Cuando la crisis de un sector paraliza a toda una comarca

En zonas como el valle de Laciana todo se movía alrededor del carbón. Por ello, la falta de actividad minera ha afectado enormemente en el día a día

R. Álvarez
04/12/2016
 Actualizado a 16/09/2019
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Es sólo un ejemplo, pero existen muchas otras zonas en una situación similar a la suya. Laciana es territorio minero, una comarca en la que el carbón ha dado empleo de forma directa o indirecta a la mayor parte de su población. Por ello, ha sufrido enormemente el declive del sector. Durante más de cien años el motor económico del valle ha sido la mina. No hay casa en la que este mineral no tuviera mucho que ver con el pan que llegaba a la mesa y, con el bajón sufrido en esta actividad, han sido muchas las familias que se han visto obligadas a buscar otra alternativa en un lugar en el que no abundan o a hacer las maletas e irse.

Lo sabe bien el alcalde de Villablino, Mario Rivas, minero de profesión, quien recuerda que llevan ya «mucho tiempo en una situación dramática». Cuando prácticamente la única salida laboral en la comarca es la mina, resulta «muy difícil reconvertir» y crear otros modelos de negocio «de un día para otro». «Siempre se habla de que ha habido ayudas, de que ha habido oportunidades, pero lo cierto es que no. Aquí la minería sigue siendo el motor básico de esta comarca y se ve de manera muy difícil poder salir de esta situación», asegura.

En Laciana no hay casa en la que la minería no tuviera mucho que ver con el pan que llegaba a la mesaEn los últimos dos años, el tiempo que lleva como regidor, advierte de que se han perdido «más de 500 personas del censo». Algo que explica en el hecho de que la gente joven no encuentre alternativa que pueda ser real al carbón y, aunque algunos han logrado una salida en el turismo o la ganadería, de momento esto no llega a compensar «la pérdida sufrida por la crisis de la minería». Para Rivas, los planes de dinamización son «una primera piedra» y cree «firmemente» que pueden servir. No obstante, incide en que la «inyección económica» que precisan debe ser mayor para que se pueda «crear una fórmula que permita generar empleo de forma inmediata» ya que, según advierte, «no estamos en posición de seguir esperando más».

Además, recuerda que «el carbón se va a seguir quemando como mínimo durante los próximos 30 años en el país» por lo que cree que «no tiene sentido» que se esté utilizando mineral de importación y no se esté quemando el nacional. Más todavía cuando así está recogido en el Plan del Carbón firmado en octubre de 2013. «El carbón es lo que tiene esta tierra y lo que le ha dado riqueza no solo al valle de Laciana, sino a la provincia y en consecuencia a la comunidad autónoma. Es una alternativa válida y no tiene que ser sustituido porque desde el punto de vista energético es necesario y, desde luego, desde el punto de vista social no hay nada que a día de hoy pueda reemplazarlo de la forma de vida de estas zonas», subraya.

Muchas familias se han visto obligadas a irse o a buscar alternativas en una zona en la que no abundanUna opinión similar es la de Omar García, minero, responsable de minería de CCOO en León y secretario comarcal del sindicato en Laciana. Para él la imagen de la comarca ha «cambiado totalmente» en tan sólo unos años. «No hay la vida que había antes ni los ánimos», afirma. En su opinión, «el objetivo era sacar a trabajadores de la minería para ir cerrando el sector paulatinamente creando un trabajo alternativo», pero lo cierto es que ni hay empleo en la mina ni en otro lado, por lo que señala que «ha fallado un pilar fundamental del cometido que tenían los planes del carbón», comenta. Él, que tiene una hija de ocho años, es consciente de que «el futuro de ella no está en Laciana». Ni el de ella ni el de muchos otros, ya que destaca que «la gente joven lo que hace es marcharse porque no tiene otro remedio» y la mayor disfruta de su pensión ahí, pero esto está provocando el envejecimiento de la población y que, en un tiempo, si nada cambia, la comarca se convierta en un lugar «deshabitado totalmente».

García también ve bien los planes de dinamización, pero aunque es «positivo» que haya una inversión, incide en que «en su día hubo más cantidad económica que no se ha aprovechado». Así, espera que esta vez de verdad puedan ser «efectivos, se lo tomen más en serio y esto sirva para algo».
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