La Universidad de León (ULE) reunió la semana pasada a su Comisión Académica para presentar, entre otros asuntos del orden día, el informe anual de las actuaciones de la Defensoría de la Comunidad Universitaria, entre las que se encuentra la atención a los posibles casos de acoso sexual en el seno de la institución académica. En este sentido, desde la Unidad de Igualdad de la ULE confirman a este periódico que en el curso recientemente finalizado se ha tenido que activar en dos ocasiones el protocolo ante situaciones de este tipo.
En ambos casos estuvieron involucrados tanto profesores como alumnos. No obstante, la directora de la Unidad de Igualdad, Adelina Rodríguez, reconoce que tienen conocimiento de más incidentes similares. «Esto no significa que no nos lleguen más casos que pueden ser o que son sospechosos de ser acoso sexual o por razón de sexo; pero, si las personas no quieren poner en marcha el protocolo, no podemos obligar a nadie», valora la responsable de este departamento de la ULE.
En uno de los casos que se activó el protocolo, aprobado por la ULE hace algo más de un año en cumplimiento de la ley y que complementa a otro sobre el acoso laboral, «no estaban tan claros los hechos» y se alcanzó un «acuerdo entre las partes». En el otro, sin embargo, «se llegó hasta el final» en base a los indicios tanto sexuales como en el trabajo y el Rectorado impuso la «sanción oportuna» a la persona que habría cometido estos actos.
En uno de estos casos "se llegó hasta el final" y el Rectorado impuso la "sanción oportuna"
En la memoria de la Defensoría presentada hace unos días se apunta a que el protocolo por acoso sexual se habría puesto en marcha en este caso combinado con acoso laboral y en otro en el que se registraron mensajes de WhatsApp «de contenido sexual y soez». No obstante, en el balance anual también aparecen reflejadas dos situaciones similares más, ambas que parten del colectivo de estudiantes, y otro en la que se habrían producido «comentarios homófobos de un profesor». Así, en este documento, aparecen hasta cinco sucesos en la institución académica leonesa que podrían encajar en el ámbito de igualdad y género.
"No siempre se pone en marcha"
A este respecto, Adelina Rodríguez aclara que el protocolo «no siempre se pone en marcha» y que «lo ideal sería que nunca tuviera que activarse». «Eso sería porque todos estaríamos lo suficientemente concienciados de que hay comportamientos que no son admisibles, aunque sean los comportamientos violentos de baja intensidad, a los que también llamamos microviolencias o micromachismos», expone la directora de la Unidad de Igualdad.
Adelina Rodríguez: "Esto no significa que no nos lleguen más casos que puedan ser o que son sospechosos"
De este modo, cuando se abre un expediente de este tipo «no solo se limita a tocamientos», también incluyen otras actitudes y comportamientos como «comentarios soeces, insinuaciones o valoraciones sobre el físico de las personas». No obstante, en el caso de que haya «pruebas suficientes» para que estas situaciones puedan constituir un delito, desde la ULE se propone «automáticamente» acudir a los juzgados. A este respecto, Adelina Rodríguez recuerda «la exposición pública y el maltrato» que sufren las mujeres provoca que «en la mayoría de los casos no quieran acudir por esta vía».
Trabajando la prevención
Desde la ULE intentan combatir situaciones de este tipo a través de la prevención, con formaciones dirigidas a toda la comunidad universitaria, incluso a la sociedad leonesa en su conjunto. «Es en lo que estamos poniendo todo el foco. Estamos permanentemente ofertando formación para el profesorado y el estudiantado. Para que sean capaces de eliminar este tipo de conductas que, aunque siempre las hayamos considerado normales, no son admisibles en una sociedad democrática e igualitaria y también para que las personas que están sometidas a estas actuaciones sepan identificarlas», señala a este periódico Adelina Rodríguez.
En la memoria presentada por la Defensoría también se aporta como sugerencia para el próximo curso «plantear charlas de sensibilización» a los nuevos universitarios «para prevenir e intentar evitar situaciones y comportamientos poco tolerables». Algo que desde este departamento consideran de «especial relevancia, la vista de los datos obtenidos» a lo largo del último año académico.