Detenido un miembro de una red de trata de mujeres internacional en Ponferrada

Se da por desarticulada la red con 24 detenciones en distintas localidades, ya que las víctimas eran prostituidas en Madrid, Castellón y zonas turísticas

L.N.C.
23/09/2016
 Actualizado a 14/09/2019
La Policía Nacional ha formado parte del intenso operativo internacional.| L.N.C.
La Policía Nacional ha formado parte del intenso operativo internacional.| L.N.C.
Veinticuatro personas han sido detenidas por la Policía Nacional en una gran operación a nivel internacional en la que han colaborado Europol y la Oficina de Investigación Criminal (BKA) alemana, dentro de una red de trata de mujeres nigerianas «para su posterior explotación sexual en exclusivas zonas de Ibiza», explica el Ministerio del Interior.

El operativo ha desarticulado al completo la organización con la detención de siete implicados en Ibiza, seis en Fuenlabrada, dos en Madrid y uno por cada una de las zonas: Parla, Tolosa, Badalona, Castellón, Quer, en Guadalajara, Pamplona, Munich, en Alemania y otro integrante en Ponferrada.Trece de los detenidos han ingresado en prisión provisional sin fianza por orden de la autoridad judicial y han sido liberadas 21 de sus víctimas, una de ellas de 16 años de edad.La red captaba a mujeres muy jóvenes entre las clases más desfavorecidas de las principales ciudades nigerianas, engañándolas con falsas ofertas de trabajo en España. Una vez en nuestro país, las obligaban a ejercer la prostitución en jornadas maratonianas, siendo golpeadas si no ganaban el dinero que exigían sus controladores. Los agentes llevaban tras la pista de la organización desde finales del año pasado, cuando llegó a su conocimiento que dos personas podían estar dedicándose a la explotación sexual de mujeres de origen nigeriano en un polígono industrial de la localidad madrileña de Fuenlabrada.

La organización estaba perfectamente estructurada y sus principales pilares eran dos mujeres «absolutamente especializadas en la trata y explotación sexual de ciudadanas nigerianas, actividad a la que llevaban dedicándose desde hacía mucho tiempo, adoptando numerosas medidas de seguridad a fin de evitar ser detectadas por la Policía».
Ambas mujeres compartían tanto infraestructura como logística, alojando a las víctimas que explotaban cada una de ellas en los mismos pisos y utilizando a las mismas personas tanto para controlarlas, como para trasladarlas a las diferentes localidades donde eran obligadas a ejercer la prostitución. Con el fin de maximizar los beneficios obtenidos, los traslados de las víctimas por todo el territorio nacional eran frecuentes, especialmente a las provincias de Madrid y Castellón durante el invierno y, en verano, a zonas turísticas, principalmente a Ibiza.

Las víctimas eran sometidas a rituales de vudú, mediante los que adquirían una especie de contrato de fidelidad con la red, siendo amenazadas incluso con la muerte, tanto ellas como sus familiares en caso de incumplimiento. Esos rituales eran practicados obligatoriamente en presencia de un familiar de las víctimas. Otra forma de conseguir víctimas era comprándolas a organizacionesen Libia o durante el trayecto desde Nigeria.
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