
Es un viaje a "vista de ardilla", con la comodidad de un paseo que atraviesa el tupido verde de las hayas para abrirse a una vista panorámica completa del valle de Sajambre.
Elevarse por encima de las nubes
La sensación será parecida a la de elevarse por encima de las nubes y vivir los cambios de perspectiva, de luminosidad y de vista propias del cambio gradual de paisaje.
El cuerpo de la pasarela está diseñado para convertirse en parte del bosque. Su concepto le permite ocupar únicamente los vacíos entre árboles y sus apoyos, altos y esbeltos, se mezclan con los troncos naturales de las hayas.
El sistema constructivo responde a las particularidades de la ubicación con elementos fabricados en taller y ensamblables con medios manuales sin maquinaria pesada.
Las cimentaciones serán puntuales, los elementos estructurales serán de madera, mientras que las barandillas y escaleras metálicas se realizarán con la mayor transparencia y ligereza posibles.
Piedrashitas
Por su parte, en el mirador de Piedrashitas se han llevado a cabo las pruebas de carga del mirador existente para verificar su resistencia. Actualmente se están preparando en taller los perfiles de acero y las plataformas que se colocarán 'in situ' mediante una grúa telescópica.
Esta actuación parte del respeto a las tres premisas que inspiraron el diseño original. El hormigón desnudo es el protagonista principal, la estructura formada por vigas y pilares tienen una escala enorme y el conjunto está concebido como una escultura en medio de la naturaleza.
El acceso, junto al monolito de hormigón existente, se concibe mediante una superficie uniforme apoyada delicadamente sobre el escalonado de hormigón que permitirá transitar cómodamente por el mirador.
Además, se presentará sobre dos plataformas: un voladizo frontal de 7,50 metros, que suspende al visitante sobre el vacío, y un graderío lateral, que permite una contemplación detenida del valle de Valdeón.
Contra las inclemencias meteorológicas
El principal material empleado en la actuación es el acero corten, que ofrece un acabado capaz de enfrentarse con éxito a las inclemencias meteorológicas e integrarse adecuadamente en la naturaleza.
Además, en el mirador reformado también es muy importante el vidrio, empleado al final del voladizo principal y en parte de las barandillas.
Esta actuación permitirá un uso más seguro y accesible de este espacio diseñado para la observación; mejorará las vistas sobre el paisaje y recuperará un objeto arquitectónico histórico en el valle de Valdeón mediante una combinación adecuada de materiales que supera la falsa dicotomía entre naturaleza y artificio, entre materia y forma.
El relieve de bronce que en estos momentos está y que representa los picos principales vistos desde este punto, se incorporará en la barandilla y con la misma orientación.