Unas 300 personas se concentraron este viernes en Cistierna con el objetivo de manifestar públicamente su «rechazo frontal» a la reducción del horario del servicio de Pediatría del centro de salud.
«No estamos ante un simple ajuste organizativo, sino ante un recorte encubierto que deteriora la atención sanitaria, que genera desigualdad y que pone en riesgo el bienestar de nuestros niños y niñas. Pediatría no es un servicio secundario: es un pilar básico de la sanidad pública y un derecho fundamental», aseguraron los convocantes en un manifiesto en el que defendieron que la reducción del horario «significa menos consultas disponibles, menos seguimiento de enfermedades, menos prevención y menos control del desarrollo infantil». «Significa que problemas que podrían resolverse de manera rápida y cercana se retrasan o se agravan. Significa más saturación, más incertidumbre y más desigualdad. Significa, además, obligar a muchas familias a desplazarse fuera de la comarca para recibir atención pediátrica, con el consiguiente coste económico, riesgo en la carretera, pérdida de horas de trabajo y una conciliación cada vez más difícil. Y lo más grave: no todas las familias pueden hacerlo», agregaron.
El manifiesto considera que la Gerencia de Atención Primaria de León toma decisiones «basadas en criterios puramente numéricos e ignorando la dispersión geográfica, las largas distancias, la falta de transporte público y las dificultades reales del medio rural». «No se puede medir la sanidad rural con los parámetros de una ciudad, porque aquí cada servicio es vital. Además, esta reducción lanza un mensaje inaceptable: que vivir en el medio rural implica conformarse con una sanidad recortada, que nuestros hijos importan menos. No lo aceptamos. Pediatría no puede depender de parches temporales, de horarios insuficientes ni de la sobrecarga de unos profesionales que ya hacen más de lo que les corresponde», concluyeron antes de exigir que el servicio vuelva a prestarse a tiempo completo.
