“Internet te dirá que son 60 los censados, pero aquí el invierno lo pasa la mitad”, explica en declaraciones a este diario el leonés Yeray Morán, quien hace años que vive en Vitoria. “La gente que queda es muy mayor, los demás nos hemos ido y volvemos en vacaciones y fechas señaladas”, continúa. Jóvenes, dice, hay dos. En concreto un par de adolescentes de 16 y 11 años con las ganas de escapar y comerse el mundo que tienen muchos chavales rurales.
Toralino de la Vega, además, no suele engalanarse por Navidad. No porque los residentes no quieran sino porque, como explica Morán, es una pedanía dependiente de Riego de la Vega. “Nunca hacen nada, si se pone algo es por iniciativa de los vecinos”, añade Morán para recordar que en 2021 hubo una primera intentona para decorar el pueblo. Sin embargo, la chispa que prendió las navidades pasadas se ha convertido en llamarada gracias a dos inventos ajenos: Whastapp y una fiesta extranjera -que cada año es más propia-, Halloween.
Internet para reavivar el arraigo

“Queremos que la gente mayor que vive aquí esté ilusionada”, concluye con la esperanza de que, lo que ha comenzado como anécdota, se convierta en tradición.