Corría el año 2007 cuando el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó la Ley de Memoria Histórica. Más de una década después, la normativa se refrendaba con la actual Ley de Memoria Democrática, promulgada en octubre del año 2022. Dos iniciativas legislativas que buscaban derribar los últimos vestigios franquistas aún presentes en la vida pública y que, en León, están lejos de ser una realidad.
Cuando el actual alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, revalidó su cargo en 2023, una asignatura pendiente del Ayuntamiento era llevar a la práctica esta Ley de Memoria Histórica que tanta polémica ha generado. De todas las modificaciones que se pusieron sobre la mesa, el renombramiento de una parte del callejero municipal de León se convirtió en el punto central del debate público. Varias fueron las asociaciones que instaron al equipo de gobierno liderado por Diez a modificar la nomenclatura de las cerca de 30 calles leonesas que la ULE señaló en un estudio hace más de cinco años. Un lustro después, el total de referencias y alusiones a figuras destacadas del Sublevamiento militar todavía sobrepasa la veintena, con apenas dos modificaciones desde que comenzó la actual legislatura.
Recientes cambios de nombre
Hace apenas unos meses, el Ayuntamiento sí movió ficha para cumplir las obligaciones legales que figuran en la Ley de Memoria Histórica. La placa en honor a Primo de Rivera que presidía una de las fachadas laterales de la Iglesia de San Marcelo fue retirada por los operarios municipales. Instalada a finales de los años 90, era común ver cada año en los entornos de la céntrica plaza a decenas de franquistas que, fielmente, se reunían en el lugar con el objetivo de rendir su particular homenaje al fundador de la Falange. Un año antes, la calle popularmente conocida como General Lafuente, ubicada entre Independencia y La Rúa, pasó a denominarse de la Política Nacional después de cerca de 80 años honrando al militar que estuvo al mando de las tropas en León durante el golpe del 36.
Desde el Ayuntamiento, en varias ocasiones se han referido a las dificultades que esconde el cambio de nomenclatura de la veintena larga de calles susceptibles de ser renombradas. En julio de 2024, el alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, puntualizó cómo modificaciones de esta clase “no se pueden hacer de golpe ni de manera espontánea porque generan distorsiones importantes tanto en los vecinos como en los comercios ubicados en su interior”. De hecho, el posible cambio de nombre de la calle Pilotos Regueral no se acabaría por formalizar, pese a que estuvo desde 2022 sobre la mesa la posibilidad de rebautizar la calle con el nombre Juan Botines. Más de tres años después, la placa en la esquina superior de la céntrica ubicación sigue aún presente, sin que se hayan conocido más novedades al respecto después de no superarse la mayoría necesaria en la comisión informativa que valoraba la propuesta.
Pese a estas continuas trabas, algunos cambios planteados por el consistorio en el último lustro sí lograron contar con el visto bueno de los vecinos y comerciantes de la zona. Un caso paradigmático fue la modificación de la calle Capitán Cortés, perpendicular a la vía Ordoño II, y que, en 2022, mudaría de nombre para pasar a denominarse como Calle de la Guardia Civil.
Aún con todo, desde la administración pública explican cómo la falta de consenso es, a menudo, uno de los impedimentos detrás del continuado incumplimiento de una Ley de Memoria Histórica que obliga a “la adopción de las medidas oportunas para la retirada de los elementos que hagan referencia a la sublevación militar, la dictadura o a los participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura”.
Repasando el listado aún sin modificar, llama la atención el caso de Armunia, en donde aún se pueden encontrar varias referencias a figuras destacadas del franquismo. Generales como Mola, Aranda, Sanjurjo o Yagüe aún cuentan con calles en su honor en las pedanías de la ciudad. En 2023, Marco González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), calificó de “pisoteo a los derechos de las víctimas” estos vestigios de épocas franquistas que aún perviven dentro del mapa urbano de León. Si ponemos el foco en la propia capital, calles tan emblemáticas como José Aguado, alcalde franquista de León entre 1944 y 1946, también estarían al margen de la ley.
San Andrés de Rabanedo tampoco se ‘libra’ de este incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. De hecho, un barrio entero de la localidad homenajea a Carlos Pinilla, militante falangista que desempeñó cargos públicos relevantes durante la Dictadura. Precisamente, en 2023, el Foro por la Memoria de León registró en el ayuntamiento una moción para la retirada “inmediata y urgente” de la denominación, apelando así al cumplimiento de la actual Ley de Memoria Democrática. Más de dos años después, la situación sigue igual en relación al cambio de nomenclatura en el municipio.
De cara al futuro, como así comentó Diez en una comparecencia en 2024, se tiene en mente “seguir dando pasos y no cesar en la sustitución que marca la ley”, aunque reconoce que “es difícil determinar plazos para ello”.