El campo leonés, en vilo ante el retraso de la siembra por las constantes lluvias

El secretario general de Asaja León, José Antonio Turrado, hace balance de la situación actual del sector por San Isidro, donde predomina la "incertidumbre"

15/05/2025
 Actualizado a 15/05/2025
Las lluvias han complicado las labores de siembra en León. | JESÚS F. SALVADORES
Las lluvias han complicado las labores de siembra en León. | JESÚS F. SALVADORES

Dentro de las muchas preocupaciones a las que siempre tiene que hacer frente el mundo agrario, actualmente la que impera sobre todas ellas es el retraso de las siembras que han provocado las constantes lluvias que tienen en vilo a los agricultores. Así lo reconoce el secretario general de Asaja León, José Antonio Turrado, que con motivo de la celebración este jueves de la festividad de San Isidro Labrador, patrón del campo, hace un balance general de la situación actual en la que se encuentra el sector. 

«La mirada agrícola está ahora en la campaña de las siembras, especialmente en la remolacha, el maíz o el girasol que llevan ya un retraso de un mes y que sigue lloviendo, que así parece ser estos días, irá a más», indica Turrado, que afirma que es una situación «preocupante» porque «aboca a cosechas menos exitosas». No obstante, matiza que «creo que se va a poder sembrar todo, aunque sea más tarde, por lo que no hay que ser alarmistas, pero se va a sembrar con peores expectativas y contamos con la ventaja de que este año tenemos agua suficiente para regar».

Por otro lado, apunta que para la agricultura de secano «el año ha venido muy bien», aunque señala que «estas lluvias en esta época del año están afectando especialmente a forrajes como la alfalfa o la veza que deberían estar ya segadas y empacadas y están paradas en las fincas perdiendo calidad cada día que pasa».

«El problema que estamos teniendo no es que llueva mucho, es que llueve de forma constante casi todos los días y eso impide poder entrar en las explotaciones a hacer las labores», explica Turrado, que detalla que «es un problema que se agrava en zonas de regadío donde el suelo drena muy mal y cuando llueve hay que estar prácticamente una semana sin poder entrar en una finca». 

Crisis de cereales

Con la vista puesta en el mercado, José Antonio Turrado también centra el foco en la crisis actual del precio de cereal «que ya se viene arrastrando desde hace unos años, pero la situación no repunta y está obligando a los agricultores a vender por debajo de los costes de producción». 

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El secretario general de Asaja León, José Antonio Turrado. | ICAL

Una situación marcada tanto por acuerdos comerciales «ventajosos» con Ucrania o el de Mercosur, así como los aranceles de Estados Unidos anunciados por Donald Trump «que ha provocado un desequilibrio a nivel mundial que tiene pinta de que no se va a igualar para el beneficio de nuestros agricultores». «No hay ningún atisbo de esperanza de que la situación pueda cambiar a corto plazo», lamenta.

Situación de los sectores

El secretario general de Asaja León además de poner de manifiesto la «grave» situación de los cereales, así como la «incógnita» de qué pasará con la remolacha «que va a haber seguro menos siembras porque se paga a un menor precio», remarca también la preocupación por el sector vinícola y lupulero.

«Los viticultores no tienen asegurado esta campaña que les compren la uva porque el mercado está muy congestionado, especialmente para el vino como es el caso del Prieto Picudo o el Mencía del Bierzo». Por eso, defiende que «Asaja estará vigilante de que tengan contratos para vender la uva y que se lo compren a precios justos para cubrir sus costes y puedan tener un margen de beneficio digno».

Respecto al lúpulo, Turrado manifiesta que la situación es «alarmante» porque «muchos de los lupuleros de toda la vida han dejado sus instalaciones definitivamente por los nuevos contratos que les ponía la empresa Hopsteiner». «Tenemos constancia de que están quedándose con algunas explotaciones para buscar mano de obra y trabajarlas ellos, pero si los lupuleros de toda la vida no han sido capaces de que su producción sea rentable, dudo que ellos sean capaces», sostiene, a la par que asevera: «creo que es un modelo que está abocado al fracaso desde el inicio».

Asimismo, el secretario general de la organización agraria destaca que es de resaltar la situación actual del sector ganadero «que funciona relativamente bien en este momento». «Los ganaderos están recibiendo un precio más justo y se están beneficiando en parte de la desgracia de los precios bajos que sufren los agricultores para comprar el pienso y forrajes a un precio más asequible». «Aparentemente puede ser un buen año ganadero», augura.

Control del lobo y PAC

Por otro parte, Turrado defiende que el cambio del punto de vista normativa para poder controlar al lobo al norte del Duero es «una buena noticia», pero cree que «hay una amenaza del Gobierno de España de que va a buscar resquicios legales para paralizar ese control y veremos en qué acaba». En ese sentido, reitera que «la Unión Europea y las comunidades autónomas están siguiendo una postura común para control con la práctica cinegética y esa es la postura de Asaja y la Junta va a contar con nuestro apoyo».

Lo que tampoco se puede obviar al hacer una visión general del sector es la situación de la PAC, con la vista puesta en la nueva norma que se diseñará para 2027 «que previsiblemente va a ser más flexible y con menos burocracia». No obstante, Turrado confiesa que «me cuesta mucho creer que se van a facilitar las cosas en la práctica pese a que desde Europa digan que se va a simplificar, teniendo en cuenta además que la burocracia no solo viene de Bruselas, el Gobierno también legisla mucho y en este caso el actual Ejecutivo de Pedro Sánchez nos ha cargado de más tramitación si cabe». 

«Entendemos que es un sector que tiene que estar regulado porque recibimos fondos públicos, pero hay un exceso de regulación y requiere de voluntad política quitarla», asegura el secretario general de Asaja León que, a su juicio, «si hubiera menos líneas de ayudas tan concretas habría menos regulación y generaría menos burocracia con una forma más sencilla de recibir la PAC y que llegase por menos líneas de subvenciones donde se priorice al agricultor profesional».
 

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