"De la fábrica del sol a la fábrica de la nieve"

Nadia llevaba 17 años en Tenerife y vuelve a León para regentar el bar Calleja de Maraña, que llevaba meses buscando quién lo abriera: "Esto es un sueño"

T.G.
27/04/2022
 Actualizado a 27/04/2022
Nadia a las puertas del bar Calleja de Maraña, pueblo al que llega junto a su familia "para cumplir un sueño". | MAURICIO PEÑA
Nadia a las puertas del bar Calleja de Maraña, pueblo al que llega junto a su familia "para cumplir un sueño". | MAURICIO PEÑA
A las once y pico de la mañana de este martes, las calles de Maraña eran el remanso que acostumbran a ser en los días de diario. La plaza vacía, algún parroquiano a la puerta del bar de Josu apurando un café y el Mampodre repugnando de bonito coronado por las últimas nieves. La tranquilidad de la plaza no duraría todo el día. Ayer abría el bar Calleja, un establecimiento propiedad del Ayuntamiento del municipio que llevaba meses buscando quién lo regentase. Y lo encontró. ¡Vaya si lo encontró! La puerta del local parecía que estaba cerrada pero no, estaba abierta y detrás esperaba Nadia con una gran sonrisa y el «¡bienvenidos!» a punto.

El bar Calleja lleva de nombre el apellido del aventurero leonés que dedicó a Maraña uno de sus programas de la sexta temporada de ‘Volando voy’. En él pusieron a punto las viejas escuelas que se habían reconvertido en bar y lo hicieron con la colaboración de todo el pueblo y del propio Jesús Calleja, quien siempre ha reconocido que fue en Maraña donde se hizo montañero. El objetivo era doble: dar servicio a vecinos y visitantes y, de paso, arañar algún nuevo habitante para nutrir el censo del pueblo. Los primeros regentes del local no tardaron en irse y en enero de este año el bar Calleja volvió a salir a subasta. Nadia, leonesa residente en Tenerife desde hace 17 años, se enteró y, junto a su pareja, se lanzó de lleno a una aventura que la devolvería a su tierra para vivir como siempre han soñado hacerlo: rodeados de montañas.

El bar fue remodelado en 2020 en el transcurso de un programa de ‘Volando voy’ del aventurero Jesús CallejaNadia no llega a Maraña sola. Con ella viene su marido y sus dos hijos, uno de 12 años y otro de 4. Cuatro vecinos más para cumplir con uno de los objetivos de conseguir un regente para el bar Calleja. Atrás dejarán Tenerife, «un lugar en el que he sido muy feliz», para meterse en el corazón de la montaña leonesa. «Cuando amas tanto la montaña, estar aquí es un sueño», reconoce sin importarle demasiado el cambio brusco de la temperatura de Tenerife por la de Maraña. «Mira, de la fábrica del sol a la fábrica de la nieve», resuelve con una energía capaz de llenar el bar estando todavía vacío. Este martes fue el día de la inauguración y por la mañana Nadia ultimaba las preparaciones a la espera de que llegaran sus primeros clientes. Mientras tanto cuenta su historia, la de cómo han sido estas semanas de puesta a punto del bar Calleja y sus primeros días de convivencia con los vecinos. «Me he sentido muy acogida, me han ayudado mucho y eso me llena el alma», asegura.

En Maraña cumplen con su doble objetivo: el de tener el servicio de bar y, también, el de conseguir nuevos vecinosEl bar Calleja también tendrá servicio de restaurante, y es que Nadia es de profesión cocinera. «Me encanta la cocina y prepararé tapas variadas, desayunos, bocatas, hamburguesas... ¡De todo!», explica. Y también una «carta humilde de cocina tradicional con alguna vuelta de tuerca» y sin olvidarse de quienes lleven alimentación vegana o vegetariana. «En Tenerife trabajaba de cocinera en ‘El taller de Sebe Díaz’ y gracias a todo lo que allí me enseñaron me atrevo con todo», afirma con seguridad. Su marido, que será el otro pilar del flamante bar Calleja, era técnico deportivo de montaña en Tenerife. «¿Dónde vamos a estar mejor que aquí?», se pregunta Nadia sabiendo que la respuesta es clara solo con mirar por la ventana del local. «La isla se nos quedaba pequeña y ahora en Maraña se nos abre un mundo», dice. No hay silencios que valgan en el bar Calleja y rápido Nadia lo rompe con un «¡Ay! Estoy más contenta...». Sonríe sin parar dejando ver las muchas ganas de dar rienda suelta a la vida que tanto ha soñado junto a su marido y que llegó como llegan las cosas, «cuando menos te lo esperas». «Cuando presentamos la documentación para la subasta del bar Calleja la vida se paró a la espera de saber si no los darían o no. En un primer momento se lo adjudicaron a una empresa y fue un bajón, pero después nos llamaron y nos dijeron que había renunciado, que era nuestro. Compré un billete de barco para la península y rumbo a Maraña», relata recordando un viaje que emprendió hace una veintena de días y que espera que sea duradero. Inicialmente su intención es abrir de 10 de la mañana a 4 de la tarde y de 7 a cierre; y prevé mantener el nombre que el programa ‘Volando voy’ dejó al local: bar Calleja. «Quiero que la gente venga por ser el bar que salió en el programa de Jesús Calleja pero ahora lo que voy a conseguir es que la gente vuelva porque les he tratado bien».
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