"Beben rápido para llegar serenos a casa"

El Grupo de Menores de la Policía Local ha intervenido ya este año en 48 botellones

Alfonso Martínez
14/11/2016
 Actualizado a 14/09/2019
Bebidas alcohólicas y drogas decomisadas por el Grupo de Menores. | L.N.C.
Bebidas alcohólicas y drogas decomisadas por el Grupo de Menores. | L.N.C.
«Muere una niña de 12 años por un coma etílico tras un botellón en Madrid». «Ingresadas dos niñas de 12 y 13 años en Pontevedra por intoxicación etílica tras participar en un botellón»... Son sólo dos de los múltiples titulares aparecidos durante los últimos días en diferentes medios de comunicación de toda España sobre situaciones que han vuelto a reabrir el debate sobre el consumo de bebidas alcohólicas por parte de los menores de edad y sobre las graves consecuencias que este tipo de conductas puede acarrear.

Aunque no se han detectado sucesos de relevancia en este sentido, conviene en cualquier caso hacer un análisis sobre cuál es la situación de este comportamiento social en la ciudad de León. Y la mejor forma de llevarlo a cabo es de la mano de aquellos que velan por prevenirlo y que actúan en el caso de que se produzca.

La Policía Local de León cuenta desde el año 2008 con un grupo que se dedica de forma específica a la protección de los menores. Santiago Llamazares es el oficial del Paidós y resume a la perfección los principales problemas que se encuentran en la calle. «Compran una botella para dos o tres y muchas veces a las seis de la tarde ya están bebiendo. No han cenado nada y beben pronto y muy deprisa para poder llegar a casa serenos a las diez de la noche, porque a los padres les suelen decir que van al cine», asegura.

Admite que en muchas ocasiones han tenido que llamar en 1-1-2 y acompañar a menores en los centros de salud hasta que llegan sus padres sin que suelan producirse consecuencias graves. «Hay chavales que beben más pero no es la primera vez que lo hacen y otros con una copa caen redondos porque no están habituados», agrega.
Pero la labor fundamental de los nueve integrantes del Grupo de Menores de la Policía Local se centra en la prevención de los denominados del consumo de alcohol tanto en las inmediaciones de los colegios como en los botellones del fin de semana. Acompañado por el concejal de Seguridad y Movilidad, Fernando Salguero, y por la mayor de la Policía Local, Edelmira Martínez, el oficial del Paidós detalla que se hace una media de entre 20 y 30 vigilancias diarias hasta un total de 6.328 el pasado año y 3.877 entre enero y agosto del presente ejercicio.

Los días lectivos la labor se centra en el entorno de los centros educativos, a la entrada, en el recreo y a la salida. Hacen especial hincapié en bares, parques, soportales, entradas a garajes... Aunque la principal labor durante estas jornadas se centra en prevenir el absentismo escolar, también se dan algunos casos en los que esto deriva en el consumo de alcohol, principalmente de litronas de cerveza, según explica Llamazares.

Es durante los fines de semana cuando la vigilancia se traslada a las zonas de ocio del centro de la ciudad. Se trata de áreas peatonales como Burgo Nuevo, la Catedral, el jardín del Cid, las murallas o la bolera de San Francisco... El objetivo es que los menores se concentren para hacer botellón. «Hemos conseguido que los menores ya no se concentren en estos puntos, aunque suelen concentrarse en zonas más apartadas y difíciles de controlar o en sus propias casas si los padres no van a estar», explica el oficial del Grupo de Menores antes de concretar que algunos grupos se trasladan en autobús a localidades del alfoz para hacer botellón.

Las estadísticas


Los datos de intervenciones por consumo de alcohol en la vía pública reflejan que se han producido un total de 48 entre enero y agosto, una cifra prácticamente similar a la de todo el año 2015, cuando se contabilizaron 50 (cabe recordar que la cifra fue de 100 en el año 2012, por lo que la reducción desde entonces es considerable). Durante la celebración de estos botellones, los agentes del Paidós han identificado a 185 menores de edad y a 84 mayores, lo que deja un total de 269. Este dato también es prácticamente idéntico al del pasado año completo (268, de los que 191 eran menores y 77 mayores).

Estas inspecciones han derivado entre enero y agosto en la interposición de 28 denuncias (23 a menores y 5 a mayores). Durante todo el pasado año fueron 45, de las que 33 correspondieron a menores y 12 a mayores.

«Tras detectar un botellón e identificar a los participantes, lo primero que hacemos es informar a los padres o tutores de las circunstancias en las que se ha visto al menor. Si sólo estaba presente, si estaba bebiendo, si ha sido trasladado al centro de salud... Solemos hacerlo vía telefónica, pero si es necesario también vamos a sus domicilios», comenta Llamazares.

Posteriormente se requisan todas las bebidas alcohólicas que haya en el botellón, que son almacenadas y destruidas cada seis meses aproximadamente por el servicio de Limpieza del Ayuntamiento de León.

Una vez interpuesta la denuncia, los menores deben hacer frente a una sanción de 150 euros, mientras que la cantidad se duplica para los mayores. Aunque ya existe actualmente esta posibilidad, desde la Concejalía de Seguridad y Movilidad y desde el Grupo de Menores de la Policía Local se pretende fomentar mediante una mayor información el canje de la multa por dos jornadas de tareas comunitarias. «Queremos que sea una medida educativa, que lo paguen ellos con su esfuerzo y no los padres con su dinero, porque muchas veces les engañan diciéndoles que van al cine», concluye el oficial.

También en materia educativa, los agentes del Paidós acuden cada año a los centros educativos de la capital leonesa con el fin de impartir charlas para explicar tanto su labor de prevención del consumo de alcohol en la vía pública como sus actuaciones una vez que se detectan estas conductas.

Establecimientos


Pero la labor del Grupo de Menores va más allá del control de los centros educativos y de los clásicos botellones. En este sentido, destaca la vigilancia de establecimientos comerciales y de hostelería para evitar que suministren alcohol a menores o que no pidan el DNI a sus clientes más jóvenes. En este sentido, entre enero y agosto se practicaron 487 vigilancias (655 en todo 2015) y se impusieron tres denuncias (cifra similar a la del pasado año). La sanción mínima es de mil euros.
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