Si viajas —mejor de noche— por la carretera que va de Boñar a Sabero al llegar al alto desde el que se vislumbra Llama te encontrarás con lo que los vecinos de la comarca llaman «la casa de la luz», espectacular. «De hecho son muchos los que se detienen a fotografiarla, aunque de noche es difícil, o nos preguntan mil y un detalles de la misma, cómo la hemos hecho, qué es cada cosa...».
Quien lo cuenta es la joven Sara Díez Acevedo, la principal causante de este oasis de espíritu navideño en una de tantas carreteras muy poco transitadas en invierno.
- ¿Lo haces para algún concurso?
- No. Otra cosa es que en Boñar hay uno y la premien, pero no es ése el motivo, ni mucho menos, si fuera por eso no lo hacía pues pierdo tiempo y dinero.
- Entonces, ¿qué es?
- Espíritu navideño, puro y duro. Siempre lo he tenido, me encantan estas fechas, cuando vivía con mis padres ya era yo la que me apuntaba a decorar la casa para Navidad y ahora, desde que estoy con Héctor, mucho más pues su profesión también ayuda un poco.

- No, yo ayudo en lo que puedo o con las máquinas, pero es ella la causante de todo; tercia Héctor Álvarez, que tiene una empresa —«no se te ocurra llamarme empresario», bromea—y aporta máquinas para poder colocar elementos en los aleros o tejados o piezas de materiales que Sara trasforma hasta no reconocerlos, como se puede comprobar al ver el tren para los regalos, hechos con unos pallets que no se intuyen por ninguna parte.
- Y las ruedas son platos de plástico de los de ir a merendar campo;añade Héctor.
Sara explica que todo es fruto de un trabajo artesanal, «menos las luces, claro», al que dedica mucho tiempo. «Me gusta imaginar lo que voy a colocar, cada año añado algo nuevo, y voy viendo cómo lo monto, dónde... Desde el mes de julio ya ando preparando la decoración navideña;y en las últimas semanas todavía más, sobre todo el fin de semana, que hay que trabajar».
Sara es de León, aunque considera como su pueblo a Grandoso, allí conoció a Héctor, que es quien ya vivía en esta casa de Llama. «He hecho el camino contrario a casi todos los jóvenes en la actualidad. Ellos se van de los pueblos a la ciudad y yo he venido de la ciudad a este pueblo, Llama, que en invierno tendrá cerca de treinta habitantes;que son muy pocos pero es uno de los más poblados de este municipio de Boñar».
- ¿Yqué tal el viaje a contracorriente de lo que viene siendo lo habitual, como tú misma explicas?
- Soy absolutamente feliz aquí. Me encanta el pueblo, me encanta e campo, salir al monte con los perros y para estos días que no se puede... pues decoro la casa para Navidad.

La historia de Sara y Héctor con los perros también tiene historia. En la actualidad tienen cuatro que corren por la finca... «Son todos recogidos de la calle, abandonados, que como saben que los recogemos nos los dejan a la puerta. Primero los acogemos con la intención de llevarlos a alguna perrera pero cuando llevan aquí unos días, son tan agradecidos, tan juguetones, que soy incapaz de llevarlos a ninguna parte. Y aquí siguen , aunque a veces me cabreen, como el cachorro, que no me deja poner las luces que tenía en las bicicletas, que me gusta mucho iluminarlas, pero me las destroza, se pone a jugar con ellas».
- ¿Ypara trabajar?
- Trabajo en León, pero puedo teletrabajar dos días y los otros tres pues voy y vengo, encantado, porque donde soy feliz es aquí.
Se detiene un coche, otro más, «perdone, esta casa ¿quién la ha decorado?». Héctor señala a Sara y ella se pone a explicarles, encantada, cada rincón de la casa de la luz;seguramente forma parte del espíritu navideño.