La mujer del procesado y presunta víctima no ha emprendido acciones contra él y, de hecho, continúan casados Sucedió entonces que el sicario que debía ejecutar su deseo ingresó en prisión por otra causa, por lo que el acusado habría tenido que buscar a otra persona que estaba al corriente del encargo por parte del primer contratado. El procesado supuestamente se citó con el nuevo sicario y otros dos individuos sudamericanosque le ayudarían, según el escrito de conclusiones provisionales, el 11 de agosto de 2014 para concretar el plan. El marido y presunto organizador del crimen frustrado habría proporcionado a estas tres personas los horarios de su esposa, el domicilio de la misma en Villadangos del Páramo donde ésta residía durante el verano, las características del coche que ella utilizaba y una fotografía para que pudieran identificarla. Él mismo les habría llevado en su coche hasta la residencia de Villadangos para mostrarles dónde era.
El nuevo encargado de tal cometido habría puesto entonces como condición cobrar 10.000 euros como anticipo, algo a lo que el procesado se negaría abonándole tan solo 300 euros.
La fecha del crimen
El 13 de agosto fue la fecha que determinaron para matar a la mujer. Acordaron que debía parecer que había sido objeto de un robo y, para ello, decidieron que tras acabar con la vida de la esposa la dejarían tirada y desplazarían su coche a otro lugar.
Al no llegar a un acuerdo con el contratado acerca de la cantidad de dinero a pagar por anticipado, el crimen habría quedado frustado A mediodía de aquel 13 de agosto, al constatar el acusado que su mujer seguía viva, llamó al sicario preguntándole qué había pasado con ‘la partida de dominó’, clave para referirse al encargo, a lo que le indicó su interlocutor que había problemas.
Esa noche ambos se reunieron de nuevo en Villadangos acordando que el acusado y promotor de la idea abonaría los 10.000 euros que le había exigido el contratado antes de realizar el trabajo para el que fijaron una nueva fecha, el día siguiente, el 14 de agosto por la tarde. Finalmente el acusado, al parecer, se habría negado a pagar más por adelantado por lo que el asesinato no llegó a perpetrarse.
Dice el fiscal que el procesado fue detenido el 16 de agosto y que bajo el asiento de su vehículo se hallaron 10.000 euros en efectivo.
Con todo ello considera que los hechos constituyen un delito de asesinato en grado de tentativa y pide una pena de 13 años de prisión para el acusado.
El juicio se celebrará en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de León y está señalado para los próximos días 16 y 17 de noviembre. Además del interrogatorio del acusado, está previsto que testifiquen, a petición del Ministerio Público, los dos sicarios a los que presuntamente habría encargado el asesinato –ambos son testigos protegidos–, la esposa y víctima, y la amante, entre otros.
La defensa niega que se sucedieran así los hechos y pide la absolución de su cliente
La defensa del acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa –actualmente en prisión preventiva y para el que el Ministerio Público pide 13 años de cárcel– plantea cuestiones previas solicitando la nulidad de las actuaciones derivadas de las escuchas telefónicas, a su modo de ver, ilegales. Además, y pendientes de que se acepten o no las cuestiones previas, desde la defensa sostienen que los hechos no sucedieron como relata el Ministerio Público y que, en los que intervino su representado, no son constitutivos de un delito, por lo que pide la libre absolución para el procesado. El acusado, según sostiene el fiscal, mantenía una relación paralela a su matrimonio desde el año 2010. Fue detenido por los hechos expuestos el 16 de agosto del año pasado, desde el 19 de ese mismo mes permanece en prisión provisional.