El presidente de Cáritas Española, Manuel Bretón, recorrió este lunes y martes las zonas más afectadas por los recientes incendios forestales en las diócesis de Astorga y León, con el objetivo de conocer de primera mano los daños y escuchar los testimonios de los vecinos que sufren pérdidas que van más allá de lo material.

La visita incluyó localidades de la Maragatería como Palacios de Jamuz y Quintana y Congosto, así como la comarca de Valdeorras en Ourense, y la zona leonesa del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, en los Picos de Europa. En todo momento, Bretón estuvo acompañado por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, los equipos directivos de Cáritas Astorga y León y párrocos de las áreas afectadas.
En Quintana y Congosto, los vecinos aún recuerdan la trágica pérdida de Abel Ramos y Jaime Aparicio, jóvenes que murieron intentando frenar las llamas. El incendio provocó heridos, viviendas destruidas y evacuaciones hacia Astorga, donde Cáritas Astorga acogió a los afectados en el Seminario.

La situación en Valdeorras fue igualmente devastadora. En localidades como Fervenza y Cesures, el fuego arrasó viviendas y dos iglesias, mientras que en San Vicente de Leira, el 80% de los hogares sufrió daños. Los vecinos describieron la llegada del fuego como si cayeran “bombas” sobre sus casas y relataron el dolor de perder recuerdos familiares en lo que definieron como un “doble duelo”.
Bretón aseguró que Cáritas continuará apoyando a los afectados, recordando su experiencia en el volcán de La Palma y la DANA: “Nuestros voluntarios y trabajadores han estado ahí desde el primer momento, y seguiremos acompañando a las personas”, destacó. Por su parte, Inmaculada del Peso, directora de Cáritas Diocesana de Astorga, subrayó la importancia de mantener el contacto con los vecinos: “Es crucial hacerse presentes para escuchar y acompañar a quienes lo han perdido todo”.
En León, la visita del martes abarcó Barniedo de la Reina y Portilla de la Reina, donde todavía se aprecian laderas ennegrecidas y ceniza que recuerdan la magnitud del desastre. Los vecinos compartieron su angustia durante el avance de las llamas, el esfuerzo por proteger sus casas y el impacto en la ganadería y el turismo de la zona.

La directora de Cáritas Diocesana de León, Aurora Baza, explicó que “las familias han sufrido angustia por no saber qué pasaría con sus casas, con sus recuerdos. Ha habido un antes y un después con todo lo ocurrido”. Por su parte, Bretón concluyó: “Queremos que la gente sepa que no está sola. Cáritas seguirá acompañando a las comunidades afectadas y buscando maneras de ayudarles a recuperar la esperanza”.
