De León a Cistierna en defensa de Feve

Viaje reivindicativo para denunciar el olvido de la línea y reclamar soluciones de futuro

Alfonso Martínez
13/05/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Los participantes en el viaje reivindicativo partieron del apeadero de la Asunción para ir hasta Cistierna. | SAÚL ARÉN
Los participantes en el viaje reivindicativo partieron del apeadero de la Asunción para ir hasta Cistierna. | SAÚL ARÉN
‘Por un tren digno y seguro’ Fue el lema de una protesta organizada este domingo para defender el futuro de la línea de ancho métrico (Feve) con un viaje desde el apeadero de la Asunción hasta la localidad de Cistierna.

Una veintena de personas acudió a la convocatoria lanzada en las últimas semanas por la Plataforma de Cultura y Tradiciones Leonesas ‘La Parva’. El objetivo pasaba por defender la necesidad de que el tren de vía estrecha siga vertebrando la montaña leonesa y denunciar que ningún partido político hable de la línea en la campaña electoral para el 26 de mayo.

El reciente incendio de uno de los trenes de Feve en el apeadero de la Asunción volvió a dar la voz de alarma sobre el abandono que ha sufrido la línea en los últimos siete años y medio.

Fue el 18 de septiembre de 2011 cuando los trenes dejaron de entrar al centro de la ciudad de León para dar comienzo a las obras de integración de la línea. El plan previsto es que volvieran a principios de 2013 en forma de tren-tranvía y después de que se hubiera elevado la cota de la vía a fin de lograr la permeabilidad entre ambos lados de la misma.
Y esa permeabilidad se ha conseguido con la conclusión de la obra civil, pero el tren-tranvía no ha llegado y los viajeros de Feve siguen viajando en autobús entre el apeadero de la Asunción y la estación de Padre Isla.

Primero fue un proyecto quizá demasiado ambicioso por estar diseñado en los años en los que la crisis aún no había mostrado toda su virulencia (con ramales de tranvía al Hospital y al campus de la Universidad de León). Luego –ya durante la etapa de Rajoy el frente del Gobierno de España– vinieron los recortes, que se tradujeron fundamentalmente en la supresión de los citados ramales y en la electrificación del trazado de la integración.

También ha habido problemas con la normativa de seguridad y con la adquisición de los trenes-tranvía, que finalmente ha sido anulada por el Tribunal Supremo después de un largo pleito judicial entre el Ministerio de Fomento y la empresa adjudicataria. Ello ha llevado a iniciar un nuevo proceso para la compra de convoyes.

A todo ello se suma la falta de maquinistas. Y lo que es más grave, de agentes comerciales, porque su ausencia en numerosos trayectos permite que muchos pasajeros no paguen su billete y no computen en las estadísticas de viajeros. Y no falta quien ve esta situación como parte de una estrategia para cerrar la línea argumentando la escasez de viajeros. Esas cifras oficiales hablan de que en 2010 hubo 329.011 viajeros y en 2017 la cifra fue sólo de 110.280.
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