Cuando el esperanto se llamaba campana

El toque manual de las campanas ha iniciado su camino para ser declarado por la Unesco como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Una declaración que sería muy bien recibida en esta tierra donde las campanas han sido un lenguaje popular a través de los tiempos

Fulgencio Fernández
02/03/2019
 Actualizado a 18/09/2019
El toque manual de campana ha formado parte de la vida comunal de nuestros pueblos, ahora podría ser Patrimonio Inmaterial para la Unesco. | MAURICIO PEÑA
El toque manual de campana ha formado parte de la vida comunal de nuestros pueblos, ahora podría ser Patrimonio Inmaterial para la Unesco. | MAURICIO PEÑA
Hubo tiempos, cuando se pensaba más en derribar fronteras que en ponerlas, que también se pensó en un idioma común, que permitiera entenderse en cualquier parte ‘a mayores’ de cada lengua propia. No se puede decir que haya cuajado...

Hubo un tiempo en el que nuestros pueblos, y otros muchos, ya tenían un idioma común, u método por el que se comunicaban, sin palabras, por el que se avisaba de las fiestas, los entierros, las necesidades de ayuda, el tiempo de las reuniones... era el toque de las campanas, el toque manual de las campanas como forma de comunicación. Lo que requería la existencia de los campaneros y que los vecinos conocieran los códigos, los toques. Y había campaneros, y los vecinos entendían sus palabras, sus toques: a rebato, a fuego, a tente nube, a concejo, a niño muerto, a hacendera....

Llegaron otros tiempos pero las campanas siempre han encontrado defensores de su viejo idioma, aún existen campaneros, incluso hay escuelas para perpetuarlos en el tiempo, encuentros... y gentes como el musicólogo Héctor Luis Suárez, defensor de otras muchas tradiciones, que esta misma semana han llevado una gran alegría pues el Boletín Oficial del Estado recoge una noticia largamente esperada y por la que llevan mucho tiempo luchando, sumándose a iniciativas como la de hacerlas sonar a las doce de la mañana en campanarios de toda la provincia para ver si en la Unesco escuchaban la petición que parece que van a escuchar. En definitiva, la noticia es que en el apartado de Otras disposiciones del Ministerio de Cultura y Deporte del BOE de 27 de febrero se puede leer: «2773. Resolución de 18 de febrero de 2019, de la Dirección General de Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración del toque manual de campana como manifestación representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial» y añade «El interés en declarar El toque manual de campana como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial se debe a ser un lenguaje sonoro que ha funcionado a lo largo de los siglos como un medio de comunicación, cumpliendo un conjunto de funciones sociales para la comunidad: informar, coordinar, delimitar el territorio y proteger. Los toques de campanas, basados en el ritmo, han sido los encargados de organizar la vida comunitaria, de delimitar el tiempo y el espacio laboral, diario, festivo y de duelo. De ahí que exista, tanto en el ámbito religioso como en el civil, un amplio repertorio, lenguaje, en definitiva con una gran diversidad de formas y técnicas que han anunciado incendios, tormentas, rogativas, horas y acontecimientos del ciclo vital, y, en resumen, han regulado multitud de aspectos de la vida festiva, ritual, laboral y cotidiana en todo el territorio español».Se señalaba el nombre de Héctor Luis Suárez porque, además de su larga historia de defensa de esta y otras tradiciones, son varios los trabajos suyos que se citan en el largo argumentario recogido por el BOE para solicitar la declaración de Patrimonio Inmaterial para el toque manual de campanas, lo que «supone proteger cientos de sistemas locales de comunicación, con ciertas características compartidas por zonas, pero casi siempre únicos, al borde de la extinción por dos motivos: la falta de campaneros y sobre todo la falta de sensibilización hacia este fenómeno de comunicación casi único en cada lugar, que tiene muchos y variados significados».Entre los anexos de esta documentación el primero que se recoge a la hora de argumentar es muy leonés: «Existe una tradición muy arraigada, que asegura que a partir del siglo V, y durante el contexto de la Reconquista, las campanas servían para ocultar imágenes de la Virgen. Ninguna de esas campanas ha llegado a nuestros días, y la más arcaica fechada documentada existente (1086) se encuentra en San Isidoro, campana asociada al Panteón Real de León». Recoge las historia de las campanas, el significado de los toques, las fundiciones en las que fabricaron y muchas especificidades: «Un ejemplo de toque que se mantiene en varios lugares de España en la actualidad es el «tente nube», que por ejemplo en la localidad de Villabalter, en León, lo tocan para espantar el pedrisco los días 31 de enero y 1 de febrero con motivo del ‘Santo tormentero'».Un lugar destacado se reserva a los campaneros, fundamentales en la pervivencia de esta tradición. «Siendo el campanero el portador de los conocimientos históricos de los toques, sufre en primera persona la electrificación de las campanas, que comenzando a principios del siglo XX se intensificó notablemente a mediados del siglo. Incluso con campaneros vivos han sustituido el arte de hacer sonar las campanas manualmente por motores. Esta nueva tecnología no era capaz –ni lo es actualmente– de reproducir los seculares toques y repiques de campanas, y mucho menos de hacerlo con el sentimiento con que lo hace el campanero como músico que es».En este apartado se recoge y reconoce la actividad de grupos de campaneros en Castilla y León, que se desplazan de pueblo en pueblo con un campanario móvil, exponiendo sus habilidades y captando nuevos aficionados. «Una de las principales actividades de estos grupos son los encuentros anuales, algunos con muchos años de continuidad como el de Villavante (León) con 33 ediciones (hasta 2018) o el de Os de Balaguer (Cataluña) con 31 ediciones (también hasta el año 2018)».
También se reconoce en la documentación aludida la participación leonesa en el toque de campanas en muchos pueblos de la provincia el 21 de abril de 2018 «para llamar la atención a la Unesco». Con motivo de las celebraciones para «conmemorar el Año Europeo del Patrimonio Cultural, el pasado 21 de abril tuvieron lugar por todo el territorio español, de manera simultánea, demostraciones de campaneros que buscaban reivindicar el toque manual de campanas en la sociedad actual, así como su protección como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. La Asociación Hispania Nostra, la Asociación Campaners d’Albaida y el Museo Internacional del Toque Manual de Campanas en Albaida fueron los principales promotores de esta Iniciativa compartida con el resto de países de Europa. En la mayoría de provincias españolas hubo participación, destacando el norte de León, Palencia, Zamora...».

No podía faltar entre los mecanismos de protección otra mirada a iniciativas de esta provincia: «Se han creado escuelas de campaneros por estas asociaciones: En Villavante (León), en Arientza (País Vasco) la kanpaiJoleak, la escuela con el campanario móvil de la Asociación de Campaneros Zamoranos, también con el campanario móvil de los campaneros Villaltanos (Palencia)».

Otros trabajos citados en la documentación, además de los de Suárez Pérez, son los de José Luis Alonso Ponga y Antonio Sánchez del Barrio sobre las campanas de las catedrales de Castilla y León.
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